Con la apertura ayer del voto por correo, los militantes del Partido Laborista, sumido en una profunda crisis desde el referéndum del 23 de junio sobre la permanencia en la UE, tienen hasta el 21 de setiembre para elegir a su nuevo líder. El nombre del ganador será anunciado el día 24 de ese mismo mes, en el marco de un congreso extraordinario en Liverpool.

Jeremy Corbyn, elegido triunfalmente al frente del Labour en setiembre de 2015 con el 59,5% de los sufragios de los militantes, sigue siendo el favorito a su propia sucesión frente al diputado galés y experiodista de la BBC Owen Smith, quien ha prometido una «revolución socialista», pero «pragmática».

Corbyn cuenta con el apoyo de los sindicatos y de la mayoría de los militantes, pero sigue teniendo en contra a más de tres cuartas partes de los 230 diputados del partido. Al día siguiente de la votación a favor del Brexit, 172 electos aprobaron una moción de desconfianza hacia su líder, a quien acusan de haber defendido de manera demasiado tímida la permanencia en la UE.

El domingo, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, pidió cambios en el liderazgo porque «Jeremy ha demostrado que es incapaz de ganarse la confianza y el respeto del pueblo británico», según declaró. A esta postura se sumó ayer la líder del partido en Escocia, Kezia Dugdale. «No creo que Corbyn pueda reunir al partido y liderar el camino hacia el gobierno», señaló Dugdale en un artículo en el diario escocés “Daily Record”.