Joseba VIVANCO
Athletic

El ariete, el primer defensa

Los rojiblancos maniataron a los «borussers» con su presión alta y supieron sacar rédito al gol de Susaeta.

B.DORTMUND 0

ATHLETIC 1


El primer defensa es el delantero. El Athletic de Ernesto Valverde tiene muy interiozada esa máxima como escenificó ante un Borussia Dortmund habituado a crujir a sus rivales merced a sus galopadas a campo abierto, pero que ayer los leones supieron echar el lazo primero gracias a esa presión altísima sobre la salida del balón borusser y luego cerrándole los pasillos interiores. Con esas armas y sustentados en el segundo gol de Susaeta esta pretemporada y la actuación de un eterno Iraizoz que incluso detuvo un penalti a Aubameyang, se fraguó una victoria de quilates de los rojiblancos ante un rival de entidad, pero que, para ser justos, llevaba seis días de entrenamientos.

El técnico de Viandar de la Vera puso sobre el tapete un once viable en cualquier jornada de la próxima campaña, cercano al presumible titular si le añadimos dos o tres retoques, caso de la incorporaciones de Etxeita o Raúl García, aunque a favor de Bóveda hay que decir que firmó una buena actuación tanto de central como de lateral. Enfrente, Thomas Tuchel dispuso un once con gente como Schürrle, Götze y Aubameyang arriba.

Primeros compases con un Athletic de presión muy alta, pero desajustado una vez sobrepasada esa primera línea, y que permitió un remate de Schürrle y otra ocasión anulada a Aubameyang. Los alemanes hacían daño por dentro, Pulisic, el más activo de ellos, la tuvo en una contra tras perder Susaeta un balón en la medular, pero iba a ser el propia eibartarra el que al minuto 20 culminaría con frialdad una elaborada jugada a partir de un robo de balón de Aduriz, que el propio donostiarra acabó asistiendo a Markel y hasta por medio le dio tiempo a desplazar a un defensor sin que el colegiado se percatara. Robo, cinco toques y gol. Perfecto.

A partir de ahí los bilbainos jugaron sus mejores minutos, control de la pelota, velocidad tras robo, un par de remates de Williams y el 0-2 que, asistido por un buen Eraso, tuvo un insistente Aduriz, que solo ante el guardameta no acertó. El Borussia, herido en su orgullo, se revolvió ante la envolvente del Athletic y la falta de espacios arriba, y un chutazo lejano de Schürrle que obligó a Iraizoz a estirarse fue el preludio del penalti pitado por mano de San José y que Gorka se encargaría a adivinar a Aubameyang. Minutos de rabia de todo un equipo Champions que casi materializa el joven Pulisic encarando al navarro pero enviando el balón a la madera. Salvó los muebles un serio Athletic, aupado en esa presión alta y extenuante, que obligó a los renanos a un ataque estático que se les atragantó.

Una primera mitad de mucho ritmo y desgaste, ocasiones por parte de ambos –lo que en el caso de los rojiblancos es una buena noticia–, y una segunda menos vistosa, con Raúl García en punta y Yeray de central, carrusel de cambios en los alemanes con un eje defensivo formado por Bartra y Mikel Merino. Una doble ocasión de Beñat y Raúl y un centro-chut envenenado de este fue el bagaje ofensivo vasco en un acto en el que el Borussia llevó la iniciativa, tuvo la pelota, pero apenas encontró resquicicios en la defensa bilbaina.

Primer triunfo, notable puesta en escena y ante un rival poco rodado pero de nivel, el técnico que perfila su once liguero, buenas sensaciones de los ‘titulares’ y un reconfortante «aquí estoy yo, mister» de Bóveda y Eraso.

Valverde, con los pies en el suelo

Un «partido exigente» decía Ernesto Valverde, «una buena prueba para nosotros, aunque llegábamos con algunos jugadores justos de forma» más allá del resultado. El técnico alabó la concentración de los suyos ante la entidad del rival, «hemos apretado arriba con más o menos éxito, pero sobre todo era no perder el sitio». No obstante, destacó el que «les hayamos hecho ocasiones, que para mí eso es fundamental, porque no estábamos teniendo muchas». No alabó mucho esa presión «porque es nuestro estilo», aunque «se hizo en general bien». Valverde sí se quejó del repliegue en el tramo final de la primera mitad, lo que concedió ocasiones. Al final, Txingurri reconoció que «este partido lo teníamos señalado, nos refuerza en lo que hacemos, pero no dice mucho más que mantener una línea, ganemos o empatemos, nos interesa para prepararnos cara a la Liga», dijo, rechazando en todo momento echar las campanas al vuelo.J.V.