Raimundo Fitero
DE REOJO

Campos

Todavía se puede empeorar un poco más. Que nadie se inquiete, veremos cosas mucho peores. Pero al lugar donde han llegado “Las Campos”, es bastante difícil de lograr. Crear un reality a base de mentir sobre su propia vida y darle un poco más de morbo a la audiencia es de una decadencia absoluta. Pero claro, cuando te muestran la casa de María Teresa Campos, uno piensa que el precio a pagar para adquirirla y mantenerla es entregar su alma y su vida a la cadena para que durante unos programas se logre un máximo de audiencias. “Las Campos” es un lote, digamos que una, la madre, tiene historial, carnet de baile, currículum bastante explicativo, grandes éxitos televisivos y una o dos vidas presentando todo tipo de formato. Lo que sucede es que su hija Terelu no puede presentar esa hoja de servicios sin que a todos nos reviente el acceso de sospecha de que ha estado siempre promocionada, protegida, colocada por su madre que ha tenido mucho poder y mucha inflfuencia bien determinada sobre los directivos de Telecinco.

La realidad es que un programa de contenido cero, de supuesta indagación en la vida de esas dos señoras y su entorno, logra unas audiencias bastante importantes, por lo que ya se están haciendo listas de espera de clanes familiares televisivos que se avengan a este paripé, a perder la poca dignidad que les pueda quedar por un puñados de euros.

La que perdió del todo Aramís Fuster que aparece fantasmal en “Sálvame de Luxe” tras un episodio confuso sucedido en un hotel de Madrid a donde acudieron los servicios sanitarios tras encontrarla la Policía en estado lamentable tras haber recibido, al parecer, una paliza. Según parece se dedica a la prostitución. Otro juguete roto que aparece sin el alma que debió perder en una apuesta. Síntomas del daño que hace la tele.