Pablo CABEZA
BILBO
Elkarrizketa
BEñAT URTEAGA
BAJO DE IZEBERG

«Tenemos la sensación de que se ha mimado mucho lo que hemos hecho»

Odolaren Mintzoa, Hotzikara y Mendeku Itxua son bandas con recorrido en al escena vasca y parte de la base sobre la que fue creciendo Izeberg, formación de Usurbil que se consolida con un espléndido álbum titulado «Lurrik ez begi bistan», donde zapatea el rock con criterio y buenas bases.

Izeberg es el bloque formado por Ixak Arrruti, voz y guitarra, Jokin Irastorza, batería, Antton Aranburu, guitarra, y Beñat Urteaga, bajo. Su experiencia y cualidades permiten que su segundo álbum, “Lurrik ez begi bistan”, sea una propuesta rockera melódica de notable pegada, excelentes composiciones, inspiradas armonizaciones y acabado pétreo. Cada canción es una muestra de fuerza, empuje sin desfonde. Ixak Arruti posee una voz privilegiada, con rango y flexible. Termina por flotar sobre la parte rítmica, enriqueciéndose de juegos vocales de estudi0 como en la sugerente “Har(r)ia”. Instrumentalmente la formación es densa como el plomo, no hay fisuras, burbujas de aire espurias. Buenos músicos, experimentados y con valores.

“Lurrik ez begi bistan” es una apuesta sobresaliente en clave de rock con peso melódico y trazados metálicos contemporáneos, aunque sean puntuales. La gran virtud de Izeberg es la compensación perfecta entre los componentes y el equilibrio en todas las capas. Es relevante asimismo la habilidad para componer y soltar lastre con siete piezas a las que es imposible hallarles un pero.

Ixak aprende percusión y piano en el conservatorio. Antton y Jokin se decantan por la guitarra y Beñat empieza con el clarinete. Con el tiempo Ixak se convierte en el batería de Despervicio, Jokin en el de Odolaren Mintzoa, Antton es guitarrista de EPOK y Beñat le da a la guitarra por su cuenta. A Ixak le entra el gusanillo de la guitarra, lo lleva en la piel. Pasa a ser la guitarra y la voz, impecable, de Mendeku Itxua, con los cuales rueda durante un decenio. Antton y Beñat coinciden en la universidad, donde el primero le propone a Beñat como bajista para Hotzikara (de intensa pegada como muestra en sus dos discos), nacido de las cenizas de EPOK. Los tres grupos ensayan en el mismo local de Usurbil por lo que la relación es directa. No obstante, Mendeku Itxua se ha tomado una pausa.

Izeberg se forma en Usurbil en 2013. A Ixak le fluyen riffs que no encajan en Mendeku Itxua: vive las veinticuatro horas con su guitarra. En el coche con su primo Antton, surge una vez más la pregunta, «¿cuándo cojones vamos a hacer un grupo de rock» y Antton responde que a la vuelva de un viaje a India. Saben que Jokin, aún con sus 20 años, le da muy bien a la batería y tiran de anzuelo para ver si Beñat se anima. El universo se alía y nace robusto Izeberg.

¿El debut discográfico en 2014 ha sido la guía orientadora para «Lurrik ez begi bistan».

“Azalera” es nuestro primer disco. Fue interesante porque no dimos ningún concierto hasta que lo publicamos y ha ido abriéndose camino junto al grupo. Sirvió para que nuestras energías aprendieran a complementarse y para tomar estilo de trabajo en un equipo que hasta entonces no sabíamos como encajaríamos. Y encajamos bien, trabajamos codo con codo, mantenemos la ilusión y seguimos disfrutando de la música en el día a día. Es lo que nos ha llevado a sacar “Lurrik ez begi vistan”.

Se mueven dentro del rock, en ocasiones duro, otras melódico, a veces simplemente rockero, ¿se sienten en equilibrio?

