Dabid LAZKANOITURBURU

Ofensiva terrestre sobre Alepo tras la apuesta rusa por la guerra total

Bajo una incesante cobertura de los bombardeos rusos, el Ejército sirio y sus milicias aliadas lanzaron una ofensiva terrestre en varios frentes para consolidar nuevas posiciones y prepararse para el asalto final. Un asalto que tanto Irán como Hizbulah dan por hecho después de que Moscú haya decidido apostar por la guerra total, con la que busca apuntalar definitivamente a su aliado sirio y proteger sus intereses geoestratégicos en la convulsa región.

Las fuerzas lealistas lanzaron una ofensiva terrestre en cuatro frentes contra los barrios orientales de Alepo y avanzaron posiciones en torno a la ciudadela de la capital económica del país.

Fuentes militares del régimen de Damasco anunciaron que tomaron el control total del barrio de Farafira, en el noroeste de la ciudadela, y que sus zapadores limpiaban la zona de minas y artefactos explosivos.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) se limitó a confirmar el avance y añadió que grupos rebeldes lo intentaron repeler lanzando ataques con morteros contra el barrio de Al Fiad, bajo control del Gobierno, y contra localidades aledañas de mayoría chií, como Nubul y Al Zahra.

Las fuerzas lealistas, por su parte, castigaban posiciones rebeldes aisladas en el oeste de Alepo como Kafr Hamra, Andan y Hian. El objetivo, asegurar la retaguardia en el marco de una ofensiva terrestre simultánea desde cuatro frentes: Handarat, al norte de Alepo, los aledaños del hospital Kindi, en el barrio central de Rashidin, el citado entorno de la ciudadela y el distrito 1070 Apartamentos, en manos rebeldes en el suroeste.

El barrio de Farafira, en la ciudadela, fue tomado por los rebeldes en su ofensiva de 2012, cuando llegaron a controlar la mitad de la ciudad, por lo que su conquista es muy simbólica.

Operación de envergadura

Sin duda estratégico sería recuperar el control del distrito 1070 Apartamentos, desde el que las fuerzas lealistas verían facilitado su acceso al centro de la ciudad, así como el asedio sobre los barrios orientales. La ofensiva en cuatro frentes fue confirmada ayer por un portavoz rebelde, que señaló que se trataría de la mayor operación terrestre desde que Damasco dio por rota la tregua la semana pasada.

«Guerra total» para Rusia

Los expertos señalan que Rusia ha optado por utilizar toda su potencia de fuego para ayudar a Damasco a reconquistar la totalidad de la ciudad de Alepo.

«Rusia ha decidido pisar el acelerador y optar por la guerra total porque no cree que pueda colaborar en Siria con EEUU por su falta de voluntad o por su incapacidad», concluye Fabrice Balanche, especialista sobre Siria en el Washington Institute.

Moscú y Washington negociaron un alto el fuego &dcOne;que incluía que Damasco –léase Moscú– permitiera la llegada de ayuda humanitaria a los sitiados barrios de Damasco y que Washington forzara a los grupos rebeldes a distanciarse del antiguo Frente al Nosra (sección siria de Al Qaeda).

Rusia, que castiga con inusitada saña a Alepo desde el pasado jueves, «quiere terminar de una vez con ese foco de resistencia rebelde», señala Igor SutyAgin, experto en Rusia de la Royal United Service Institute (Rusi) de Londres, quien añade que tras ello no quedaría por tomar más que la provincia de Idleb y unos pequeños focos insurgentes.

Thomas Pierret, experto en Siria de la Universidad de Edimburgo, coincide en que «se trata de dar a (el presidente sirio Bashar) al-Assad una victoria decisiva y de eliminar toda alternativa privando a la oposición de la que considera su capital».

Y es que si desde el inicio de la guerra en 2012 Moscú ha apoyado al régimen, nunca sus relaciones han sido tan cercanas como ahora. «Rusia ha hecho suya la tesis del Gobierno sirio», señala Bassam Abu Abdallah, director del Centro de Damasco de Estudios Estratégicos. «Antes se decantaba por una solución política y comenzó a dialogar con el Golfo, con EEUU y otros países, pero se ha dado cuenta de que es imposible», constata este experto cercano al régimen.

«Sin Alepo, Al-Assad es un semipresidente», añade Fabrice Balanche, para añadir que si la conquista totalmente podrá ir controlando el resto de las principales ciudades del país, incluidas Damasco, Homs (oficialmente reconquistada en 2014) y la irredenta Hama.

Fiodor Lukianov, del Consejo ruso para la Seguridad y la Defensa, coincide en que «rusos y sirios quieren controlar totalmente Alepo y solo luego negociar con la oposición desde una posición de fuerza». Alepo es clave porque el futuro «dependerá de la disposición de la línea de frente. Y esa línea debe ser estable», añade. Alexei Malchenko, politólogo ruso especialista en Oriente Medio, coincide en que una victoria en Alepo colocaría a Damasco «en posición de fuerza de cara a unas próximas negociaciones» bajo auspicios de la ONU

Más allá de la batalla de Alepo, la cooperación entre Moscú y Damasco responde a una lógica a largo plazo, señala Alexei Malchenko, politólogo ruso especialista en Oriente Medio. «Al-Assad no podrá obtener nada sin Moscú, y Rusia, por su parte, sabe que sin Al-Assad sería expulsada de Oriente Medio. Es una amistad forzada», añade.

