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ERBIL

Arrinconado en Mosul, el ISIS trata de distraer atacando Kirkuk

El Estado Islámico llevó a cabo una serie de ataques en la ciudad de Kirkuk, a más de 150 kilómetros del frente de Mosul y bajo control kurdo, como maniobra de distracción ante el avance de las fuerzas iraquíes y sus aliados hacia el feudo yihadista. Durante varias horas atacaron edificios y llevaron a cabo atentados suicida que causaron al menos 39 muertos. La ofensiva sobre Mosul continuaba avanzando sin encontrar aún un gran número de civiles en fuga.

En el quinto día de la ofensiva de fuerzas iraquíes y combatientes kurdos para tomar Mosul, los yihadistas del Estado Islámico (ISIS) llevaron a cabo ayer una serie de ataques en la retaguardia, en la zona bajo control kurdo. En una operación de diversión ante la ofensiva contra su feudo de Mosul, atacaron la ciudad de Kirkuk, donde al menos 39 personas, entre ellas 17 yihadistas, murieron en combates y atentados suicidas que comenzaron en la noche.

Kirkuk, situada a más de 150 kilómetros de Mosul, se vio transformada en una zona de guerra. Grupos de yihadistas con granadas y fusiles, vestidos «a la afgana» según un corresponsal de AFP, estaban presentes en las calles.

Al menos cinco kamikazes hicieron explotar sus bombas contra edificios gubernamentales, entre ellos el cuartel de la Policía, y algunos entraron en una mezquita desde donde lanzaron lemas del ISIS. Aunque más esporádicos, doce horas después del asalto aún se oían disparos y explosiones en la ciudad, que inmediatamente fue puesta bajo toque de queda por las autoridades.

El gobernador de la provincia, Najmedin Karim, indicó que podría tratarse de células durmientes del ISIS que han sido activadas en un intento de «reforzar su propia moral». «Trabajamos sin descanso para eliminar las células terroristas antes de que acabe el día. Solo la presencia de francotiradores nos impide acabar rápidamente», indicó el coronel Arkan Hamed, de la Policía provincial.

El gobernador animó a los habitantes a permanecer en sus casas. «Las calles están vacías, no hay nadie, no hay tráfico. Estamos asustados, intentamos huir a Erbil», relataba Itar Jalik, estudiante universitario. Sin embargo, según la cadena kurda Rudaw, numerosos residentes cogieron sus armas y se unieron a las fuerzas de seguridad para defender la ciudad. Algunos de ellos, según la cadena, apresaron vivo a uno de los milicianos de ISIS y lo ahorcaron.

También 16 personas –12 empleados iraquíes y cuatro técnicos iraníes– murieron en un ataque a una central eléctrica en construcción bajo dirección de una empresa iraní, en Dibis, a 40 kilómetros al noroeste de Kirkuk. Al ataque le siguieron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los kamikazes, uno de los cuales fue abatido antes de que se pudiera inmolar. La agencia que utiliza el ISIS, Amaq, asumió tanto el ataque como los atentados suicidas en la región de Kirkuk, pero no lo relacionó con la ofensiva de su feudo en el país.

El ISIS, preparándose para defender Mosul, no parece en posición de abrir un nuevo frente de guerra ni contraofensivas de envergadura como lo hacía en un pasado reciente. En cambio, sí puede llevar a cabo una táctica insurreccional y de atentados, en la que se enmarcarían los ataques de ayer en Kirkuk.

Uno de los atacantes detenidos, identificado por las fuerzas kurdas como Hani Aydan Mustafa, afirmó al ser interrogado que «el ataque era un plan del califa para demostrar que el Estado Islámico continúa extendiéndose y reducir la presión sobre el frente de Mosul».

Además, en un ataque no relacionado, 15 mujeres murieron y más de medio centenar resultaron heridas en un bombardeo aéreo contra un lugar de culto chií en Dakuk, al sur de Kirkuk, sin que se confirmara la autoría de la agresión.

Los peshmergas se hicieron con el control de Kirkuk en 2014, después de que el Ejército iraquí se retirara de la región, huyendo ante el avance del ISIS en el norte y el este de Irak.

Avances en Mosul

Mientras, en Mosul, las fuerzas iraquíes y sus aliados continuaban ganando terreno, como en Bartala, una ciudad de población mayoritariamente cristiana, a solo diez kilómetros al este, donde el comandante de las fuerzas iraquíes, el coronel Fadel Barwari, afirmó haber liberado ya el 80%. Bartala se consideraba la principal línea defensiva del ISIS en la zona.

A su vez, las fuerzas kurdas peshmergas rodearon por completo la zona de Bashika, al este de Mosul, y esperaban refuerzos para irrumpir en ella.

Casi 10.000 peshmergas están implicados en esta operación, según el mando de los combatientes kurdos, que actúan al norte y noreste de Mosul. Al sur, las fuerzas del Ejército iraquí remontan el valle del Tigris, tomando pueblo tras pueblo sin encontrar, por el momento, un gran número de civiles en fuga.

