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MANILA

Alto el fuego con la rebelión comunista en Filipinas

El presidente filipino, Rodrigo Duterte, anunció un alto el fuego unilateral con la rebelión comunista, una de las insurrecciones más antiguas de Asia, a la que llamó a dejar las armas. Hizo el anuncio durante su primer discurso sobre el estado de la nación ante el Congreso, en el que presentó el marco de las negociaciones con los comunistas previstas en Noruega en agosto.

El Partido Comunista de las Filipinas (PKP) lanzó tres meses después de su fundación, en diciembre de 1968, una insurrección en la que murieron al menos 30.000 personas, según estimaciones oficiales. El Nuevo Ejército del Pueblo, el brazo armado del PKP, cuenta hoy con unos 4.000 miembros, frente a 26.000 en la década de 1980.

Ejecuciones sumarias

El subdirector de la división de Asia de Human Rights Watch (HRW), Phelim Kine, ha acusado al presidente Duterte de poner en riesgo la vida de todos los filipinos al hacer de «animador» de ejecuciones sumarias de presuntos delincuentes. Desde que fue elegido presidente, las autoridades policiales han reconocido un aumento en el número de presuntos narcotraficantes abatidos de forma exponencial.