Los encarcelamientos de Altsasu apenas han suscitado reacciones entre los partidos españoles tras la campaña mediática que venía allanando el terreno. Desde Podemos, la portavoz adjunta en el Congreso y jefa de gabinete de Pablo Iglesias, Irene Montero, fue la excepción ayer, al criticar la operación en televisión.

En Antena 3, consideró que «hay que poner las cosas en su sitio, por respecto a las víctimas del terrorismo, a lo que hemos vivido y al ejercicio de construcción de la democracia y la convivencia. Y hacer pasar por terrorismo lo que no lo es hace daño a los que quieren construir convivencia y paz», añadió Montero.

En el Congreso, mientras, EH Bildu y ERC han puesto en marcha una iniciativa contra la aprobación de una declaración de rechazo de los hechos de Altsasu, que está plagada de irregularidades.

En un escrito conjunto a la Mesa de la Comisión de Interior, recuerdan que el texto no fue aprobado por unanimidad al contar precisamente con el rechazo de sus respectivas formaciones y la abstención del Partido Demòcrata Europeu Catalá. Gabriel Rufián (ERC) y Marian Beitialarrangoitia (EH Bildu) recuerdan que en estos casos «los usos y costumbres» de la Cámara exigen unanimidad. Así ha ocurrido con todas las declaraciones institucionales hasta esta de Altsasu. Ya lo denunciaron en su momento, pero el presidente Rafael Merino (PP) decidió validarla, incluso contra el criterio de miembros de su partido como el también diputado José Alberto Martín-Toledano.

Junto a ello, las formaciones vasca y catalana denuncian que el vídeo de la sesión que figura en la página web del Congreso ha sido «manipulado», suprimiendo las partes que recogían los votos en contra y, por tanto, camuflando «la ausencia de unanimidad», al igual que sus quejas.

Junto a la anulación de la declaración, ERC y Bildu reclaman que se restituya en su integridad la grabación de la sesión y que se garantice que el diario de sesiones recoja también todo el debate.