La ONU ha contabilizado 5.640 personas desplazadas en los tres primeros días de ofensiva, pero espera que el número aumente a medida que los combates se acerquen a los núcleos urbanos. Tiene preparados seis campamentos de desplazados para acoger a 45.000 personas y planea abrir once más con una capacidad total de 120.000 desplazados. En Mosul se calcula que hay 1,5 millones de civiles, y entre 3.000 y 4.500 yihadistas que podrían utilizarlos como escudos humanos.

La Oficina de Derechos Humanos de la ONU denunció que el ISIS ha obligado a más de 500 familias residentes de la periferia de Mosul a trasladarse a esa ciudad para utilizarlos como escudos humanos. Una vez en Mosul, los civiles son ubicados «cerca de las oficinas del ISIS y de los lugares donde operan para que les sirvan como escudos humanos», mientras que a los que están en la ciudad se les impide salir de ella.

Human Rights Watch (HRW) acusó a las fuerzas de seguridad iraquíes y kurdas de estar «restringiendo ilegalmente el movimiento de las personas desplazadas en campos cercanos a Kirkuk», de donde, según la organización, «no pueden salir libremente» y solo pueden hacerlo con el permiso de un «patrocinador» y únicamente para ir y volver en el día.

Se trata de controles de seguridad para evitar que entre los civiles huidos se camuflen milicianos yihadistas, un riesgo del que han alertado en los últimos días Rusia, Siria y el Estado francés. Turquía que mantiene buenas relaciones con el Gobierno autónomo kurdo de Irak, quiere controlar la zona fronteriza y, además, garantizar que la guerrilla kurda del PKK no se asienta en ella.

EEUU quiere dar a Turquía un papel que Irak rechaza

Turquía también cuenta con sus soldados y tanques en el frente de Mosul, al lado de los peshmergas kurdos, y reclama su participación activa en al ofensiva. El secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, tras un encuentro con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó que Washington y Ankara han llegado a un principio de acuerdo que podría dar pie a esa participación. «Es algo que obviamente tiene que aceptar el Gobierno iraquí», matizó Carter. EEUU trata de hacer equilibrios entre sus aliados, Ankara, Bagdad y las milicias de las YPG, enfrentados entre sí. El ministro de Exteriores de Irak, Ibrahim al-Yafari, demandó a las tropas turcas que se retiren de territorio iraquí y advirtió de que defenderán su soberanía «a toda costa. No aceptamos ninguna intromisión de países vecinos u otros». Turquía quiere garantizar que la guerrilla kurda del PKK no se asienta en la zona fronteriza iraquí y ataca en Siria a las YPG. Carter no quiso comentar la muerte de decenas de kurdos anunciada el lunes por Ankara.GARA

La ONU denuncia crímenes históricos en Alepo

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al-Husein, calificó ayer la guerra en Siria como un «crimen de proporciones históricas», donde hombres, mujeres y niños están siendo víctimas de crímenes de guerra, y potencialmente contra la Humanidad, y «un fracaso absoluto» de la comunidad internacional, con la Asamblea general de la ONU y su Consejo de Seguridad a la cabeza, a los que dedicó durísimas palabras. «Alepo era una ciudad de belleza y civismo milenarios. Ahora es directamente un matadero», acusó Al-Husein, que puso a la ciudad como ejemplo de una situación que se está repitiendo en otras 17 localidades donde todas las partes en conflicto son culpables de crímenes contra la Humanidad. El Alto Comisionado de la ONU describió sin ambages cómo decenas de miles de personas han sido ejecutadas, detenidas y torturadas durante una guerra que es, en realidad, «un conflicto de terceros países, alimentado por cínicos intereses». El Consejo de la ONU para los Derechos Humanos ha documentado violaciones de derechos humanos por parte de todos los bandos. Los grupos rebeldes siguen disparando proyectiles contra los civiles en los sectores occidentales de la ciudad, bajo control del Gobierno, mientras las fuerzas afines a Damasco siguen efectuando ataques aéreos indiscriminados. Al final de la sesión se aprobó una resolución con el voto de los países occidentales y sus aliados árabes, y rechazada por Siria y Rusia, entre otros. El representante sirio denunció que las potencias occidentales «llevan a cabo una campaña colonial» que «va a provocar que Siria se convierta en un desastre similar a lo que ocurre en Libia». Mientras, la ONU tuvo que anular la evacuación de 200 heridos en los barrios rebeldes asediados, al no darse las condiciones de seguridad necesarias, a pesar de la tregua decretada por Moscú. Los corredores humanitarios establecidos para que civiles y combatientes puedan dejar Alepo seguían desiertos. Moscú acusó a los grupos insurgentes de amenazar a la población para evitar que salga. A la vez, los combates estallaron en otras zonas de Alepo.GARA