Ion SALGADO
80 ANIVERSARIO DEL BOMBARDEO DE OTXANDIO

URDUñA PIDE PERDÓN, UN GESTO SINCERO FRENTE AL SILENCIO DEL ESTADO ESPAñOL

LA ALCALDESA DE URDUñA PIDIÓ AYER PERDÓN A OTXANDIO POR HABER CONDECORADO EN EL PASADO A UNO DE LOS RESPONSABLES DEL BOMBARDEO DE 1936. URTZI ARMENDARIZ PUSO EN VALOR EL GESTO. «LO QUE PRESIDENTES DEL GOBIERNO NO HAN QUERIDO HACER, TRATAR COMO CRIMINALES A CRIMINALES, LO HA HECHO UN PEQUEñO PUEBLO», DESTACÓ.

El 22 de julio de 1936, cuatro días después de la sublevación fascista, dos aviones Berguet XIX sobrevolaron las calles de Otxandio. La localidad disfrutaba de sus fiestas patronales, y los vecinos no dieron importancia a las aeronaves, que llevaban pintada la enseña republicana. Ni se inmutaron cuando vieron que los aviones comenzaban a lanzar objetos. No se habían producido bombardeos sobre población civil, y nadie pensó que se tratara de bombas de tres y cuatro kilos. Creían que serían panfletos o golosinas. Pero no. No era caramelos, eran explosivos que sembraron de cadáveres la plaza Andikona.

Koldo Pildain no olvida lo ocurrido. La primera bomba cayó cerca de él, en una huerta. El resto cayeron en la plaza, que a las 09.00 estaba llena de niños. «Pasamos por la plaza Andikona, todos estaban muertos, había brazos, piernas… fue muy duro», narró ayer este anciano, que solo tenía cinco años cuando la aviación franquista acabó con la vida de 60 personas. Bizenta Goioaga también recuerda lo ocurrido. Tenía nueve años, y esquivó las bombas porque su madre le mandó a hacer un recado. «Eso me salvó», destacó ante los medios presentes en el centro de Otxandio, donde se rindió un sentido homenaje a las víctimas del bombardeo.

El acto arrancó a las 13.00 con la intervención de la alcaldesa de Urduña, Idoia Aginako, que anunció la revocación de los honores concedidos durante la dictadura franquista a Ángel Salas Larrazabal, uno de los responsables de la masacre de Otxandio. «Urduña no tuvo ninguna responsabilidad en el bombardeo de Otxandio, pero sí al conceder esos galardones. Por eso os pido perdón en nombre de Urduña. Perdonarnos por condecorar a una persona que no merecía honor alguno», señaló la primer edil soberanista entre aplausos y visiblemente emocionada.

Mirar al futuro

El alcalde de Otxandio, Urtzi Armendariz, agradeció las palabras de Aginako, y puso en valor la resolución aprobada por el Consistorio de Urduña. «Lo que presidentes de gobierno y la alta judicatura no han querido hacer, el tratar a los criminales como criminales, lo han hecho los representantes de un pequeño pueblo. Desde aquí, nuestro sentido agradecimiento al pueblo de Orduña», destacó tras recordar que los criminales franquistas han sido «felicitados, condecorados y homenajeados por el Estado español. Mientras que para las víctimas de la tragedia quedaba el silencio de los cementerios y de las cunetas».

Armendariz leyó un texto acordado con el Foro Andikona. Un manifiesto en el que, además de recordar lo ocurrido en 1936, se hace hincapié en la necesidad de construir un mundo basado en la paz, la justicia y la libertad. «Aunque Otxandio es único, hay más otxandios en el mundo. Encendemos la tele y vemos pueblos bombardeados, personas asesinadas, largas filas de refugiados obligados a dejar sus casas. Por las mismas razonas que nos impulsan a realizar este homenaje todos los años, ellos también merecen toda nuestra ayuda y apoyo», señaló.

«Y aunque el sufrimiento no tiene patria, sí que hay un pueblo que queremos mencionar especialmente. Igual que en el País Vasco, allí también quieren reprimir su lengua, imponer una religión, robar la libertad e integrarles en una nación que no es la suya. Con toda nuestra solidaridad: biji Kurdistan!», subrayó el regidor de EH Bildu. Sus palabras pusieron fin a los actos en recuerdo de las víctimas del bombardeo. Actos que arrancaron el viernes, cuando el Ayuntamiento decidió sumarse a la querella argentina contra los crímenes del franquismo.