Alberto PRADILLA
MADRID
CRISIS POLÍTICA EN EL ESTADO: ELECCIÓN DEL PRESIDENTE

Rajoy se enfrenta a su fracaso

Mariano Rajoy se enfrenta hoy a una investidura fallida. Salvo sorpresa, los 170 escaños de PP, Ciudadanos y Coalición Canaria no son suficientes para que el actual inquilino de La Moncloa siga al frente del Gobierno. Presiona al PSOE pero no parece que Pedro Sánchez quiera cambiar de opinión. Que su reunión durase 20 minutos es simbólico.

Hace cinco meses Mariano Rajoy, presidente español en funciones, calificaba de «vodevil» y «rigodón» el intento de Pedro Sánchez de ser investido tras firmar un insuficiente pacto con Ciudadanos. Hoy, después de una repetición de elecciones, el líder del PP se plantará en el atril del Congreso para hacer exactamente lo mismo que criticó al líder del PSOE. Su pacto con Albert Rivera ha servido para mantener a la opinión pública entretenida durante diez días pero la realidad es que, a no ser que Sánchez cambie de idea, el jefe de Gobierno saldrá del Congreso igual que como vino: con el puesto en prórroga y sin sustituto conocido. Los 170 escaños que sumarán PP, Ciudadanos y Coalición Canaria solo servirán para poner en marcha la cuenta atrás. Si no hay Ejecutivo en dos meses, se repetirían los comicios por tercera vez.

Era evidente que el objetivo del acuerdo sellado el domingo entre PP y Ciudadanos era presionar al líder del PSOE, que suficiente tiene con gestionar el fuego amigo de quienes, dentro de su propio partido, quieren también una abstención. Tanto Rajoy como Rivera confiaban en atacar por el flanco de las propuestas que Sánchez aprobó hace cinco meses. No lo han logrado, al menos en esta intentona.

Nada se esperaba de la reunión entre el presidente en funciones y el líder del PSOE. Para sacarse de encima los focos, este último había adelantado la víspera las líneas maestras de su discurso de mañana, dejando claro que el encuentro no era más que un trámite. 20 minutos de charla bastaron para Pedro Sánchez diese un portazo y calificase de «prescindible» la reunión. «Si queríamos más razones, las hemos encontrado en un acuerdo de gobierno que no rectifica los elementos nucleares de las leyes impuestas por el PP con mayoría absoluta: reforma laboral, reforma educativa o de cómo posterga la reforma constitucional que necesita abrir el país», afirmó.

Ya que el documento caducará el fin de semana, habría que analizar por qué el PP no ha incluido gestos que pudiesen seducir mejor al PSOE. De todos modos, esta es una carrera de fondo y en Génova confían en que el «no» de esta semana pueda matizarse tras las elecciones al parlamento de Gasteiz. Sánchez, por si acaso, avisa que si no hay novedades no convocará al Comité Federal, que es el que decide la política de pactos. Lo que no avanza el secretario general del PSOE es si, tras un fracaso del PP, estaría dispuesto a buscar un pacto alternativo con Unidos Podemos o, simplemente, confía en que Rajoy llegue a algún tipo de acuerdo con el PNV, que es la opción que ansían en Ferraz para no mojarse.

Rajoy, con el agotamiento

Si algo no se puede achacar a Rajoy es que sea imprevisible. Así que, con su mismo tono de siempre, escuchó el «no» de Sánchez y volvió a tenderle la mano, considerando que aunque el viernes sea rechazado, el camino no termina ahí. De hecho, el líder del PP no descarta volver a presentarse a una segunda investidura. Su estrategia es el agotamiento y confía en que, ante la disyuntiva de terceras elecciones o hacerle jefe de Gobierno, en Ferraz terminen convenciendo a Sánchez para que dé su brazo a torcer. Cuenta con la inestimable ayuda de “El País”, antaño medio cercano al PSOE y ahora principal defensor de la Gran Coalición y azote del actual jefe del PSOE.

En medio se encuentran Unidos Podemos y Ciudadanos, cada uno jugando su papel. Íñigo Errejón, portavoz del partido morado, insistió en que tras el fracaso de Rajoy debería abrirse un diálogo alternativo para hacer a Sánchez presidente. Albert Rivera, por su parte, trata de sacar réditos de su papel de bisagra e intenta vender el fin del bipartidismo a pesar de que él mismo ha sido capaz de pactar en los últimos cinco meses con los dos partidos del turnismo.

Rajoy no quería pero, al final, tendrá que enfrentarse a un Congreso que le dará la espalda.

 

El gasto social de PP y C’s dependerá de Bruselas

El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maíllo, advirtió ayer de que a pesar de que su partido y Ciudadanos hayan pactado un aumento del gasto en 28.500 millones de euros en los próximos cuatro años, este «está supeditado» a los ingresos y al cumplimiento de los compromisos del Estado español con la Unión Europea. «El punto número uno del acuerdo en la parte económica habla de que todo está supeditado al cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria», argumentó. Es decir, que ambas formaciones aceptan que sea Bruselas quien dicte las políticas sociales.GARA