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Tensión en Milwaukee tras el toque de queda después de dos noches de violencia

La tensión persistía ayer en la ciudad de Milwaukee tras la declaración el lunes de un toque de queda nocturno (a partir de las 22.00) para jóvenes menores de 18 años después de un fin de semana de violencia provocada por una nueva muerte de un hombre negro por disparos de la Policía.

«Al parecer muchos padres y responsables han tomado muy, muy seriamente el toque de queda puesto en práctica durante la noche», declaró el alcalde de la ciudad, Tom Barrett, al diario "Journal Sentinel".

Fueron desplegadas tropas de la Guardia Nacional, seis personas fueron arrestadas al anochecer y la comisaría de Policía fue cerrada temporalmente después de que se oyeran disparos en las cercanías, informó el periódico. Pero no se produjeron mayores incidentes, según el jefe de Policía, Ed Flynn.

El domingo por la noche, una multitud apedreó vehículos policiales e incendió comercios en el barrio de Sherman Park de la ciudad, donde fue desplegada la Policía antidisturbios.

Las protestas comenzaron la tarde del sábado después de que dos personas interceptadas por la Policía en su automóvil se dieran a la fuga a pie, según la versión policial. «En la persecución, un agente abrió fuego contra un sospechoso armado con una pistola semiautomática», que falleció en el acto, indicó la Policía de Milwaukee.

Era Sylville Smith, un joven negro con antecedentes, según el informe oficial, que detalla que la pistola que llevaba había sido robada en marzo. Recibió dos disparos, uno en el pecho y otro en el brazo.

El policía que disparó sobre Smith también era negro, según el jefe de Policía Flynn.

La protesta derivó en graves disturbios, que se saldaron con 17 detenciones y varios policías heridos.

Según la prensa local, los manifestantes prendieron fuego a una gasolinera, un banco, una tienda de cosméticos y otra de repuestos de automóviles.

Durante la noche del domingo, el parabrisas de un vehículo blindado fue alcanzado por varios disparos.

Estos incidentes ocurrieron en un contexto de tensiones por una serie de muertes de varios negros, la inmensa mayoría desarmados, en los últimos tiempos en Minnesota y Luisiana, que derivaron en protestas contra la brutalidad policial. Estas muertes provocaron también los ataques mortales contra varios policías en aparentes actos de represalia en Dallas (Texas), y Baton Rouge (Luisiana)