Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Pastel de pera con lavanda»

Una comedia romántica bien hecha a la provenzal

De repente salta la chispa y un cineasta que no había podido llegar al gran público, consigue tocar más de un corazón. “Le goût des merveilles” es una película que gusta en general, salvo a quienes tienen contraindicado el dulce y no soportan las comedias románticas con su toque de almibar. El resto, si está libre de prejuicios, podrá disfrutar sin problemas de la veraniega propuesta de Éric Besnard, consistente en plasmar la magia del amor cuando se conoce a alguien especial. Hay personas que te cambian la vida, y eso es lo que le ocurre a la granjera protagonista, que se siente atraída por un despistado peatón al que atropella con su coche, y que le hará ver las cosas con otra mirada distinta.

Éric Besnard aporta un giro muy europeo al cine con personaje autista que tanto ha proliferado en Hollywood durante las últimas décadas, moviéndose sin complejos en la órbita melodramática de títulos como “Starman” (1984), “Rain Man” (1988) o “Phenomenon” (1996). Y se atreve a precisar más el diagnóstico, inclinándose por un hombre que tiene síndrome de Asperger. El poco conocido actor Benjamin Lavernhe sorprende con una ajustadísima caracterización del tipo de paciente que a los síntomas habituales de falta de empatía, o de mecanismos mentales repetitivos, suma una sinceridad casi infantil y una hipersensibilidad desarmante. Pese a la rigidez gestual a la que obliga el papel, se las arregla para comunicarse a través de la mirada o con mínimos gestos llenos de timidez.

La maravillosa actriz belga Viriginie Efira conecta con su extraña pareja con suma delicadeza, llevada por el encanto de todo gran descubrimiento. Sabe muy bien como cultivadora de perales en La Provenza que no todos los frutos de buen aspecto son los más ricos, y que la naturaleza no siempre es justa con quien la trabaja, por lo que hay que intentar sobreponerse a las heladas y demás imprevistos.