Joseba VIVANCO
Athletic

No pares, sigue, sigue

Tarde de Champions en San Mamés, donde los rojiblancos agradaron a su parroquia y sumaron una cuarta victoria que les aúpa en la parte más alta de la tabla. Yeray se doctora y primer gol de Balenziaga.

ATHLETIC 3

SEVILLA 1


La grada de animación acabó pidiendo que botara San Mamés. No era para menos. El infantil penalti cometido por Sirigu con un codazo a Aduriz sobre la bocina, y ejecutado por el donostiarra con Iborra como sufrido portero, fue la guinda que redondeó un pastel de Champions. Sí, porque este Athletic duerme en puestos nobles de la tabla tras superar al Sevilla con solvencia y, si creían que ya lo habían visto todo, con el primer gol, golazo, de Mikel Balenziaga en toda su carrera profesional. Un deleite para la vista, como lo fue contemplar el proyecto de gran central al que apunta el aguerrido Yeray o el unánime aplauso, puesto en pie, que el estadio le dedicó a un siempre estajanovista Raúl García. Esos momentos que el aficionado se lleva a su casa en la retina, que coronan una nueva victoria de su equipo que lejos de arrollar a sus rivales con ímpetu y desborde, está sabiendo amoldarse a duelos en los que el rival tiene más la posesión, cerrar a cal y canto las llegadas a su portería y sacar provecho de las ocasiones que genera. Un equipo que da la impresión se está haciendo mayor. Un equipo que tiene al Sevilla de estos últimos, su gen competitivo, años el espejo en el que mirarse.

Tarde de fútbol en San Mamés. Tarde de temperatura agradable. De sobremesa. De partido grande porque el Athletic estaba ante el reto de su cuarta victoria consecutiva y la posibilidad de adelantar a su rival y dormir en puestos de Champions. Y eso después de empezar con aquella decepcionante derrota en El Molinón. Kepa, titular de nuevo, el emergente Yeray en el eje de la zaga y a ambos cachorros se les unía en el once titular un tercero que lo era hasta no hace mucho, Williams. Los demás, los previstos. La guardia pretoriana de Ernesto Valverde. Enfrente, todo un Sevilla en el que el ‘mazado’ Jorge Sampaoli disponía un equipo en el que lo mejor estaba en el banquillo: Vietto, Kiyotake, N´Zonzi, Vitolo, ‘El Mudo’ Vázquez. Un conjunto que durante la primera mitad apenas sí metió miedo entre unas filas rojiblancas que sólo sufrieron en ese cuarto de hora que sucedió al gol de Mikel San José, en una jugada de estrategia de esas que últimamente nos enseña el equipo bilbaino.

El Athletic entró bien al partido. Muy bien. Apretando de inicio y teniendo en la bota de Williams su primer remate aunque le saliera muy desviado. San Mamés era sabedor también de lo que los suyos se jugaban y desde un inicio apostó por arrimar el hombro y no esperar a los derroteros que tomara el choque. Los leones combinaban bien, se les veía sueltos, a gusto. Raúl firmaba el segundo chut a puerta, Williams el tercero, esta vez a las manos de Sirigu. Apenas seis minutos de encuentro. El viento soplaba a favor, pero los locales no terminaban de aprovecharlo. El Sevilla fue tomando contacto con el balón, pero sin profundizar. El duelo entraba en una especie de bandera blanca en la que ninguno conseguía molestar al portero contrario. Beñat y Aduriz anotaron sendos disparos desviados. Apenas una pizca de sal en un plato que se enfriaba por momentos en detrimento de los rojiblancos.

Los andaluces no apuntaron su primera llegada con amago de peligro hasta el minuto 23. El Athletic no se lo ponía fácil y en ese interín en que nadie apretaba más allá que el contrario, apareció esa jugada de estrategia casi a la media hora. El Sevilla que se cierra mucho en torno a su área pequeña para defender, Beñat que saca atrás para un De Marcos que remata raso, el balón sale trastabillado y aparece en el polo opuesto un San José que arrastra el balón a la red a pesar de la oposición de Sirigu. Explosión de alegría en las filas rojiblancas porque el choque parecía estancado. Hasta el descanso, paso atrás de los de Valverde que dejaron toda la iniciativa a un rival que en verdad que hizo acopio de balón pero sin pisar área, y si trataba de hacerlo, aparecía por allí un enorme Yeray para rebañar un balón que levantó a la parroquia bilbaina de sus asientos.

