Pablo CABEZA
Bilbo
Elkarrizketa
JON BARREROS
GUITARRA Y VOZ DE STARBLUES

«He tocado delante de una persona, el camarero. Estoy preparado para todo»

StarBlues es un cuarteto de blues que ocupa las tierras pantanosas desde Ordizia a Tolosa. Entre tardes de pesca, sombras por la vegetación y contraluces de media tarde, Jon, Urko, Yon y Fermin vienen reuniéndose en una vieja cabaña desde hace seis años. Sólidos y empapados de blues dan vida a «Gu geu», ocho canciones de blues eléctrico que presentan mañana en D’Elikatuz de Ordizia. 19.30.

No, no nos ha dado el sol, no hay pantano entre Ordizia y Tolosa, lo confesamos, pero que existe StarBlues, que le pegan de maravilla al blues y que debutan con un victorioso “Gu geu” es redondamente cierto. Son ocho canciones con el peso de 40 minutos de blues con rasponazos rockeros.

Jon Barreros es el hombre-blues que se empeñó en ser músico, guitarrista y bluesero, previa etapa rockera. Excelente, porque el blues no está muy representado en Euskal Herria y StarBlues colorea un poco el ajustado caudal de nuestro Misisipi negro, el Oria.

De Barreros parte la novela en la que también se integran Urko Ruiz de Apodaka en el papel de bajista, Yon Labayen como hombre piano y Hammond y Fermin Etxeberria en el roll de batería. Urko y Fermin tienen la responsabilidad de sostener el ritmo, el meneo de cintura y de cabeza y Jon eta Yon colorean el disco con rotuladores en forma de guitarra y teclas.

La guitarra es la dominátrix, pero la cama la ponen los teclados. Ambos se reparten el trabajo de matices de forma brillante, con singularidades, complicidades generales y muy buen rollo bluesero.

El disco se inicia con una composición propicia para presentar a la banda sin necesidad de maestro de ceremonias. Jon grita: «¡Starblues¡». Y termina festejando la ruta, el camino, con el ferrocarril silbando y atravesando el Goierri. Por el medio muchas composiciones de calibre y más pegajosas que la vieja bruma del pantano.

El digipack, editado por Gaztelupeko Hotsak, será interpetado entero, más alguna versión, mañana en D’Elikatuz de Ordizia, a partir de las 19.30. Para los amantes del blues, el blues rock y la música con ritmo, “Gu geu” resultara sugerente, atractivo. “Sarblues”, “Gu geu”, espléndido, “Beldurra iluntasunean”, tan cadencioso, “Musikaz itsu”, “Irudi biziak, sabrosón, ¡ese piano!, “Lagun ezezagun”, imparable y cálida o “Errepidean, de lo mejor, bien se han ganado un impulso y respeto

Primeros años. La influencia del aita. Toma 1: «Nací en Beasain el 17 de diciembre de 1978 y he residido allí hasta la edad de 24 años. Después me fui a vivir a Idiazabal, que es donde resido. Mi pasión por la música, y en especial por la guitarra, se la tengo que agradecer (eternamente) a mi aita, que también es guitarrista aficionado (no a este nivel, pero sí de rondalla, hippie de camping…) y que gracias a su amplia discografía, que pude mamar en casa desde que tengo uso de razón, tengo ahora tantas influencias guitarrísticas y tan variadas».

Infancia y estudios. Toma 2. «Comencé con ocho años en la Musika Eskola de Ordizia a aprender solfeo y un año después comencé con la guitarra. Tras unos primeros años aprendiendo guitarra clásica, con la llegada de la adolescencia comencé a tener inquietudes más rockeras y es en esa época cuando comencé a participar en los primeros proyectos musicales entre colegas. Esta nueva situación provocó que cambiara de profe de guitarra: de lo clásico a lo rockero, y en este punto (muy importante) es donde conocí a Javier Arrillaga, profesor de guitarra en Ordizia por aquel 1994. Me marcó el blues con sus escalas, arpegios y algo de teoría musical sobre el tema. Tenía solo quince años, pero me encantó ese estilo de música y comencé a tocar, o a intentarlo, temas de las referencias que mi aita me había facilitado: Gary Moore o Stevie Ray Vaughan. A partir de ahí, entre el autodidactismo y las referencias del profe, pude comenzar a profundizar».

