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Clinton ofrece crecimiento y optimismo en contraste a Trump

Hillary Clinton lanzó las líneas maestras de su programa para llegar a la Casa Blanca, con un mensaje de optimismo en el futuro y promesas de crecimiento económico, en contraste con el panorama desolador presentado por Donald Trump. Apeló a la unidad en el Partido Demócrata y en el país, defendió que todos puedan tener un trabajo bien remunerado y prometió reformar el sistema judicial y un mayor control de armas para combatir el «racismo sistémico».

Al término de los cuatro días de la convención nacional del Partido Demócrata, Hillary Clinton, se convirtió el jueves por la noche en la primera mujer en alcanzar una candidatura presidencial por uno de los princi- pales partidos en toda la historia política de EEUU. Hasta su rival en las primarias, el senador Bernie Sanders, saludó su «hazaña histórica».

En su discurso de aceptación de la candidatura, Clinton prometió un Gobierno en el que la prioridad absoluta estará en la recuperación económica, en especial de los sectores más desfavorecidos. No escondió que «hay mucho por hacer» y apuntó: «Hay mucha desigualdad, poca movilidad social, mucha parálisis en Washington y muchas amenazas tanto internas como en el exterior».

Sin embargo, añadió que EEUU tiene «la gente más dinámica y diversa en el mundo. Tenemos los jóvenes más tolerantes y generosos que jamás hemos tenido», así como «valores duraderos: libertad e igualdad, justicia y oportunidad». Por ello, señaló, «no dejen que nadie les diga que nuestro país está fragilizado. No lo estamos».

Clinton llamó a mirar «al futuro con coraje y confianza» y a construir «un mejor mañana». «Cuando lo hagamos –dijo– Estados Unidos será más grande que nunca». Esta frase es una referencia directa al lema de la campaña de Donald Trump («Que Estados Unidos sea grande nuevamente») y muestra el intento de marcar distancia con el desolador diagnóstico formulado por el candidato republicano hace una semana en la convención republicana en Ohio.

En respuesta a esta visión, Clinton señaló que Trump «quiere que tengamos miedo del futuro y tengamos miedo los unos de los otros», para añadir: «no tenemos miedo. Vamos a crecer ante el desafío, como siempre lo hemos hecho».

Además de delinear una estrategia basada en el optimismo, durante la convención la ex secretaria de Estado logró una victoria puertas adentro al lograr unir a los demócratas tras su candidatura, gracias al empeño de Sanders –visiblemente incómodo ante el agradecimiento de Clinton– en tender puentes.

La candidata demócrata apeló a la unidad no solo en el partido, sino también en el conjunto del país, frente a un Trump que «quiere dividirnos del resto del mundo y entre nosotros». «No construiremos un muro», aseguró en referencia al que propone Trump en la frontera con México, y defendió que su apuesta pasa por construir «una economía donde todo el mundo que quiera un trabajo bien pagado pueda tener uno».

También denunció el «racismo sistémico» que sufren las comunidades negra y latina en EEUU, al prometer una reforma del sistema judicial y un mayor control de las armas.

Primera mujer transgénero

Durante la jornada de clausura no sólo hizo historia Hillary Clinton, al ser la primera mujer candidata de uno de los dos grandes partidos –que no la primera aspirante a la Casa Blanca, honor que le corresponde a Victoria Woodhull, del Partido por la Igualdad de Derechos, en 1872, casi medio siglo antes de que las mujeres obtuvieran el derecho a voto en EEUU–, también la hizo Sarah McBride, primera mujer transgénero en dar un discurso en una convención nacional partidaria, un gran paso para las personas de la comunidad LGBT.

Tras una calurosa ovación, declaró ser «una orgullosa estadounidense transgénero» y recordó que los integrantes de la comunidad LGBT aún son víctimas del odio que «sobrevive en muchos corazones y en muchas leyes». Sostuvo que «aún queda mucho por hacer» y confió en que Clinton y su futuro Gobierno lucharán para que haya «menos discriminación», para sacar adelante una ley sobre igualdad que combata la violencia de género y para terminar con la epidemia de VIH-sida «de una vez y una para siempre».