Iñaki IRIONDO
XI LEGISLATURA DEL PARLAMENTO DE GASTEIZ

OTRA CONSTITUCIÓN SIN CONSTITUCIÓN

ARRANCÓ LA XI LEGISLATURA DEL PARLAMENTO DE GASTEIZ CON UN ACUERDO ENTRE GRUPOS QUE DEJÓ FUERA DE JUEGO AL PP. PARA SALIR DE SU IRRELEVANCIA, BUSCÓ LA TRETA DE PEDIR QUE SE PROMETIERA O JURARA LA CONSTITUCIÓN, LO QUE NUNCA ANTES HABÍA HECHO. NO COLÓ. BAKARTXO TEJERIA VUELVE A PRESIDIR LA CÁMARA.

Banda sonora de Ennio Morricone. Unas «nubes del desierto» (esos arbustos rodantes de las películas del Oeste) cruzan el salón de plenos. Gasteiz, Parlamento sin ley. El PP intenta poner orden. Borja Sémper exige que se aplique el artículo 108.8 de la Loreg, que reza que «en el momento de tomar posesión y para adquirir la plena condición de sus cargos, los candidatos electos deben jurar o prometer acatamiento a la Constitución». Pero ha calculado mal. No sus fuerzas: porque preveía que eso no iba a prosperar. Pero no sabía a quién se enfrentaban. Juan Luis Uria, el mas veterano del Saloon, de Elkarrekin Podemos, sheriff de la Mesa de Edad. Hombre de espaldas tan anchas como su sentido del humor. Pone cara de póquer y dice que consultará durante el receso previsto. A la vuelta responde que ni «la Ley Electoral ni los precedentes históricos de la constitución de este Parlamento» obligan. La votación ha quedado 4 a 1. Eso sí, agradece a Sémper su aportación. El parlamentario del PP replica que «le agradecemos que nos agradezca la propuesta, pero no es una cuestión de agradecimiento, es una cuestión de cumplimiento de la ley».

Y ahí cambiamos de peli. Clint Eastwood, su sombrero, su poncho, su cigarro y su revolver presto a desenfundar salen de escena y entra Groucho Marx fumándose un puro y con lo de «la parte contratante de la primera parte». Risas de fondo. En una posterior rueda de prensa Alfonso Alonso, aquel ministro que ayer ya no tenía Consejo en La Moncloa, intenta mantener el tono grave. Dice que insistirán y no descarta acudir a los tribunales. GARA le recuerda que con Arantza Quiroga en la presidencia tampoco se exigió jurar la Constitución: «¿También entonces se inclumplió la ley?». «Desde luego, no se le dio cumplimiento», responde, aunque añade que «nunca es tarde para cumplir las leyes».

El PP ha perdido toda relevancia en este Parlamento. Se queja de que le han dejado fuera de la Mesa y amenaza al PNV con el «arrieros somos, y en el camino nos encontraremos», pero el caso es que, al menos de momento, los jeltzales no quieren ningún trato con ellos. Y como los «antisistemas» a los que tanto critican, ayer optaron por montar el numerito para buscar un espacio en los medios. ¿Que por qué se lo damos aquí? Porque en lugar de ejemplo, dieron risa.

Constitución como siempre

Así que el Parlamento se constituyó por undécima vez como siempre, sin jurar ni prometer la Constitución, punto que en su día ya se rechazó incluir en el Reglamento.

A la sesión acudieron numerosos invitados, no por su interés sino por respeto institucional o arrope de partido. Estuvieron el presidente del TSJPV y el Fiscal Superior, los presidentes de las JJGG de Araba y Gipuzkoa y el alcalde de Gasteiz. El Ararteko y el rector de la UPV-EHU. Andoni Ortuzar e Itxaso Atutxa del PNV; Arnaldo Otegi, la diputada Marian Beitialarrangoitia y su compañero Oscar Matute, y los navarros Adolfo Araiz y Bakartxo Ruiz, de EH Bildu. Por Elkarrekin Podemos, los diputados del partido Morado Nagua Alba y Eduardo Maura, y los de Equo Juantxo López Uralde y Rosa Martínez estuvieron en las gradas del segundo piso. Su teóricos compañeros de Ezker Anitza se sentaron en el tercero. Cuentan que en la próxima distribución de espacios para los grupos parlamentarios está previsto dejar un hueco para un hipotético futuro Grupo Mixto.

Votaciones acordadas

Las votaciones para elegir a los cargos de la Mesa se demostraron acordadas por los grupos con la prevención y la previsión de que el PP pudiera tratar de alterar los resultados.

Para la presidencia no había problemas. Con una única candidata, la jeltzale Bakartxo Tejeria, solo cabía la duda de si saldría elegida en la primera o segunda votación. Tejeria tuvo los 37 votos de los escaños de PNV y PSE, frente a 38 votos en blanco del resto. Hicieron falta por tanto dos votaciones y en ambas el agraciado por extracción de bolitas para iniciar la votación fue el parlamentario de EH Bildu Mikel Otero. Anunció que a la salida compraría boleto para algún sorteo.

Para las dos vicepresidencias había también solo dos candidaturas, la de Eva Blanco, de EH Bildu para la primera, y la de Txarli Prieto, del PSE, para la segunda. El único problema que podría darse es que el PP tratara de cambiar con sus votos el orden acordado. Así que EH Bildu, Podemos y 9 parlamentarios del PNV votaron a Eva Blanco, logrando los 38 apoyos de la mayoría absoluta y evitando cualquier sorpresa. El PP votó en blanco.

Algo parecido ocurrió con las secretarías, aunque en esta ocasión no parecía necesario porque el PP presentaba su propio candidato, Anton Damborenea, en un intento baldío de reivindicar un puesto en la Mesa. El jeltzale Iñigo Iturrate sumó los 28 votos de su grupo, los 9 del PSE y 1 de EH Bildu para asegurar los 38. Cristina Macazaga, de Elkarrekin Podemos, tuvo sus 11 y 17 de EH Bildu.

Discurso de la presidenta

Constituida la nueva Mesa, su presidenta, Bakartxo Tejeria, hizo un breve discurso en el que resumió los retos de la legislatura en la reactivación económica y la protección social, el fortalecimiento de la paz y la convivencia y la necesidad de avanzar hacia un nuevo estatus «sin más límite que la voluntad de la ciudadanía vasca libre y democráticamente expresada».

Tejeria señaló que «para abordarlos, serán necesarios los acuerdos, la palabra y el diálogo. La palabra como instrumento al servicio del pueblo para alcanzar consensos que respondan a las necesidades de quienes nos han elegido. Con ese fin, seguiré impulsando el acuerdo, a través del diálogo respetuoso y sin exclusiones».

La XI Legislatura ha echado ya a andar sin necesidad de jurar ni prometer la Constitución española. Ahora quedan unos pasos de trámite hasta que, probablemente en la tercera o cuarta semana de noviembre, se celebre el pleno de investidura de Iñigo Urkullu. La duda está en cuál sea la fórmula para su gobierno estable.