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DONOSTIA

La UE aparca el aprobado/suspenso al analizar la situación de la banca

Apenas unas horas antes de que la Autoridad Bancaria Europea (ABE) hiciera público el resultado de sus últimas pruebas de estrés, el Monte dei Paschi di Siena (MPS), una de las entidades italianas que están al borde del colapso financiero, se movía en la incertidumbre sobre sus propios planes a corto plazo. Aunque esta vez no habrá «aprobados» ni «suspensos», también preocupaba la valoración de las entidades alemanas, en especial de Deutsche Bank.

La Autoridad Bancaria Europea (ABE) tenía previsto publicar anoche –después del cierre de esa edición– las pruebas de estrés de 51 entidades con sede en la UE, esta vez con la atención centrada en la situación de los bancos italianos y alemanes. A diferencia de ocasiones anteriores, en esta ocasión no exige un umbral mínimo de capital, por lo que no dará un aprobado o un suspenso a los bancos, sino que divulgará un análisis individual de cada uno de ellos.

Según explicó el órgano supervisor, el objetivo del examen no es identificar déficits de capital que requieran recapitalizaciones «inmediatas», como sucedía desde que estalló la crisis, sino «evaluar las vulnerabilidades que puedan persistir y comprender el impacto de una hipotética dinámica de mercado adversa en los bancos».

Alemania es el país con más bancos bajo este escrutinio de la ABE (10), seguido de los estados español y francés (6 cada uno), mientras que Italia cuenta con 5; y Países Bajos, Gran Bretaña y Suecia, con 4 cada uno.

Los resultados de la banca alemana son unos de los más esperados, en especial los de la primera entidad del país, Deutsche Bank, que en 2015 sufrió una pérdida récord de casi 6.800 millones y afronta el reto de convencer a los inversores de que cuenta con suficiente liquidez.

Hasta última hora

El alcance de la debilidad del Monte dei Paschi di Siena (MPS), tercer banco italiano, es el aspecto de esta prueba de estrés que más atención ha suscitado. Su consejo de administración esperaba conocer ayer la opinión del Banco Central Europeo (BCE) sobre sus planes para reducir en alrededor de 9.600 millones de euros los créditos fallidos que acumula. Ese programa prevé, en primera instancia, una titulización de la mencionada cifra de créditos morosos y, posteriormente, un aumento de capital de 5.000 millones de euros sin ayudas públicas.

No obstante, el órgano rector de la entidad toscana recibió la noche del jueves una propuesta alternativa, que prevé una composición de capital diferente, firmada por el ex consejero delegado de Intesa Sanpaolo y exministro de Desarrollo Económico, Corrado Passera, y el grupo financiero suizo UBS.

En cualquier caso, el objetivo es afrontar un problema que podría alcanzar proporciones sistémicas. El Gobierno italiano ha sugerido que podría inyectar capital al sector por valor de 40.000 millones, un plan que choca con la nueva regulación comunitaria de rescates bancarios, que exige que sean primero los accionistas y acreedores los que asuman las pérdidas.

En el Estado español

Por su parte, las grandes firmas de la banca española –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Popular– presentaron ayer sus balances del primer semestre del año. En total, han ganado 6.667,3 millones de euros, un 18,6% menos que en el mismo periodo del año anterior.

En este especial contexto, el director financiero del Popular, Francisco Sancha, negó que el cambio de su consejero delegado haya estado auspiciado por el Banco de España o por el BCE.

Moscú mantiene su tasa, Tokio busca más estímulos

Los bancos centrales de Rusia y Japón también respondieron ayer a las expectativas de los analistas, que no esperaban grandes movimientos, siguiendo la tónica marcada por la Reserva Federal de EEUU (Fed) el miércoles. Esta decidió mantener los tipos de interés en una horquilla de entre 0,25% y 0,50%, si bien abrió la puerta a una subida en otoño ya que considera favorable la evolución económica.

El Banco Central de Rusia mantuvo su tasa de referencia en el 10,5%, después de haberla bajado en junio por primera vez en casi un año. Tanto el Gobierno como las empresas están presionando al banco emisor para que reduzca sus tasas de interés para favorecer la incipiente recuperación económica.

Por su parte, el Banco de Japón tomó nuevas medidas de estímulo para afrontar la incertidumbre que existe en la economía internacional, sobre todo tras el Brexit, pero mantuvo sin cambios los tipos de interés y su programa de compra de deuda.GARA