Diez horas de tiroteo convirtieron la Universidad Americana de Kabul en la madrugada de ayer en un campo de batalla en el que perecieron 17 personas, entre ellas siete estudiantes y un maestro y los tres atacantes.

Unos 750 alumnos y profesores se encontraban en el recinto académico cuando a última hora de la tarde del miércoles kamikaze lanzó un vehículo con explosivos contra la barrera del centro, lo que abrió el paso para que otros dos insurgentes fuertemente armados penetraran en el lugar, abriendo fuego contra los que hallaban a su paso.

«Querían masacrar a los estudiantes», dijo a Efe el jefe de Policía de Kabul, Abdul Rahman Rahimi.

Para evitar la matanza, un grupo de respuesta rápida de las fuerzas especiales de la Policía acudió a la Universidad y, aula por aula, evacuó a los estudiantes mientras trataba de neutralizar a los atacantes. Entre ellos estaba el comandante Akbar Andarabi, abatido por los insurgentes. También murieron dos policías, dos guardias de la Universidad y un vigilante de un instituto aledaño, bajo un muro derribado por la explosión.