Pubertad. Entorno. Toma 3. «A pesar de que mi base como guitarrista es la del blues, también me esforcé por aprender y mejorar mi técnica. Participé durante más de diez años en un grupo llamado Dogma De Fe (Beasain) y del que pude sacar muchísimo provecho adquiriendo experiencia como guitarrista solista y corista tras haber grabado dos discos en un estilo más pop-rockero. Paralelo a todo esto, en casa de mis padres no dejaban de entrar discos cuyo contenido y estilo seguían sorprendiéndome y creándome más inquietudes (si cabe), artistas como John Mayall, BB King o JJ Cale. Hacia 2005 volví a la Musika Eskola de Ordizia (tras haber dejado a Javier hacía ya unos años), pero esta vez para zambullirme en el jazz con el profe Andoni Arratibel. A partir de este punto comienza a germinar la semilla de un futuro grupo de blues».

Como en casa no se come en ningún sitio. Toma 4: «El “flechazo” por el blues surge cuando comienzo a controlar las técnicas de blues con las lecciones aprendidas en la Musika Eskola y veo que soy capaz de emular a mis referencias aceptablemente. De todas formas, la razón mayor hacia este amor por el blues es la música mamada en casa. Nunca me planteé si este estilo iba a aportarme más o menos popularidad o aceptación entre la gente, creo que ahora que tengo un proyecto serio y un disco al que dar a conocer al público, me obligará a ser más consciente de las posibles dificultades o incomprensión por parte de la gente que venga a vernos, pero tampoco me preocupa demasiado. He llegado a tocar delante de una persona; el camarero del local. Estoy preparado para todo».

Complicidades. De frente a cámara. Toma 5. «Urko es un chico al que conozco de toda la vida, por haber coincidido desde pequeños en la ikastola (Ordizia), pero con el que años después compartiré también organización en el festival Ordiziarrock. Es en este foro donde nos conocimos realmente y poco tiempo después es en el combo de jazz de la Musika Eskola donde al comenzar a tocar juntos, le propongo crear un grupo de blues-rock. Urko es, ¡y que me perdone si lo llega a leer!, punk-rockero desde la cabeza hasta los pies. Su manera de tocar el bajo es agresiva y 100% con púa, cosa que hace que el bajo suene estridente y agudo. Sin embargo, he visto una evolución en estos seis años, ya que creo que el blues está arraigando en él poco a poco, haciéndole ver que tocando más suave y en ocasiones con los dedos, le da a los temas otro color y provocando un sonido mas gordito y empastado».

Llega un pianista. Toma 6. «Oficialmente, StarBlues nace en setiembre del año 2010 con Urko al bajo otra persona a la batería y yo al frente con la guitarra y voz. Pasados unos meses, me doy cuenta de que la base melódica necesita de algo más que una guitarra y no quería otra, por que ya venía de otro grupo con dos guitarras y no me cuadraba la idea; además, en el blues, creo que es más enriquecedor y da más juego combinar una guitarra con un teclado que convivir con dos guitarras. Para este planteamiento le pedí ayuda a mi profesor de jazz, Andoni, y me recomendó a Yon Labayen, ya que había tocado antes con él y lo conocía bien, asegurándome que encajaría a la perfección con nosotros. Yon se presentó en primavera –verano de 2011 a un ensayo– y en principio le gustó la idea, aunque reconoció que los temas no eran del ciento por ciento de su agrado (el venía del jazz y el pop). Es una persona importantísima en el grupo, ya que ha sido nuestra guía en muchos sentidos. Tengo que reconocer que con su ayuda muchas de mis composiciones han sido ‘corregidas’ o modificadas gracias a sus conocimientos teóricos de música (armonía) y que han adquirido otro sentido. Pienso que ha confiado en este proyecto y ha tenido la paciencia suficiente como para ver transformadas las ideas rockeras de un trío callejero, en el blues tan característico del que a día de hoy podemos estar tan orgullosos».

Falta uno para los cuatro. Toma 7: «Fermin es un ‘metrónomo andante’ nos da muchísima seguridad y confianza a la hora de tocar, ya que todos los golpes van clavados y resulta casi imposible perderse en cualquier situación. Creo que, en gran parte, gracias a él el proceso de la grabación ha sido relativamente corto. Gran batería y percusionista, en el disco ha sido el ‘panderetista’ oficial dándole a muchos temas una frescura impresionante.

Matices. Toma 8. «Los cuatro miembros del grupo estamos flipando por cómo suena el disco y, en parte, tenemos muchísimas ganas de que la gente lo escuche por esta misma razón, ya que, al margen de que guste más o menos su contenido, no tenemos dudas de que muy pocos van a poder criticar su parte técnica en cuanto a mezcla, masterización y edición. Somos afortunados por haber tenido cerca a Fredi Peláez, músico y técnico muy experimentado, y al que le estaremos eternamente agradecidos por su tremenda labor en esta grabación».