La iniciativa promovida por el Partido Verde que pedía un calendario estricto para un cierre anticipado de sus centrales nucleares fue rechazada en referéndum por un 54% de los votantes suizos y una gran mayoría de sus cantones.

El plan llevado a votación proponía el cierre de tres de las cinco centrales nucleares el próximo año y el de las dos restantes para el año 2029.

Esas cinco plantas generan casi un 40% de la electricidad de Suiza, un país cuyo Gobierno había manifestado claramente su voluntad de apostar por las energías renovables tras la catástrofe nuclear de Fukushima, en Japón. A pesar de que dos de las centrales superan los 45 años de funcionamiento, los suizos han preferido no imponerles un límite temporal.

Propaganda del lobby nuclear

Con una economía de las más competitivas del mundo y sin un plan de transición hacia otro modelo energético, los suizos habrían apoyado la tesis de las élites empresariales y habrían seguido sus consejos.

En definitiva, habría pesado más en el sentido del voto de los suizos la preocupación en torno a los supuestos apagones eléctricos y efectos devastadores para la economía que, según la propaganda del lobby nuclear, habría tenido la aprobación de la propuesta que la seguridad en torno a sus viejas centrales.