Agustín GOIKOETXEA
BILBO

Ascacibar niega su papel director en la operación de Karrantza que otros le achacan

Martín Ascacibar, exdirector de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Agricultura, negó ayer, como era previsible, su liderazgo, que otros implicados en la quiebra le atribuyen, en todo lo que rodeó a la operación para construir la fallida planta de purines de Karrantza.

«Yo no doy instrucciones a nadie», «no recuerdo», «puede que estuviera», «no tuve ninguna intervención», «no les dije que lo hicieran» o «no la contrataron por mi indicación» fueron algunas de las frases con las que quien desde Lakua impulsó de 2003 a 2009 el proyecto de la planta de purines trató de eludir responsabilidad directa en lo que derivó en la quiebra de la sociedad promotora, que había recibido más de 10 millones de euros de ayudas públicas y solo acometió el 18% de la obra.

Desde el administrador concursal, Abogacía del Estado, Fiscalía y Ayuntamiento de Karrantza se considera a Martín Ascacibar «administrador de hecho» de la firma, avalado por pruebas acreditadas y declaraciones como las de Ángel María Ruiz Quintano, administrador único y consejero de Karrantzako Minda (KM), que dijo el lunes al inicio de la vista oral que él era quien impulsó y controló la gestión y desarrollo de todo.

Ascacibar, que ayer fue interrogado durante cerca de cuatro horas en la vista que se sigue en el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Bilbo, insistió en que dotar al valle más occidental de Bizkaia de una infraestructura de estas características era un objetivo del Gobierno autonómico y de la Diputación, de ahí la inyección pública de dinero, conscientes de la dificultad de atraer a inversores privados. «Es una locura que no esté resuelto», manifestó, quien a las puertas de abandonar su cargo en 2009 firmó ayudas millonarias que sus sucesores frenaron.

A Ascacibar, ganaderos y representantes municipales en el consejo de KM le atribuyen el control de la operación como se escuchó ayer y la víspera, algo que él niega y asegura que solo presentó a empresas tecnológicas, técnicos y bufetes de abogados que se ha descubierto que tenían intereses comunes, con Ade Biotec a la cabeza, que iba a construir y explotar la planta.

Se le preguntó por Concepción García, una «conocida» suya e implicada, que realizó trabajos de auxiliar administrativo desde su domicilio y figuró como gerente, que cesó al pasar a ser él consejero delegado de KM en julio de 2009 al abandonar sus responsabilidades en Agricultura. Ascacibar explicó que decidió emprender «otra trayectoria profesional», como autónomo, aunque dada su «afinidad personal» con algunos de los integrantes del consejo, se incorporó para «ayudarles» en sus relaciones con la nueva administración.

Resoluciones exprés

Más difícil explicación tiene todo lo que rodeó a la concesión de las ayudas Ikerketa 2006 y 2008. El abogado Kepa Landa, que representa al Consistorio, le preguntó cómo se otorgó una ayuda nominativa en octubre de 2006 cuando la convocatoria se resolvió en mayo de 2007. «Eso no es posible», respondió Ascacibar, quien añadió que sus decisiones contaban con el plácet de un funcionario.

Landa le preguntó también cómo ese funcionario, asignado antes a la concesión de becas, fue capaz de pedir una subsanación por la petición de enero de 2006 cuando estaba en blanco y no se conocía ni la empresa. Respecto al programa Ikerketa 2008, no supo responder cómo pudo ser que el mismo día se concediese la ayuda, la sociedad aceptase y él diese la orden de pago. Dijo que su objetivo era «acelerar al máximo los plazos».