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LISBOA

La Web Summit intenta definir un futuro incierto

Lisboa acoge esta semana la gran convención internacional de empresas tecnológicas que se celebra anualmente en el Viejo Continente. El lunes abrió sus puertas con la reivindicación de la innovación europea frente a crisis como la abierta por el Brexit, la desconfianza a la globalización o el proteccionismo. Pero las redes tejidas en Internet entran y salen de Europa sin atenerse a fronteras físicas ni virtuales, como las que quiere atravesar Facebook a medio plazo.

En esta edición de la Web Summit se espera que lleguen a Lisboa cerca de 50.000 participantes –7.000 de ellos directivos de empresas tecnológicas– procedentes de 157 países. El lunes, en la jornada de apertura, el fundador y consejero delegado de la cumbre, el irlandés Paddy Cosgrave, evocó sus modestos inicios: a la primera edición, celebrada en Dublín en el año 2010, apenas asistieron 400 personas.

El éxito de convocatoria de esta cita lo ejemplificaron las cerca de 3.000 personas que, según Cosgrave, se quedaron sin poder acceder al abarrotado recinto, el MEO Arena, en el que paradójicamente el fundador de la Web Summit no logró conectar su móvil con la retransmisión en vivo del evento a través de Facebook por un fallo en la red wifi.

Entrando en contenidos, en un debate sobre «las nuevas realidades» a las que se enfrentan la política, la sociedad y las empresas europeas, el director de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el brasileño Roberto Azevedo, afirmó que «tenemos un problema» en cuanto a la «incertidumbre» generada por el incremento del proteccionismo y del rechazo al «libre comercio», así como por la sensación de que algunos sectores «han quedado abandonados».

Destacó que ocho de cada diez empleos están relacionados con «las nuevas tecnologías, la alta productividad, la innovación». «Contra eso no se puede luchar, es el futuro, hay que abrazarlo», enfatizó Azevedo.

Abucheos para Barroso

Junto al director de la OMC se encontraba el expresidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, quien recibió algunos abucheos entre la audiencia con su polémico fichaje por el banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs como telón de fondo.

El político portugués vaticinó «grandes posibilidades» entre los jóvenes europeos pero también lamentó el incremento del «nacionalismo» o el proteccionismo. A continuación, subrayó que es «muy importante» que la UE «mantenga su posición en defensa de una sociedad abierta y la economía digital».

«Estados Unidos está claramente por delante de nosotros en cuanto a empresas tecnológicas, pero vemos que la Unión Europea crece exponencialmente» en ese sector, comentó, y confió en que se puede mantener esa tendencia «si no hay bloqueos a nivel nacional al mercado único digital».

De aquí a diez años

Un enfoque muy distinto fue el que utilizó el responsable de tecnología de Facebook, Mike Schroepfer, en la conferencia de apertura, durante la cual explicó que esta compañía estadounidense explora las posibilidades de la realidad virtual para reinventarse en la próxima década, objetivo para el cual trabaja en inteligencia artificial y en fórmulas para ampliar el número de personas con acceso a Internet en todo el mundo.

En su charla, titulada “De aquí a diez años”, mostró algunos experimentos que realizan en su sede de Menlo Park, en California, centrados en juegos o conversaciones para «conectar con la gente que quieres, aunque estén a miles de kilómetros». «Ése es el futuro», aseguró y comentó los esfuerzos de Facebook por conseguir representaciones digitales humanas con suficiente expresividad para crear una comunicación lo más parecida posible a la realidad.

El “transporte virtual” también permitirá conocer otras realidades lejanas para muchas personas, al poder experimentar cómo es la vida en un campo de refugiados o, dentro de las opciones lúdicas, introducir al usuario en los videojuegos. Ahora, reconoció, el reto es hacer que esa tecnología sea «más barata y accesible».

También apuestan por la inteligencia artificial para ayudar a «interpretar» toda la información que reciben a diario, poniendo como ejemplo los 2.000 millones de fotos que, según dijo, se comparten cada día en Facebook. En este sentido, destacó la rapidez con la que las ideas se transforman en aplicaciones o la evolución en el uso que se hace de los dispositivos móviles, lo que supone que la evolución de aquí a diez años sea en cierto modo imprevisible.