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filadelfia

Llamamientos a la unidad para reforzar a Clinton frente a Trump

El Partido Demócrata preparaba ayer la nominación de Hillary Clinton como candidata presidencial a las elecciones de noviembre, en una jornada en la que su marido, el exmandatario Bill Clinton, iba a centrarse en la difícil tarea de unir a la formación. Bernie Sanders, cuyos seguidores se resisten a apoyar a Clinton, insistió en que lo importante ahora es derrotar a Donald Trump «o más tarde miraremos hacia atrás solamente para arrepentirnos».

Los preparativos para nombrar a Hillary Clinton candidata presidencial demócrata discurrieron ayer entre pancartas rebeldes y abucheos de algunos seguidores de Bernie Sanders, que trataban de combatir los llamamientos a la unidad de buena parte de la convención del Partido Demócrata en Filadelfia, y a la que el expresidente Bill Clinton dedicó ímprobos esfuerzos y en la que volvió a insistir el rival de la ex secretaria de Estado en las primarias.

Tras una noche triunfal de la primera dama, Michelle Obama, con poderoso alegato contra el candidato republicano, Donald Trump, y un apasionado discurso de Sanders, ayer era el turno de Bill Clinton, cuya esposa, al cierre de esta edición, estaba a un paso de hacer historia al convertirse oficialmente en la primera mujer que aspira a la Presidencia de EEUU, cuyo compañero de fórmula es el gobernador de Virginia, Tim Kaine, cuyas ideas son bastante conservadoras.

Los tres coincidieron en su mensaje de que los estadounidenses no pueden permitir que Trump gane las elecciones de noviembre y, para ello, los demócratas deben estar unidos en su apoyo a Clinton.

«Necesitamos un liderazgo que nos una y nos haga más fuertes, no un liderazgo que insulta a los latinos, a los mexicanos, a los musulmanes, a las mujeres, a los afroamericanos, a los veteranos y enfermos para dividirnos. Por eso, Clinton debe ser la presidenta de EEUU», enfatizó el lunes por la noche Sanders, al que votaron 13 millones de personas en el proceso de primarias y que fue interrumpido sin cesar por los aplausos de sus seguidores.

Pero no todo fueron aplausos para Sanders. Algunos, pocos pero ruidosos seguidores que se resisten a apoyar a Clinton, no dudaron en abuchear al senador cuando pidió el voto para ella con el fin de unir fuerzas. La pasión que ha despertado Sanders es tal que decenas de los delegados que le representan en la convención aseguraron que le iban a dar ayer el voto, ya que los delegados tenían libertad para votar a quien desearan.

Pero si el resultado no debía presentar sorpresas, la ocasión podría convertirse en muestra de la división en el partido y por ello la dirección buscaba desesperadamente cerrar filas.

Sanders mantuvo ayer una reunión con delegados de California y de nuevo se evidenció la división. «Lo que debemos hacer ahora es derrotar a Donald Trump y elegir a Hillary Clinton. O más tarde miraremos hacia atrás sólo para arrepentirnos», dijo Sanders ante los delegados, que no se mostraban muy convencidos. «En mi opinión, es demasiado fácil abuchear, pero es mas difícil mirar el rostro de nuestros niños que deberán vivir bajo una presidencia de Trump», añadió.

Así, la gran incógnita de la votación era la tendencia que seguirían los partidarios más radicales de Sanders, quien ha realizado visibles esfuerzos para convencer a esos electores que la prioridad ahora es impedir el triunfo de Trump, aunque es posible que muchos de esos activistas voten en noviembre por Jill Stein, candidata del minúsculo partido Verde.

Rusia se desmarca de la filtración de emails del Partido

Rusia negó ayer cualquier implicación en la filtración de unos 20.000 emails del Partido Demócrata, publicados el viernes por WikiLeaks, que revelan maniobras internas en la formación para sabotear la candidatura presidencial de Bernie Sanders en beneficio de Hillary Clinton y cuya divulgación ha dejado en evidencia las divisiones internas. El escándalo forzó la renuncia de la presidenta, Debbie Wasserman Schultz, antes del inicio de la convención.

Expertos en tecnología de la información y FBI acusaron a Rusia de estar implicada en la filtración. El portavoz del Kremlim, Dmitri Peskov, consideró absurdas las especulaciones sobre la implicación de Rusia. El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, calificó las sospechas de «poco serias».

El Comité Nacional del Partido Demócrata pidió «sinceras disculpas» a Sanders. El partido, señaló el Comité en una nota, «no tolera ni tolerará lenguaje irrespetuoso hacia nuestros candidatos».GARA