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Las satrapías del Golfo, irritadas por la ley del 11S

La anulación del veto que Barack Obama había impuesto a la ley que permite a las familias de las víctimas del 11S denunciar a Arabia Saudí amenaza la relación entre dos históricos aliados, ya tocada por el acuerdo nuclear iraní. Bahrein anticipó que «es una flecha disparada por el Congreso contra su propio país», mientras Riad sopesa una respuesta que puede afectar a miles de millones de dólares invertidos en Estados Unidos.

La anulación del veto del presidente de EEUU, Barack Obama, a la ley que permitiría a las víctimas de los atentados del 11S denunciar a Arabia Saudí, amenaza con asestar un golpe a la relación entre los dos aliados. «Es una flecha disparada por el Congreso contra su propio país», criticó el Gobierno de Bahrein, anticipando la irritación que puede provocar en las petromonarquías del Golfo.

El acuerdo sobre el programa nuclear iraní ya había enfriado las relaciones, pero no consiguió anular la cooperación entre Riad y Washington.

Obama utilizó la pasada semana su poder de veto para bloquear la Ley de Justicia contra Patrocinadores del Terrorismo, aprobada previamente por las dos cámaras que componen el Congreso. Pero estas anularon posteriormente el veto por una amplia mayoría.

Washington teme no solo el deterioro de su estrecha relación con Riad sino que se abra la puerta a denuncias contra EEUU por todo el mundo por «actos terroristas». El propio Obama criticó la decisión porque «si eliminamos la noción de inmunidad soberana, nuestros hombres y mujeres uniformados por todo el mundo podrían empezar a ser llevados ante los tribunales con leyes recíprocas». Obama reconoció la impopularidad de vetar la medida ya que «se puede percibir como que votas contra las familias del 11S justo antes de unas elecciones».

Arabia Saudí podría responder reduciendo su cooperación con EEUU, según expertos. «Temo implicaciones estratégicas catastróficas», advirtió Salman al-Ansari, presidente de un comité privado para la promoción de las relaciones saudi-estadounidenses. «Arabia ha sido apuñalada en la espalda por esta ley irreflexiva e irrealista. ¿Cómo se puede perseguir a un país que colabora contra ese mismo terrorismo del que es acusado sin fundamento?, lamentó. 15 de los 19 autores de los atentados del 11S eran ciudadanos saudíes, si bien la responsabilidad de Riad no ha llegado a demostrarse.

El pasado 12 de setiembre las seis petromonarquías del Golfo advirtieron del «grave precedente» y del impacto negativo que tendrá en las relaciones. «Tendrá incidencias negativas en la cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo», advirtió el ministro emiratí de Asuntos Exteriores, el jeque Abdallah Ben Zayed al Nahyane. Emiratos forma parte de la coalición que lidera EEUU para combatir al ISIS en Irak y Siria.

A su vez, un príncipe saudí amenazó con retirar los miles de millones de dólares invertidos en EEUU si la ley entraba en vigor. «Vuestras inversiones financieras deben reducirse en EEUU así como vuestra cooperación política y de seguridad», indicó el analista del Gulf Research Center Mustafa Alani.

El freno puede ser que «es importante tener a los americanos de nuestra parte» frente a las amenazas en Siria y Yemen, y para enfrentar a Irán, según Jamal Jashoggi, periodista y analista saudí. Jashoggi avisó de que la ley abrirá la caja de Pandora y otros países también se verán afectados, porque «hay muchos abogados americanos ávidos de dinero y mucha gente que tiene rencor hacia Arabia Saudí, Pakistán o Emiratos. La ley va a transformar los tribunales americanos en la arena para dilucidar los problemas políticos».