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Miles de civiles huyen ante el avance talibán en el sur de Afganistán

Alrededor de 10.000 civiles se han visto forzados a dejar sus hogares en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, ante el avance de los talibanes, que ya controlan amplias zonas, y se han refugiado en la capital Lashkargah o en zonas más seguras de sus distritos.

Los civiles, principalmente de los distritos Nadali y Nawa, en los alrededores de Lashkargah, comenzaron a abandonar sus casas hace una semana a medida que los talibanes avanzaban hacia la capital de Helmand, una provincia donde ya controlan amplias zonas, principalmente los campos de adormidera, que supone casi el 80% de la producción de Afganistán. Los talibanes dominan totalmente al menos cuatro de sus catorce distritos y disputan dos, y en al menos tres más las fuerzas gubernamentales apenas controlan las áreas donde se ubican los edificios públicos y sus alrededores, mientras el resto está en manos insurgentes.

El avance de los insurgentes, diez días del comienzo de su ofensiva militar en la provincia, hace temer a autoridades y habitantes de Helmand que pueden conquistar Lashkargah, con 200.000 habitantes, como hicieron con Kunduz en octubre de 2015. Entonces, los talibanes consiguieron controlar la gran capital del norte durante dos semanas, por primera vez en 14 años de guerra, sembrando el pánico entre la población.

En varios distritos de Lashkargah seguían los combates entre talibanes, que el lunes se hallaban a seis kilómetros del centro de la ciudad, y tropas afganas apoyadas por los bombardeos aéreos de las fuerzas de EEUU en Afganistán. Según relató a AFP Haji Qayum, un residente en la capital, «los talibanes controlan todas las carrete- ras que conducen a Lashkargah. Los cordones policiales caen uno tras otro y todo el mundo cree que la capital acabará cayendo en manos de los talibanes».

No obstante, el general Charles Cleveland, de EEUU, afirmó que se trata de «un nivel normal de violencia». «Los talibanes nunca han sido capaces de conquistar y, sobre todo, mantener una capital o un distrito importante», aseguró a AFP.

Pero aunque los intensos combates dificultan los desplazamientos, unos 10.000 civiles han dejado sus hogares huyendo de la violencia para refugiarse en Lashkargah o en otras zonas más seguras, donde viven en condiciones difíciles. La mayoría sin acceso a comida ni a agua potable y sin tiendas para soportar las altas temperaturas, según el jefe de la plataforma Sociedad Civil de Helmand, Muhammad Hamdard. «En algunas zonas la gente ha perdido a sus hijos por el calor y la falta de instalaciones sanitarias», agregó.