Ventaja a vessturios que pudo haber sido mayor si el colegiado no hubiera apreciado que un disparo de Beñat lo detuvo Iborra dentro del área con su puños y no con la cabeza. Un Sevilla con mucha mayor posesión que pronto iba a equilibrar la contienda. Una jugada muy similar a la de los últimos goles que viene sufriendo el Athletic, un tuya-mía por banda que no aciertan a frenar y la pelota acaba, esta vez rematada por Nasri, en el fono de la red. Primera llegada clara, primer remate, gol.

El empate le sentó mal a los bilbainos. Atragantados, el único que tragó saliva fue Balenziaga, que minutos despuiés robaba una pelota en línea de tres cuartos sevillista, autopase de lujo y tiro cruzado a la red. Estallaba el guipuzcoano, estallaba San Mamés. Golazo que ayudó a sostener a un Athletic que con la inclusión de Iturraspe junto a San José aguantó el tipo ante un Sevilla que metió toda su artillería pero que solo obligó a Kepa a una única intervención. Solidario Athletic que tuvo el tercero en una contra de Saborit que no acertó en su asistencia a Aduriz, pero que el donostiarra certificaría con ese penalti ‘provocado’ por él, en el que Sirigu picó.

Dicen que no hay quinto malo. El Málaga. Hasta entonces, el Athletic parece que dormirá en Champions. Nadie quiere que esto pare. Sigue, sigue.

Valverde: «Me alegro por Balenziaga, nos da mucho»

«Ya lo creo que es importante ganar otra vez», reconocía Ernesto Valverde «y si es ante el Sevilla más». El técnico analizaba un «partido muy duro, difícil, nos planteaban problemas con su salida de atrás que nosostros presionábamos, y no nos dejaban tampoco salida clara a nosotros. Pero también sstábamos convencidos del gol, lo hemos conseguido en estrategia, su gol nos ha sentado mal porque no pasabamos apuros y con el segundo, golazo de Balenziaga, hemos acusado luego el cansancio y su calidad, pero al final la victoria nos reafirma mucho».

El técnico rojiblanco equiparó este resultado al cosechado ante el Valencia. «Les pongo en el mismo nivel. Tienen buenos jugadores ambos. Ellos hoy venían con dinámica positiva y le doy valor. Es un clásico de la liga, siempre complicado». Valverde apuntó que «intentamos jugar bien porque es el atajo más claro a la victoria», y eso para él significa, «que el balón esté cerca del área contraria, que hagamos peligro y jugar fluido. Que haya ritmo y lucha». Ayer se vieron cosas de esas en San Mamés. Incluso esa jugada de estrategia que le dio le primer gol y a la que el técnico le quitaba importancia. «Siempre preparamos cosas que salen mejor o peor, aunque aquí la gente simpatiza más con el balóna arriba, pero de vez en cuando variamos», dejó caer.

Sobre el gol de Balenziaga dijo que «yo esperaba que Mikel hiciera un gol un día de estos. Es un jugador que nos da mucho en ataque, y en defensa muchísimo. Siempre está dispuesto para incorporarase. Me alegro mucho que haya sido en un partido de este nivel y ese momento». Sobre Yeray, «es un juagdor que puede aportar muchas cosas, y puede mejorar mucho más». J.V.

Yeray fue uno de los más aplaudidos

El cachorro Yeray fue titular y cuajó, como ante el Sassuolo, un muy serio y expeditivo partido, que fue reconocido por la grada, sobre todo un par de lanzamientos al suelo para rebañar el balón.

Sampaoli admite que se vieron superados

Joge Sampaoli admitió que las claves de la derrota fue que a su equipo le faltó «activarse» desde el comienzo, en el que se vio «superado» por el Athletic.