El Ejército turco justificó sus ataques artilleros el ISIS en Yarablus (Siria) como respuesta a ataques yihadistas previos con morteros y cohetes contra Kakamis y Kilis, en suelo oficialmente turco y justo enfrente de Yarablus (Siria), último punto estratégico de paso controlado por el ISIS en la frontera turco-siria después de que hace una semana los yihadistas fueran expulsados por la coalición kurdo-rebelde siria del FSD de la ciudad de Minbej, más al este.

Los ataques yihadistas son la excusa, porque el objetivo del fuego artillero es dar cobertura a una inminente incursión de cientos de rebeldes islamistas y salafistas sirios desde territorio turco para arrebatar Yarablus al ISIS, anunciada por el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y confirmada por fuentes rebeldes.

Frenar a los kurdos

El objetivo último de Ankara con esta ofensiva, más allá de expulsar a los yihadistas y de abrir un nuevo corredor para sus patrocinados rebeldes sirios, es frenar el avance desde el este y el sur de la coalición del FSD.

El Gobierno turco ha anunciado reiteradamente que no permitirá en ningún caso que el FSD, en el que las milicias kurdas son de lejos la fuerza principal, se hagan con el control de de Yarablus tras Minbej.

Y es que los bombardeo artilleros no se limitan al ISIS y desde el lunes tienen asimismo como objetivo posiciones de la milicia kurda de YPG (Unidades de Protección Popular) en Minbej y al sur de Yarablus, donde luchan contra el ISIS.

Eso explica los motivos de que Ankara haya dado marcha atrás y desmienta ahora que el ISIS fuera el responsable del sangriento atentado contra una boda en Gaziantep. Al dejar la autoría en el aire refuerza su atrabalaria tesis de que el ISIS y el PKK (valedor de las milicias de YPG) «son lo mismo» .

Todo ello en vísperas de la llegada a Ankara de Joe Biden, vicepresidente de EEUU, al que Erdogan acusa de amparar al supuesto líder golpista Güllen y de dar cobertura aérea a los kurdos en su ofensiva para controlar territorios fronterizos al oeste del río Eúfrates, «línea roja» para Ankara, que trata de buscar aliados al recibir ayer al líder kurdo (iraquí) Barzani y lanzando guiños a Damasco en busca de un acuerdo que garantice «la integridad territorial siria». Todo menos los kurdos.

EEUU advierte al régimen sirio, en retirada frente a los kurdos

El Pentágono advirtió a Damasco que «haremos todo lo necesario para proteger a nuestra gente sobre el terreno», en Hassaka, en referencia a las tropas de la llamada «coalición internacional» contra el ISIS. Washington envió hace una semana aviones que avistaron a los cazas sirios para proteger a sus fuerzas especiales, que oficialmente asesoran a las milicias kurdas.

El opositor OSDH (Observatorio Sirio de Derechos Humanos) aseguró que las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD), una alianza kurdo-árabe, arrebataron entre el lunes y ayer al régimen sirio y a Hizbulah el control de cinco aldeas cerca de Al Hasaka, donde desde hace cinco años regía una tregua tácita que saltó por los aires hace una semana. En paralelo, las milicias kurdas (YPG) se han hecho con elel control del 90% de Al Hasaka, incluidos los barrios en disputa de Al Nashua y Güiran y la cárcel central de la ciudad. YPG y OSDH anunciaron un alto el fuego que prevé la retirada del régimen, que mantendrá un retén policial en las sedes oficiales. GARA