Alberto PRADILLA

LA GRAN BATALLA DE SÁNCHEZ

Pedro Sánchez afronta su semana más importante en los dos años que lleva al frente del PSOE. Su órdago de primarias y congreso ha encontrado una fuerte resistencia interna. Los críticos creen que tendrán mayoría en el Comité Federal y que frenarán sus planes.

Como en «Battle Royale», la película de culto japonesa en la que diversos alumnos tienen que matarse entre ellos en una especie de macabro «Conquistador del fin del mundo», la clave de esta semana en el PSOE es que «solo puede quedar uno». Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, lanzó su desafío el lunes en forma de propuesta de calendario de primarias y congreso y sus rivales se organizan para que el plan no pase del sábado, cuando se celebrará el Comité Federal. Los cuchillos están afilados y los corrillos en los que ayer se dividían los diputados del Grupo Parlamentario Socialista mostraban que hay marejada en Ferraz. Todos se preparan para la penúltima gran batalla. Si Sánchez se impone, competirá por el liderazgo del partido en unas elecciones internas para el 23 de octubre y en el 39º Congreso. Todavía no se sabe contra quién, aunque las miradas están puestas en Susana Díaz, presidenta andaluza. Si los «barones» frenan su plan, no dimitirá y tratará de afianzarse en el poder por otras vías, aunque el congreso se retrase. Oficialistas y «críticos» creen tener la mayoría suficiente. La discusión se disfraza como una pugna entre quienes pretenden, como Sánchez, formar gobierno con Unidos Podemos e incluso los independentistas, y los defensores de abstenerse y permitir que el PP siga en la Moncloa. La disputa, sin embargo, es más profunda; tiene sus raíces en la progresiva debacle del PSOE y la incertidumbre instalada en un partido en declive y que tiende a quedar reducido a una formación regional andaluza.

Que la situación de Sánchez dentro del partido no era la más cómoda, se sabe desde hace meses. Y eso que llegó avalado por la todopoderosa presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que optó por un desconocido diputado como alternativa a Eduardo Madina en el cónclave de 2014. Mucho ha llovido desde entonces y su predicamento se ha venido muy abajo. Especialmente porque faltó a los compromisos adquiridos con sus grandes valedores (entre ellos, Díaz). El más importante: que sería un hombre de paja y no presentaría su candidatura a la Presidencia del Gobierno en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 hasta que sus socios (ahí también estaba José Luis Rodríguez Zapatero) le diesen permiso. Ese era el acuerdo, pero cuando Sánchez probó la comodidad del despacho de Ferraz decidió que ya no necesitaba padrinos. Y comenzó a desafiar internamente a quienes le plantaban cara en los comités federales. Recordemos, por ejemplo, cuando cambió la cerradura del despacho de Tomás Gómez, antaño mandamás de la federación madrileña. De este modo, da la sensación de que tanto sus antiguos aliados y ahora rivales como quien observa desde otras formaciones infravaloraron al antaño desconocido Sánchez. Le gustó el sabor del poder y la ambición terminó por hacer el resto. Cómo quedará el partido es otra cosa. Porque lleva muchos meses de derrotas y pugnas a escondidas para que un desafío como el del secretario general no le provoque graves heridas. También es verdad que, por ejemplo, en Nafarroa saben cuáles son las consecuencias de eso que denominan ahora «abstención técnica», que es permitir que Mariano Rajoy siga al frente del Gobierno.

La pelota está en el tejado de los críticos. Por una parte, preparan la estrategia para hacer frente a la propuesta de Sánchez en el mismo Comité Federal. Susana Díaz reúne mañana a sus fieles en Sevilla. Ayer no descartó presentarse como candidata en un Congreso Federal, pero lo primero es tumbar la propuesta de cónclave y, con ella, al propio secretario general. Si ellos se impusiesen, no habría congreso en diciembre, lo que dejaría a Sánchez en una posición de debilidad extrema. Habrá que ver qué equilibrios internos se mantienen, pero en la reunión del Grupo Parlamentario de ayer la mayoría de intervenciones estuvieron en contra de la hoja de ruta de secretario general. ¿Se repetirá la fórmula este sábado? A Andalucía se le suman Extremadura, Castilla La Mancha y el País Valencià. Son las mayores federaciones, así que podrían imponerse en el Comité Federal del sábado. Habrá que ver si se le exige dimitir, que podría ocurrir.

Otra cosa es que los militantes secunden la posición defendida por Sánchez y este termine convirtiéndose en una especie de «mártir de la izquierda» que pierda la primera batalla orgánica, pero termine imponiéndose en unas primarias para ser candidato. Los cuchillos están muy afilados.

las tensiones con podemos abren un nuevo frente a ferraz

Pedro Sánchez insiste en que él es partidario de configurar un gobierno alternativo, mientras que tiene rivales que son partidarios de abstenerse y permitir que el PP siga en la Moncloa. En medio de la tensión interna, Podemos rompió el acuerdo que mantiene con Emiliano García Page en Castilla La Mancha. Argumenta que no se estaban cumpliendo los puntos incluidos en el documento que permitió la investidura. En Extremadura, supuestamente, también hay tensión, aunque lo cierto es que no existe ningún pacto firmado. En Ferrol, tres concejales del PSdeG fueron relevados de sus responsabilidades de Gobierno por En Común.A.P.