Hizbulah e Irán cierran filas

Forzada o no, la opción rusa por la guerra total es recibida con satisfacción por los aliados regionales del régimen de Damasco. El líder de la organización de la resistencia libanesa Hizbulah Hassan Nasrallah, señaló ayer que «no hay perspectivas de una solución política. La última palabra la tendrá el campo de batalla», sentenció el líder del Partido de Dios en declaraciones al periódico “Al Ajbar”.

Hizbulah cuenta con 10.000 efectivos luchando en el campo de batalla sirio al lado de Damasco y ha perdido entre 1.000 y 2.000 hombres, según las fuentes.

El presidente iraní, Hasán Rohani, reiteró que su país seguirá apoyando a las autoridades sirias «en la lucha contra el terrorismo», según la agencia de noticias Tasnim.

«Totalmente inaceptable»

Las cancillerías occidentales siguieron rivalizando a la hora de denunciar la ofensiva total sobre Alepo. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, reclamó a Rusia «esfuerzos creíbles para restablecer el cese de hostilidades» en Alepo tras tildar de «totalmente inaceptable moralmente y una flagrante violación del derecho internacional» el reciente ataque contra un convoy humanitario.

La canciller alemana, Angela Merkel, condenó los «brutales» ataques sobre Alepo, dirigidos «de forma inequívoca contra la población civil». Hizo suyas las exigencias a Damasco y Rusia para que faciliten un alto el fuego pero mostró su escepticismo ante la posibilidad de decretar una zona de exclusión aérea para Siria, tal y como reclamó ayer mismo su ministro de Exteriores y dirigente del SPD, Frank-Walter Steinmeier.

El propio presidente de EEUU, Barack Obama, ha rechazado reiteradamente una zona de exclusión aérea en el país árabe.

El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, instó a Moscú y Teherán de ser «cómplices de los crímenes de guerra del régimen» pero fue más allá y siquiera aportó una reflexión sobre la situación.

Así, y tras reconocer la «proximidad peligrosa» que mantienen los «grupos moderados con facciones como Al Qaeda, añadió que la estrategia «virulenta y violenta» del régimen sirio «refuerza el extremismo y, a la postre, la amenaza terrorista en Europa (...) El régimen juega con esta ambigüedad. Dice que bombardea Alepo para echar a los terroristas. Pero el objetivo es atacar a los moderados, que son los que pueden estar en la mesa de negociaciones, y es lo que Damasco quiere evitar», concluyó.

Turquía insiste en criticar a EEUU por apoyar a los kurdos

Mientras sus hasta ayer patrocinados rebeldes seguían siendo masacrados en Alepo, Turquía incrementaba la presión sobre EEUU por su apoyo a los kurdos, lo que arroja luz sobre el acuerdo bajo mano alcanzado por Ankara con Moscú y su patrocinado régimen sirio.

El ministro turco de Exteriores, Mevlut Çavusoglu, denunció que 200 milicianos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) seguían en la ciudad de Minbej pese a que tanto Obama como su vicepresidente, Biden, y el secretario de Estado, Kerry, habría prometido a Ankara que se retirarían «en cuanto la operación hubiese terminado», es decir, una vez hubieran expulsado, dejándose la piel, al ISIS de la ciudad.

Turquía insiste en que los kurdos se retiren al este del Éufrates pero advierte a EEUU contra sus planes de implicar al YPG en la liberación de Raqa. Y eso que Raqa está al este del Éufrates. Ankara defiende su estrategia de alianzas con grupos locales para poner otra pica no solo en Raqa sino incluso en Mosul (Irak). D. LAZKANOITURUBURU

El este de la ciudad, entre Sarajevo y Grozni

Mientras en Occidente rivalizan por ver quién usa el adjetivo más dramático para ilustrar la situación y Rusia y sus aliados muestran su indignación por esas críticas, los 250.000 habitantes que quedan en el este de Alepo sufren una situación que algunos comparan con el Sarajevo sitiado en Bosnia, otros con Gernika, y los últimos con Grozni, capital chechena arrasada hasta sus cimientos por el mismo Ejército ruso.

Según datos ofrecidos esta semana por la Asociación Médica Siria, únicamente 30 médicos y muy pocas enfermeras se encuentran en esa parte de la ciudad. Tras acabar un curso de enfermería de seis meses en ese lugar, Baraa Omar trabaja en el hospital M2, uno de los cuatro que quedan operativos en la urbe. La enfermera, de 22 años, que decidió cursar estudios sanitarios tras interrumpir su carrera de ingeniería por la guerra, narra que «sufrimos una gran escasez de personal médico, solo hay un cirujano apoyado por otros dos facultativos; anteayer, por ejemplo, el quirófano estuvo abierto desde las 5.00 hasta las 3.00 del día siguiente»», se queja Omar, quien subraya que solo se operan los casos más graves. «La gente puede morirse esperando a que los atiendan, porque no hay personal suficiente», revela.

De repente, el ruido de una explosión lejana se escucha de fondo a través del teléfono de Omar, que habla con la agencia Efe desde su casa, donde vive junto a su madre y su tío, después de la muerte de su padre por los bombardeos en la población. «Por supuesto que mi familia tiene miedo por mí, pero el peligro esta en todas partes de Siria y en todos los rincones de Alepo», advierte.

La Organización Mundial de la Salud instó a que se permita la evacuación de enfermos y heridos del este de Alepo. Médicos sirios denunciaron que necesitan urgentemente suministros médicos y quirúrgicos para tratar a los cientos de heridos entre la población atrapada. Según dijeron, al menos 40 heridos necesitaban ser evacuados pero la mayoría querían ser enviados a zonas bajo control rebelde o al extranjero (Turquía), no a la parte oeste de la ciudad, controlada por el Gobierno. GARA