Amaia U. LASAGABASTER
LA VUELTA

La mayoría manda

Lilian Calmejane (Direct Energie) consigue la segunda victoria consecutiva para el ciclismo francés. El colombiano Darwin Atapuma (BMC), compañero de escapada, se coloca al frente de la clasificación general.

Como si fuese una simple cuestión de números, la cuarta etapa de la Vuelta se resolvió por mayoría. El país con más representantes en el pelotón se volvió a llevar el triunfo, esta vez en la figura de Lilian Calmejane. Vencedor que otra vez salió de la fuga, si no mayoritaria, sí numerosa. Y larga: una veintena de integrantes, quince maillots y más de 130 kilómetros en fuga. Y por mayoría, absoluta, aguantaron todos los candidatos al triunfo final en cabeza de pelotón en la última ascensión, mucho después de que sus equipos hubiesen asumido que el triunfo parcial no era cosa suya.

Aguantaron los favoritos pero no el líder. Perdió contacto, mientras eran precisamente sus compañeros los que marcaban la marcha, y acabó cediendo para beneficio de otro de los fugados, Darwin Atapuma (BMC), que se hizo con el maillot rojo.

No fueron los únicos nombres propios de la jornada, 163 kilómetros entre Betanzos y San Andrés de Teixido, marcada por una fuga sin ciclistas vascos –sí estaban Ángel Madrazo y Jaime Rosón de Caja Rural– y sin representación de los cuatro equipos de los principales candidatos al triunfo, Sky, Movistar, Tinkoff y Orica. Pero sí con un buen puñado de buenos, y muy batalladores, corredores. Rolland, Zeits, Stybar y De Gendt, junto a otros 15 hombres, se marcharon poco antes del kilómetro treinta de etapa. Se entendieron, mientras por detrás Movistar asumía su rol sin excesiva convicción, visto que no había peligro para sus hombres fuertes, más allá del líder. Cuando llegó la hora de arrearse, De Gendt, siempre más cómodo en solitario, tuvo demasiados ojos clavados. Todo lo contrario de Calmejane, un recién llegado a su equipo, y a la élite, que en la ascensión final saltó tras Domont y antes que Rolland, para salir victorioso del duelo entre franceses. Tampoco Atapuma pudo cazarle pero sí hacerse con la segunda plaza y el liderato.

Dos hombres felices en meta. «El objetivo en mi debut en una grande era descubrir este tipo de competición y correr sin complejos. Mejor no me ha podido ir –reconocía Calmejane, 23 años–. Cuando he visto que la escapada iba a llegar me he concentrado en el último tramo y me he aprovechado de ser desconocido; ha habido menos control y me he podido aprovechar». «Ser líder es un sueño hecho realidad», sonreía Atapuma.

Oportunidad para los velocistas

Los hombres rápidos tienen hoy una de las escasas oportunidades que les ofrece la carrera, con los 171 kilómetros entre Viveiro y Lugo. Si otra fuga no lo impide, porque el día no presenta grandes dificultades en vertical pero sí un trazado rompepiernas, óptimo para valientes.