Agustín GOIKOETXEA
BILBO
Elkarrizketa
IñAKI GOIRIZELAIA
RECTOR DE LA UPV-EHU

«El marco actual no da las herramientas que necesita una universidad moderna»

Iñaki Goirizelaia presidirá el lunes en el Bizkaia Aretoa, en Bilbo, el acto solemne de apertura del curso 2016-2017 de la UPV-EHU. Tras ocho años como rector y cuatro como vicerrector, no optará a la reelección. Satisfecho por el consenso logrado en torno a la principal nniversidad pública del país, pide que desde el ámbito político e institucional se les dote de cierta estabilidad para desarrollar su trabajo.

¿Con qué se queda de los ocho años al frente de la principal universidad pública del país?

Hemos dado pasos significativos en lo que es presencia en la sociedad, reconociéndonos como la Universidad del País Vasco. Es muy destacable el avance en investigación, somos el agente científico más importante del país. También es importante que contribuimos decisivamente a la normalización del uso del euskara en todos los niveles, puesto que hemos seguido avanzando y le hemos dado el rango de idioma universitario. En cuanto a la oferta docente, hemos conseguido que sea atractiva, teniendo una buena respuesta. La Universidad, además, ha vivido momentos de tranquilidad desde el punto de vista de la paz social.

Hay asignaturas que aún no se pueden impartir en euskara, ¿cuáles y por qué?

Impartimos más de 200.000 horas de clase en euskara al año prácticamente en todas las titulaciones. Estamos cumpliendo con los objetivos. En el ámbito de las Ciencias de la Salud, tenemos mayor complejidad, especialmente en la docencia clínica. Resulta difícil compatibilizar que tiene que ser un profesional de Osakidetza, que esté en un centro concertado, que sabe de esa materia, que es euskaldun y que además esté dispuesto. Es un problema de tener la masa crítica necesaria para dar respuesta a esa demanda. En el resto de las titulaciones puede ocurrir una situación puntual, pero en lo que son nuestros compromisos en la oferta de grados se cumple prácticamente al 100%, con esas salvedades.

Uno de los hitos de este mandato ha sido la reordenación de los centros. ¿Cuál es la situación del proceso?

Era un desafío, uno de los proyectos más importantes de este segundo mandato. Hemos dedicado muchísimo esfuerzo a buscar acuerdos. Los centros nuevos ya están creados como tal, ahora nos toca acabar de terminar el proceso de definición de los estatutos de cada uno y, basándonos en esas normativas, proceder hasta final de año a la elección de las nuevas direcciones o decanatos. Miro al futuro y creo que esta apuesta, ya lo dije en su momento, va a traer beneficios a la Universidad. Pero no es algo que lo vayamos a ver hoy, lo vamos a ver en los próximos años.

Cuando anunció que no optaría a la reelección, dijo que «habría continuidad en el camino». ¿Qué deja sin hacer?

Completar el desarrollo de los campus en cuanto a infraestructuras, sobre todo en Bizkaia. En Araba y en Gipuzkoa hemos avanzado mucho y están bien dotados. En Bizkaia, falta la nueva Facultad de Medicina, el desarrollo del Polo Tecnológico o mejorar las instalaciones de Sarriko, que no ha sido posible.

Me hubiera gustado poder haber llevado adelante la política de personal, tanto de Personal Docente Investigador (PDI) como de Personal de Administración y Servicios (PAS), que nos planteamos al comienzo del segundo mandato y que no hemos podido hacer por las normativas que nos han ido imponiendo. El PAS tiene una situación de interinidad importante. Me hubiera gustado convocar una Oferta Pública de Empleo más ambiciosa. Vamos a hacer una, pero es muy reducida porque tenemos únicamente la posibilidad de utilizar como tasa de reposición las plazas perdidas por jubilación.

¿Y en el docente?

Tras lograr implantar la enseñanza en los dos idiomas oficiales, con ciertas excepciones y críticas por ello, es el momento de apostar por titulaciones trilingües. Este curso empezamos una titulación que se va a dar tanto en Leioa como en Gasteiz, que es Educación Infantil. Como país, creo que es una apuesta, porque entiendo que nuestra sociedad debe ser trilingüe.

También hemos adaptado lo que fueron los primeros grados que pusimos en marcha. Hemos quitado algunos que no han tenido respuesta y hemos ido poniendo otros. Ahí hay margen para que sigamos mejorando nuestra oferta. Lo mismo sucede con los postgrados: después de haber hecho su plan estratégico, hay que llevarlo adelante. Somos una universidad que casi se acerca a la edad adulta pero todavía tiene «problemas de juventud». Tenemos que seguir trabajando para fortalecerla.

