GARA
LAVAL

Los ganaderos se enfrentan a la mayor empresa láctea

Lactalis es la mayor empresa mundial del sector lácteo, con una facturación que ronda los 17.000 millones de euros. Durante esta temporada estival, esta multinacional francesa está tratando de imponer a los ganaderos del oeste del Hexágono un precio todavía más rebajado que el habitual. Por eso, los sindicatos de ganaderos más representativos iniciaron ayer una protesta que puede convertirse en un bloqueo de la sede central de la compañía, en Laval.

Cientos de ganaderos de los departamentos del oeste del Estado francés iniciaron ayer una concentración ante la sede de Lactalis en la ciudad de Laval (Pays de la Loire), convocados por los grandes sindicatos agrarios, para protestar por el bajo precio de la leche que reciben del líder mundial del sector.

La movilización, organizada por la Federación Nacional de Explotadores Agrícolas (FNSEA) y por los Jóvenes Agricultores (JA), tiene voluntad de convertirse en un bloqueo duradero para reclamar una mayor remuneración, ya que la actual no les permite cubrir costos de producción y, además, Lactalis paga menos que otras empresas.

La compañía, en un comunicado que hizo público la semana pasada, se quejó de que «solo en Francia el sindicalismo agrícola niega la realidad del mercado y ataca a una empresa en particular, con un discurso irresponsable que el grupo Lactalis ha denunciado y condena firmemente».

En un momento en que los ganaderos evalúan sus costos de producción en unos 350 euros por cada 1.000 litros (0,35 céntimos por litro), Lactalis abona 256 euros, y eso supone un 10% menos que en 2015, cuando ya se había producido una caída del 10% respecto al ejercicio precedente, según precisó ayer el secretario general de la FNSEA, Dominique Barrau, quien considera que la política de precios de la multinacional francesa incita «a los otros industriales a tirar sus precios a la baja y a pagar lo menos posible».

Precio «estival»

El portavoz de la empresa, Michel Nalet, puntualizó que ese es un precio que «se ha decidido únicamente en este periodo estival» y señaló que esto no quiere decir que continuará a ese nivel en los próximos meses. En declaraciones a la emisora France Info, rechazó el argumento de los sindicatos que le reprochan que pague por la leche menos que otras empresas. Agrial, Danone o Isigny Sainte Mère abonan en torno a 270 euros por cada 1.000 litros o incluso más, pero Nalet aseguró que hay cooperativas que tienen precios netamente inferiores. También resaltó que en el Estado francés los ganaderos reciben alrededor de un 15-20% más que en Alemania por cada litro de leche.

A su juicio, el «menosprecio contraproducente» contra Lactalis, «líder privado desde hace años», por parte de los dirigentes del sector agrícola francés «no es casualidad». En este contexto, señaló que desde el cuarto trimestre de 2015 «el apoyo a los productores llega a más de 75 millones de euros».

Igualmente, afirmó que «entre los grandes países productores de leche, Francia es ahora el que tiene el precio no solo más elevado, sino que es claramente superior a todos los grandes competidores europeos, y en particular a Alemania, primer productor europeo».

Frente a los reproches por los precios a los que compra la leche a los productores, insistió en que «en este contexto difícil para todos los actores, el grupo Lactalis ha hecho esfuerzos importantes» en la modalidad de aplicación de los contratos de aprovisionamiento.

Lactalis recoge más del 20% de la leche producida en el Estado francés, en particular en el oeste, donde se concentra el grueso de sus cerca de 17.000 proveedores.

La compañía tiene en el Hexágono una plantilla de 15.500 empleados repartidos en 63 instalaciones industriales. En todo el mundo, cuenta con 229 plantas y con 75.000 trabajadores, y su facturación ronda los 17.000 millones de euros.

Política interna y externa

Tras el malestar de los ganaderos está la concatenación de varios elementos que han hundido el precio de la leche en Europa en los dos últimos años. Por una parte, el fin de las cuotas lecheras en la Unión Europea desde el 1 de abril de 2015. Esto ha propiciado una carrera entre los grandes propietarios para incrementar la producción.

Por otro lado, pesa el embargo decretado por Rusia a mediados de 2014 –en respuesta al impuesto por la UE a productos rusos por el conflicto en Ucrania– y la caída de las importaciones de lácteos por parte de China.