Aunque hemos crecido escuchando de todo, ha sido el rock quien nos ha abierto el apetito de crear y disfrutar tocando; es decir, la guitarra y la distorsión han sido los ingredientes que nos han llenado y nos llenan. Tenemos momentos en los que nos apetece escuchar algo popero otros días más metalero, etcétera, y con Izeberg, la elección ha sido situarnos en un punto intermedio, ni heavy ni pop, rock. Lo importante es la esencia guitarrera (acompañada de una batería y un bajo con gusto) y que las canciones sean capaces de hacernos crear pequeños mundos en nuestras mentes.

Cada componente tendrá su canción favorita, pero uno de los temas más completos es «Har(r)iak», de ritmos medios, explosión muy intensa guitarrera por la mitad, vuelta a la calma y de nuevo al fuego. Es como la confluencia de todas las composiciones del disco.

Que “Har(r)iak” sea una canción completa fue lo que nos hizo, precisamente, decidirnos por presentarla como single. Como bien dices, tiene un poco de dulzura, melancolía, agresividad… Es una canción intensa a más no poder: en cada riff tratamos de que las sensaciones vayan cambiando y fluyendo para acabar en unos acordes simples y repetitivos, pero con fuerza y detalles cambiantes. Nos encanta que las canciones se llenen de detalles, que vayan pasando cosas que se capten nuestra atención y que luego nos acordemos de “cómo ha entrado ese plato” o de “ese acorde que…”.

Por si «Har(r)iak» quedaba muy melódica el siguiente corte es agitado. «Zabaldu atea», donde la guitarra roza el thrash de forma esquiva (queda como una tentación), finalmente se amarra en ese rock melódico alternativo lejos de los estereotipos habituales en los sonidos cerrados. El corte se ajusta a la pauta de la letra.

Es una canción con un aura triste, pero hacia el final parece que saca fuerzas y gana la energía positiva. Te deja buen gusto al final y se agradece. Además la letra también tiene un pequeño giro final que da sentido y acompaña a la música.

Les ayudan con las letras, ¿alguna razón en especial?

Tenemos la inmensa suerte de tener amigos bertsolaris, gente del nivel de Beñat Gaztelumendi, Haritz Casabal, Jokin Labayen, Xamoa o Jon Martin que además se ofrecen voluntarios a ayudarnos. Nosotros somos de los que sienten con la música y que la letra la pasamos a un segundo nivel. Claro que tiene importancia lo que se dice y cómo se dice, pero para que una canción nos llegue no la tenemos por qué entender (como ejemplo, muchas de las canciones extranjeras). Además Ixak y Antton suelen acompañar con la guitarra a los bertsolaris en sus actuaciones de “Bertso musikatuak” y de ahí se ha podido dar este trabajo conjunto. Es un lujazo tenerlos de acompañantes en este viaje.

La ilustración es del notable Joseba Larratxe, o de los hermanos. Batalla ganada.

Joseba es un Artista (con mayúscula) muy versátil. Ya habíamos visto trabajos suyos en cómics, revistas, etcétera, y nos gustó la idea de que la portada fuera un dibujo. Además, hoy en día vive en Usurbil así que era la oportunidad perfecta para un disco “Made in Usurbil”. Nos juntamos con él y sin darle demasiadas pistas ya nos trajo un boceto que nos convenció. Partiendo de la idea de un iceberg llegó al espacio, atravesó anillos de meteoritos y nos plantó un elegante cometa en nuestra portada. ¡Genial. Incluso el título del disco ha sido condicionado por la ilustración y no al revés. El trabajo que han hecho tanto él como su hermano Mikel (Izukari) ha quedado impecable y creo que se merece dedicarle más de un simple vistazo. Además, ¡somos los primeros que hemos puesto a colaborar a los hermanos Larratxe!

¿Felices con el acabado general y la evolución procesada?

Una vez que ha pasado el tiempo suficiente para olvidar el estrés vivido en el estudio, la sensación es muy buena. Este disco es completo musicalmente hablando, pero también respecto al sonido, letras y diseño. Tenemos la sensación de que hemos mimado mucho lo que estábamos haciendo y que esto se nota. Para el grupo es un paso adelante y ha ayudado a definir y asentar el estilo de Izeberg. Ahora solo queda presentarlo y dar caña encima del escenario, ¡algo que necesitamos!