Iñaki IRIONDO

Con Atutxa traficó el EBB para no perder la presidencia del Parlamento

Entre decir que su rechazo y el del PNV al «caso Bateragune» «siempre ha sido claro» y asegurar luego que sobre la inhabilitación de Otegi «no hay debate», apostillando además que «es un proceso jurídico-técnico consecuencia de una decisión adoptada por EH Bildu», hay un salto mortal intelectual. Porque la inhabilitación de su compatriota se une a la sentencia injusta que lo condenó a seis años y medio de cárcel con una línea de continuidad que no se rompe en ningún caso. Si finalmente Arnaldo Otegi no puede competir electoralmente con Iñigo Urkullu, será porque fue condenado injustamente por su actividad política. Frente a eso no cabe alegar ningún «oportunismo político». Otegi fue condenado injustamente y el PNV se vuelve a poner de perfil para intentar obtener ventaja de ello, como antes hizo con la ilegalización de Batasuna. Punto.

Pero más indicativo de las formas de hacer jeltzales resultó que ayer el lehendakari dijera que cuando presidía el EBB le hubiera gustado «poder presentar también al señor Atutxa como candidato en determinados ámbitos», pero que estaba inhabilitado «por defender una soberanía parlamentaria». Hay que recordar que para cuando el expresidente del Parlamento fue condenado por los tribunales españoles, ya había sido inhabilitado de hecho por el EBB del que formaba parte Iñigo Urkullu.

Tras los comicios del 17 de abril de 2005, en la Cámara se produjo un empate a 33 votos para la presidencia entre Juan María Atutxa (PNV) y Miguel Buen (PSE). EHAK estaba dispuesto a votar a un candidato o candidata jeltzale pero no al exconsejero de Interior, como no lo había hecho antes EH en plena era Lizarra. A la décima votación, el 23 de mayo, el EBB optó por sacrificar a Atutxa por no perder el cargo. Recayó en Izaskun Bilbao.

Nada más volver de vacaciones Atutxa dejó su escaño para cobrar el precio de su sacrificio. Primero ganó la presidencia de la Fundación Sabino Arana, luego un cargo en el consejo de administración de Bahía de Bizkaia Gas y después en Iberdrola Ingeniería y Construcciones. Se ha jubilado este julio con 75 años. No eligió bien ayer Urkullu el sujeto de su comparación.