GARA
ACCUOMOLI
TERREMOTO EN EL CENTRO DE ITALIA

Al menos 120 muertos en el seísmo

Al menos 120 personas murieron entre los escombros de las viviendas derrumbadas en varias localidades del centro de Italia, sacudidas y prácticamente destruidas ayer por un terremoto de magnitud 6. Entre las ruinas seguían desparecidas docenas de personas mientras los equipos de rescate seguían buscando supervivientes.

El potente terremoto que sacudió ayer el centro de Italia provocó al menos 120 muertos y destruyó docenas de edificios en cuyos escombros los equipos de rescate seguían buscando supervivientes. El seísmo, de magnitud 6, destruyó parcialmente tres pueblos en una región montañosa al noreste de Roma.

«Hay por lo menos 120 vidas truncadas», afirmó el primer ministro, Mateo Renzi, además de 368 personas heridas . «Italia es hoy una familia golpeada, pero que no se detiene» dijo Renzi, durante una comparecencia desde Rieti donde acudió para seguir la emergencia,

La jefa del Departamento de urgencias de Protección Civil, Immacolata Postiglione, advirtió de que aún había muchas personas desaparecidas por lo que la cifra de víctimas podría aumentar. Además varias docenas de heridos fueron atendidos en el lugar o trasladados a hospitales cercanos.

Renzi detalló que de los fallecidos, 86 se han producido en las localidades de la región de Lazio, entre ellas la de Amatrice la más afectada por el seísmo, mientras que 34 se contabilizaron en municipios de la región de Las Marcas..

Las primeras imágenes de las localidades más afectadas revelaban la amplitud de la destrucción. Edificios reducidos a ruinas, miembros de los grupos de rescate levantando los escombros con sus manos con la esperanza de encontrar supervivientes y personas demacradas que se agrupaban en las calles o las plazas de sus pueblos, destruidos en parte en pocos segundos.

Uno de los más afectados, Pescara del Tronto, con unos cientos de habitantes, parecía borrada del mapa, según las primeras imágenes. Allí murieron al menos diez personas, según Postiglione

«Solo se oye a los gatos»

«Mi hermana y su marido están bajo los escombros, esperamos a los equipos de rescate pero no llegan hasta ellos. Se las arreglaron para sacar a los hijos de mi hermana, que ahora están en el hospital. Pero ella y su marido no aparecen. No dan señales de vida. Solo se oye a sus gatos», relató Guido Bordo, de 69 años, en Accumoli, epicentro del seísmo en la provincia de Lacio, a 150 kilómetros de Roma.

Angustiado, Bordo deposita todas sus esperanzas en la excavadora, porque hasta ahora ha hurgado con las manos, sin guantes ni palas, para retirar la montaña de escombros, las piedras, vigas, trozos de ventanas que se acumulan ante la residencia de su hermana.

Bordo y su hermano Domenico, junto con otras 30 personas, esperaban informaciones en un espacio organizado a las afueras de la población.

Cinco cuerpos ya han sido extraídos, entre ellos una familia entera, dos adultos y dos niños, que fueron hallados sin vida en este pueblo prácticamente destruido.

Como en este caso, ayer todavía se buscaba a cientos de desaparecidos que quedaron atrapados cuando sus casas se derrumbaron mientras dormían. El seísmo tuvo lugar a las 3.36 y es el de mayor magnitud en Italia desde el ocurrido el 20 de mayo de 2012, cuando otro temblor de tierra de 6 puntos causó 25 muertos entre Módena y Ferrara. El 6 de abril de 2009 un terremoto de magnitud 6,3 causó más de 300 muertos. Su epicentro se situó en l’Aquila, no lejos del lugar donde tuvo lugar el seísmo de ayer, que llegó a sentirse hasta en Roma, donde muchas personas se despertaron.

Los habitantes de Accumoli esperaban en silencio que un ruido, un grito, una señal, sirva para rescatar con vida a amigos y parientes. Poco después del mediodía, casi nueve horas después del primer terremoto, las grúas y excavadoras del ejército aún no habían llegado al pueblo, situado a 800 metros de altura.

Buscando entre escombros

La desolación invadía toda la localidad, pedazos de persianas se mezclaban con canastas de flores, trozos de pared con fragmentos de edredón, restos de móviles con zapatos rotos.

Mientras, docena de bomberos revisaba los escombros con palas antes de que llegara el personal especializado para organizar la primera noche sin techo de los damnificados.

Uno de los perros rastreadores se detuvo de repente y se volvió hacia un punto en particular: allí debería iniciar la excavación. Sin embargo, Daniela Romanato, bombera que participa en la operación de rescate, no tiene muchas esperanzas. «Los perros han sido entrenados para buscar e indican el lugar donde las personas están atrapadas. Pero como no ha ladrado, es muy probable que la persona esté muerta», explicó. «Estamos enviando un perro más pequeño para ver si se puede meter hasta donde se encuentre la persona que está debajo, pero es muy poco probable que haya un sobreviviente aquí», agregó. Entre lágrimas, el alcalde, Stefano Petruci, describía una situación dramática en una localidad medio destruida: «el pueblo ha desaparecido. Es una tragedia».

En Amatrice, cerca del epicentro, los habitantes relataban escenas de destrucción total de una localidad que preparaba una fiesta. Un Consejo de Ministros declarará hoy el estado de emergencia, lo que permitirá liberar una recursos y adoptar medidas con efecto inmediato, sin necesidad de tramitación parlamentaria.

Mateo Renzi señaló que «es prematuro hablar de reconstrucción», subrayando que ahora es momento de «secar las lágrimas», aunque en una comparecencia anterior había asegurado que «no dejaremos a nadie solo, ninguna familia, ningún ayuntamiento, ninguna pedanía». El Ministerio de Economía y Finanzas informó de que ha destinado 234 millones de euros para la emergencia.

Además, se han puesto en marcha distintas campañas de solidaridad y de recogida de fondos en Italia.