Ya estamos en ello. Esperando una sesión mediática de jornada electoral que es bipolar. Aquí y en Galicia. ¿Está todo atado y bien atado? Dan por hecho que Feijó sacará mayoría holgada o incluso absoluta y que el PNV es el rey del mambo. ¿Se pueden dar una sorpresa? Barruntar se puede, pero la cuestión está en saber hacia dónde se escorará la sorpresa. En todos los mentideros políticos se asegura que quien más se juega es Pedro Sánchez. No su partido, sino el secretario general. Podemos y sus marcas pueden pasarle por delante en ambas elecciones y eso desencadenaría un terremoto con barones y baronesa forzando la abstención para que gobierne Mariano Rajoy, que es lo que desean una parte del PSOE. Los resultados se van a interpretar de manera estatal. Las variaciones que se anuncian pueden ser significativas, ya que parece existir un empate técnico entre EH Bildu y Podemos, dejando al PSE muy atrás y al PP, donde siempre.  Pero lo único que se puede barruntar es que las encuestas se utilizan como elemento de campaña, se busca inflar a unos para crear miedo y que salga el voto conservador a asegurar mayorías de derechas. ¿Hay un cambio generacional en el electorado que decante el voto hacia otros partidos? ¿Tanto ha cambiado el ambiente político en los últimos años? Parece ser que los politólogos y otros chamanes de la sociología aplicada se han puesto de acuerdo para señalar que los jóvenes tienen otras perspectivas políticas, que el propio sistema de comunicación ha variado de manera espectacular, aunque nadie se fía de las encuestas, ni los propios que las encargan y hasta los que las hacen a medida del que paga.

Hoy sabremos la encuesta definitiva. Y podemos echarnos unas risas esta noche cuando se sepan los datos definitivos. Algo va a pasar en alguna sede.  No valen excusas ni retóricas.