¿El problema principal ha sido la financiación?

Evidentemente. No se trata de que una institución se sienta apoyada por otra, sino que hagamos apuestas compartidas y las intentemos llevar adelante haciendo cada uno lo que le toca. Cuando surgen situaciones complicadas, como la crisis, a pesar de que tú hayas podido acordar una serie de actuaciones con un contrato programa o con un plan plurianual de inversiones dentro de un plan universitario, pues no se puede. Entiendo que el Ejecutivo nos diga que eso no se pueda hacer. Han sido además dos gobiernos con color distinto y los dos han dicho, en situaciones diferentes, que había cuestiones que recogía el Plan Universitario que no se podían hacer.

¿Muchos problemas han llegado desde el Gobierno español?

Hemos tenido colección de normativas. Hubo una época en la que cada viernes estábamos esperando al Consejo de Ministros a ver qué salía. Cuando te dicen que para cubrir el déficit no se puede incrementar la masa salarial y además no se pueden reponer las personas que se jubilan, te han bloqueado la carrera académica y la posibilidad de gestionar el PAS.

La inestabilidad política en el Estado español no parece la mejor solución...

Nadie sabe lo que va a pasar. Pediría que sepamos muy bien cuál es el compromiso con el que podemos jugar en un periodo de tiempo no comprometido con el mandato de un gobierno. La Universidad necesita espacios más amplios. En los ocho años que he estado como rector y cuatro antes como vicerrector, he conocido ministros, secretarios de Estado… cada uno quiere dejar su impronta y les hemos tenido que decir que aún no habíamos acabado de implantar la anterior modificación cuando ya querían aplicar otra. Con el debido respeto, me gustaría tener un marco más estable y diferente, no solo en el ámbito financiero aunque sea restrictivo, también en lo normativo. El marco normativo actual no nos da las herramientas que necesita una universidad moderna.

Ahí está también para la historia el enfrentamiento de los rectores con el ministro Wert...

Nunca en la democracia se había visto una cosa igual. Sigue habiendo unanimidad entre los rectores, aunque se oyen voces diciendo qué podemos hacer con los planes de estudios. Además de lo que haga el Gobierno de Madrid, me gustaría que hubiera aquí un consenso que nos permita poner encima de la mesa con qué cartas queremos jugar como Universidad en el País Vasco, con perspectiva más allá de una legislatura.

¿Dónde ve su futuro?

No tengo una bola de cristal. Tengo muy claro que mi futuro está en la Universidad.

¿No se ve en otros ámbitos?

Para poder contestar a eso, tendría que saber si alguien me hace una oferta y si me interesa. A mí me gusta mucho la Universidad, el ambiente docente, de investigación. Yo con la Universidad disfruto y todo lo que sea pensar en otras opciones de gestión fuera de ella, dependería mucho de qué es lo que se me ofrece. Tendría que ser, de verdad, algo que tenga que ver con un compromiso de país. Soy una persona muy centrada en este país, con la idea muy clara de hacer país y entonces no me veo en otros sitios.

¿Para cuándo las elecciones?

Las últimas dos elecciones han sido el 4 de diciembre. En esta ocasión hay dos problemas; uno, que es domingo, y otro, que está muy cerca si hay otro proceso electoral en el Estado. Voy a presentar el programa electoral el 29 de setiembre al Consejo de Gobierno. Veremos los plazos viendo el condicionamiento de que puede que haya otros comicios en diciembre.

Viendo el cierto consenso que parece existir acerca del rumbo que ha emprendido la UPV-EHU, ¿ve posible que haya muchas candidaturas?

Es reconfortante ver que hemos generado un consenso importante con un modelo de universidad que defendemos muchos y por tanto, algunos creemos que si tiene continuidad es bueno. Es cierto que si hay un debate sobre modelos distintos, si alguien se atreve a poner encima de la mesa otro y contrastarlo con el que hemos ido construyendo, pues igual es bueno. Ahora bien, que haya siete candidaturas como en el pasado... eso es impensable. Puede haber entre una y tres como mucho, y lo lógico es que haya dos.

¿Dependerá tan solo de la situación de la Universidad o de elementos externos?

Hay un consenso muy amplio alrededor de nuestra trayectoria y no existe una influencia política tan clara en la Universidad. El consenso se produce entre personas que luego en su vida normal pueden tener opciones políticas muy diferentes pero tienen un consenso con un proyecto universitario amplio.