Mikel ZUBIMENDI
DONOSTIA
CONGRESO DEL PARTIDO LABORISTA

Victoria clara de Corbyn que hace más fuerte su liderazgo y autoridad

Con una victoria inapelable y en las tres categorías –afiliados, sindicalistas asociados y seguidores registrados tras pago de cuota–, Jeremy Corbyn hace fuerte su control sobre el Partido Laborista. No obstante, está por ver si este será capaz de sanar sus graves heridas internas para así poder hablarle a la gente con una visión clara y coherente.

Con unos resultados inapelables dados a conocer en víspera de la Conferencia del Partido Laborista que se celebra hoy en Liverpool, la ciudad británica «más roja» y bastión histórico del laborismo, Jeremy Corbyn ha vuelto a ser reelegido, cimentando con más fuerza su mandato y su autoridad.

Con una participación mayor que en 2015, donde obtuvo el 59,5% de los votos y ganó en las tres categorías de votantes –afiliados, sindicalistas asociados y seguidores registrados tras pago de cuota–, Corbyn ha vuelto a ganar con un apoyo de casi el 62%, en las tres categorías, con una diferencia de votos de 313.209 frente a los 193.229 que obtuvo su rival Owen Smith, un izquierdista cool, una imagen fresca de la new generation para tumbar al viejo rockero «incapaz de ganar una elección».

El perdedor, tras declarar que desafió a Corbyn porque «no es el líder que necesitamos y sentía que el partido debía volver a ganar la confianza y el respeto de los votantes» y «respetar completamente el resultado», anunció que se tomará su tiempo para «reflexionar» qué hacer en adelante.

Y es que esta conferencia venía marcada por una operación de cuestionamiento de Corbyn, de minar su credibilidad y poner en duda capacidad de liderazgo, repleta de conspiración, complots, y campañas mediáticas que llegaron a su cénit cuando 172 parlamentarios laboristas aprobaron una moción retirándole la confianza y pidiendo su relevo.

Con esta segunda victoria frente a un establishment laborista que le ha estado desafiando constantemente, el veterano socialista sale fortalecido y su línea política anti-austeridad y partidaria de priorizar el interés de la mayorías trabajadoras ha pasado un test crucial.

Visión clara, apuesta coherente

No obstante está por ver si las heridas en el laborismo se cierran y si es capaz de dejar de mirarse al ombligo, de superar luchas cainitas y parroquianas, máxime cuando los sectores pro-Corbyn, mayoritarios en las bases, y anti-Corbyn, agazapados en los medios de comunicación y en el Parlamento, se han enfrascado en una guerra que no ha sido de desgaste. Al contrario, ha sido planteada en términos de quien gana debe destruir al perdedor. Esta por ver si quienes han pedido la cabeza de Corbyn vuelven al redil y aceptan el veredicto de las urnas. Habrá que ver cómo maniobra este en la elección del nuevo «gabinete en la sombra» y si da acomodo a sus críticos.

En cualquier caso, Corbyn deberá aceptar los errores de comunicación y estrategia que han minado el potencial de su partido y, sobre todo, digan lo que digan unos sondeos que sitúan al laborismo en unas pésimos expectativas, tendrá que hablar menos de sus problemas y más a la gente, ofreciendo una visión clara y una apuesta coherente.