GARA
BRUSELAS

Valonia rechaza «ceder a la presión» y la Unión Europea apura el plazo

Casi todo el mundo descartaba ayer que la firma oficial del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá pueda llevarse a cabo mañana en Bruselas, donde volvieron a reunirse las entidades federadas de Bélgica, en cuyo seno persiste el bloqueo al CETA. No obstante, el Consejo Europeo mantenía la cita prevista para esa fecha desde hace meses.

Durante la jornada de ayer continuaron las negociaciones entre las distintas entidades belgas implicadas, por una parte, y entre el Gobierno federal y la Unión Europea, por otra, para intentar desbloquear la firma del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), sin que hubiera novedades sustanciales ya entrada la noche.

Los representantes de todas las entidades federadas de Bélgica volvieron a verse las caras por la tarde en Bruselas, en esta ocasión a invitación del ministro de Exteriores, Didier Reynders. «Vamos a ver cómo podemos responder a las preocupaciones de cada cual», declaró, prudentemente, el ministro antes de reunirse a puerta cerrada con sus interlocutores. Reynders explicó que sobre la mesa se colocaría un «texto consolidado», resultado tanto del trabajo de la parte valona como del de la Comisión Europea.

Hasta ese momento, la UE mantenía la decisión de no anular la cumbre con Canadá prevista para mañana en la propia capital belga para suscribir oficialmente el CETA. La UE no parecía dispuesta a renunciar pese a la fuerte oposición de Valonia, la Región de Bruselas y la Comunidad Francesa, las tres entidades que impiden al Gobierno federal belga estampar su firma.

«No pueden obligarnos a ceder bajo la presión», advirtió el jefe del Gobierno de Valonia, el socialista Paul Magnette, a su llegada a la reunión de ayer. Incluso, advirtió de que podrían «cesar las negociaciones» en caso de que se les lanzara un nuevo «ultimátum».

«Avanzamos milímetro a milímetro. Intentamos reunir las buenas voluntades alrededor de una mesa para ver si es posible progresar», comentó a France-Presse una fuente próxima al Gobierno federal que, no obstante, se extrañaba de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, no hubiera anulado ya la cumbre de mañana después de haber dado de plazo a Bélgica hasta la noche del lunes para que dijera «sí o no» a la firma del CETA. «Pero lo comprendemos, puesto que la presión de Canadá sobre la Unión Europea debe ser enorme», añadió esta fuente que pidió permanecer en el anonimato.

Un portavoz del Consejo indicó a la agencia Efe que será hoy, en su comparecencia ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, cuando Tusk se pronuncie de nuevo sobre el tema.