GARA
IRUÑEA

Una colilla lanzada desde un coche desata un enorme incendio en Puiu

El incendio más importante del verano empezó ayer después de que alguien lanzara una colilla mal apagada desde la autopista. El fuego comenzó cerca de Puiu y, por la tarde, ya había consumido 2.000 hectáreas y avanzaba hacia Añorbe y Tirapu.

El Gobierno navarro tuvo que solicitar ayer apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para controlar el incendio declarado entre Puiu y Tafalla, que afectaba a media tarde a una superficie de más de 2.000 hectáreas y cuyo origen pudo estar en una colilla arrojada desde un vehículo en la AP-7. Según informaron fuentes del Ejecutivo, por la tarde el incendio seguía avanzando en sentido noroeste empujado por fuertes rachas de viento sur y superaba ya por el norte la carretera que une Tiebas con Artaxoa.

El fuego llegó a amenazar las principales vías de conexión Norte-Sur de Nafarroa: a la Autopista de Navarra (AP-15), y la carretera que une Iruñea con Tutera (N-121). Tampoco a las vías del tren que unen Iruñea con el nudo de Castejón.

Las labores de extinción se centraban en prevenir con el apoyo de los medios aéreos el flanco oeste, donde se encuentra la zona forestal con mayor valor ecológico. También se realizó un esfuerzo por controlar el frente norte en las inmediaciones del Canal de Navarra, para que así el incendio no alcanzara los municipios de Tirapu y Añorbe, aunque a los vecinos de esta localidad les conminaron a evacuar la zona.

La investigación preliminar de la Policía Foral determina como punto de inicio del incendio el kilómetro 54,5 de la AP-15, en el término de Tafalla, y los agentes trabajan con la hipótesis de que la causa del fuego pueda ser una colilla arrojada desde un vehículo.

Durante el día trabajaron en el dispositivo de extinción seis medios aéreos y todas las dotaciones de bomberos del Parque Central y de los comarcales de Tafalla, Estella, Lodosa y Azkoien, así como una más del de Zangoza, lo que suma un total 18 dotaciones. Las aeronaves implicadas son dos helicópteros, tres avionetas (una con base en Noain y dos en Agoncillo, La Rioja) y un hidroavión (con base en Zaragoza).

Asimismo, también se desplazó personal del Guarderío Forestal –que aportó una máquina bulldozer para realizar cortafuegos–, la Policía Foral –encargada de la investigación– y la Guardia Civil.

Del mismo modo, colaboraron personas voluntarias y agricultores que perimetraron con tractores el flanco este del incendio. Los últimos datos disponibles de la estación meteorológica instalada en El Carrascal no eran buenos de cara a faciltar el control y extinción de las llamas.