Koldo LANDALUZE
CRÍTICA «El contable»

Las peripecias del asesino que amaba los números

Tras su reciente incursión en el western con “La venganza de Jane”, Gavin O’Connor ha querido dejar nuevamente su impronta autoril en este peculiar filme cuyo interesante arranque se diluye progresivamente hasta derivar en un festival de balas. Si en su incursión en el western apostó por otorgar a Natalie Portman el protagonismo dentro de un género siempre ligado a los hombres, en esta oportunidad –y con menos éxito– ha pretendido que Ben Affleck se meta en la piel de un genio matemático cuya pericia en asuntos de contabilidad contrasta con su afición por el gatillo. Metódico y enfermizo en su obsesión por el orden, el sicario contable, o viceversa, está interpretado por un Ben Affleck que tan solo en algunos momentos logra evitar la catástrofe más absoluta dentro de un conjunto en el que prima el disparate y sus ínfulas seudointelectuales. Emparentada en la cercanía con la película de Kevin Costner “Criminal”, esta propuesta que aspira a todo y se queda en nada, ha querido rizar el rizo de lo imposible a la hora de diseñar un personaje muy extremo inmerso en una trama de thriller rutinario.

En su empeño por desarrollar un personaje que revela en todo momento su incapacidad para interactuar socialmente y encuentra su territorio propio en la infinitud de los números, el guion tramposo de Bill Dubuque pretende colocar en una tesitura extrema a un hombre tocado por el síndrome de Asperger. En realidad, “El contable” entra de lleno en esa tipología de thrillers que aspiran a trastocar los cánones habituales del género mediante una serie de recursos narrativos y visuales que, a pesar de sus esfuerzos, no logran sorprender al espectador, ya que detrás de su fachada pretenciosa se asoman las carencias del tópico.