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La «jungla» de Calais vive sus últimas horas antes de su desmantelamiento total

El desmantelamiento total del inmenso campamento que acoge a miles de migrantes en Calais comienza hoy con la evacuación de sus habitantes, un difícil proceso sobre todo para los menores.

Entre 6.000 y 8.000 migrantes llegados mayoritariamente de Afganistán, Sudán y Eritrea que malviven en el enorme campamento de chabolas conocido como la «jungla» de Calais frente a las costas inglesas, a las que sueñan llegar, van a ser dispersados a partir de hoy en centros de acogida repartidos por todo el territorio francés por razones «humanitarias».

La «jungla», que ha generado molestias en parte de la población local, se ha convertido en un problema que envenena el debate en torno a la inmigración en el Estado francés y llevó al Gobierno de François Hollande a anunciar a finales de setiembre su desmantelamiento.

Las primeras evacuaciones están previstas hoy, pero ya ayer los representantes de los servicios de inmigración acudieron al campamento para explicar a los refugiados y migrantes cómo será el proceso y señalarles los puntos de partida de los 145 autobuses que durante tres días, 145 autocares se turnarán para transportarles hacia los 400 centros de acogida temporal.

«Todo el mundo ha preparado ya sus cosas desde hace una semana», afirma Mohamed, un sudanés de 43 años. Él ha renunciado a pasar a Gran Bretaña, pero algunos de sus amigos han decidido abandonar el campamento, para intentar cumplir ese sueño.

La operación quedará terminada en una semana, según la previsión del Gobierno, que afirma haber movilizado 7.500 plazas de alojamiento. Queda por saber cómo será la acogida. Algunos pequeños pueblos expresaron su desacuerdo con el plan del Ejecutivo y varios miembros de la oposición de derecha aludieron al riesgo de crear varios «mini-Calais». El ministro de la Ciudad, Patrick Kanner, exigió ayer «respeto» y «humanidad».

Además de su compleja logística, la operación se anuncia delicada desde el punto de vista de la seguridad. Es una operación «de riesgo que puede degenerar» si hubiera «personas que quieren permanecer en el lugar» o activistas que no quieran irse de la «jungla», indicó el Ministerio del Interior, preocupado por la presencia en Calais de 150 a 200 miembros del movimiento No border, que aboga por la abolición de fronteras.

Un tema muy sensible es el de los 1.300 menores censados en la «jungla» de Calais y que se trata en estrecha colaboración con las autoridades británicas. París y Londres se han responsabilizado mutuamente de la falta de soluciones, pero el Gobierno británico aceleró finalmente los procedimientos de acogida para estos niños o adolescentes, unos 500 de los cuales tienen familiares en Reino Unido.

Un total de 194 menores no acompañados han sido trasladados en la última semana a Gran Bretaña. De ellos, 141 se beneficiaron de la reunificación familiar y 53 niñas fueron llevadas allí por su vulnerabilidad, pese a no tener allegados.