Dos cosas quedaron claras ayer en la toma de posesión de los consejeros y consejeras del nuevo Gobierno de Lakua. La primera, meramente anecdótica, que Ajuria Enea se ha quedado pequeña y obsoleta para las nuevas necesidades mediáticas de este tipo de actos formales y protocolarios. La segunda, mucho más de fondo, que por mucho que se hable de un gobierno de coalición formado por dos partidos con objetivos comunes cada parte, de momento, no puede evitar destacar su propia idiosincrasia partidaria.

El PNV, dada su abrumadora mayoría numérica, presupuestaria y de imagen en el Ejecutivo, tiene menos necesidad de ello, aunque también marca impronta. Por ejemplo, todos sus consejeros y consejeras, hasta los que necesitan leer para decir dos frases seguidas en euskara, prometieron su cargo solo en este idioma (salvo una excepción que mencionaremos más adelante), mientras que los del PSE hicieron la promesa también en castellano.

Pero es el partido de Idoia Mendia el que tiene más urgencia por intentar hacer patente un perfil propio de su minoría en el Gobierno. Ayer, tras la toma de posesión de los consejeros y consejeras, Iñigo Urkullu hizo un discurso genérico, de agradecimiento a los despedidos del anterior Gabinete y bienvenida a todos los actuales, bajo la premisa de «formamos un equipo». Luego vino la foto de ese equipo (como si fuera de fútbol, once jugadores y el entrenador) ante la fachada principal de Ajuria Enea. Después, cada uno y una de ellos pasó por la fría carpa instalada para la prensa a resumir sus primeras intenciones. Y ahí fue donde Iñaki Arriola asumió el cargo de capitán de una de las facciones del equipo.

Cada consejero y consejera habló de las prioridades de su departamento y, en algún caso, de su propia trayectoria vital. Pero Iñaki Arriola, cuarto en orden de prelación, se encargó, antes de nada, de emular al lehendakari y asegurar que el Gobierno tiene «la común voluntad» de servir a la ciudadanía y mejorar sus condiciones de vida», pese a estar «integrado por dos partidos distintos, de orientación ideológica diferente y de tradiciones ideológicas a veces enfrentadas». Arriola puso el acento en «el alma social», en garantizar los pilares que definen «una sociedad decente» y en la defensa de «esa buena gente sencilla». Especificó que, al menos, ese es «el ánimo con el que la consejera y los consejeros socialistas afrontamos las responsabilidades que asumimos en este momento».

Para intentar que ese mensaje no se diluya, el equipo de Iñaki Arriola actuará como coordinador de las actividades públicas de las consejerías del PSE.

Negociar con Madrid

Este Gobierno tiene un «núcleo duro» formado por Josu Erkoreka, que asume su portavocía y la defensa del autogobierno, Arantxa Tapia, que a todo lo relacionado con el desarrollo industrial, económico y energético suma las infraestructuras con el TAV como estandarte, y Pedro Azpiazu, sobre el que recae el peso de manejar las cuentas públicas y negociar el Cupo.

Los tres, en algún momento, hicieron referencia a la necesidad que sus departamentos tendrán de negociar con Madrid. A Erkoreka la atañe todo lo referido a la defensa de las leyes y acciones de Gobierno que están recurridas por el Gabinete de Mariano Rajoy. Tapia avanzó que ya ha pedido cita con cuatro ministros para hablar de las cuotas pesqueras, del precio de la energía, de las necesidades industriales y del TAV. Azpiazu, por su parte, dejó claro que tendrá que lidiar con Montoro.

La consejera de Educación, Cristina Uriarte, viajó a Madrid nada más acabar el acto para participar en la reunión organizada por el ministro Iñigo Méndez de Vigo para hablar de las reformas de las reválidas previstas por la LOMCE.

Ya avisó Andoni Ortuzar el domingo ante la tumba de Sabino Arana, que el PNV cree que «se avecinan tiempos propicios para negociar y lo vamos a hacer sin complejos».

Seis consejeros nuevos

El acto de toma de posesión del nuevo Gabinete tuvo lugar en el salón de entrada de Ajuria Enea, en presencia de los consejeros y consejera salientes, de la Mesa del Parlamento y representantes de las direcciones del PNV y el PSE encabezadas por Andoni Ortuzar e Idoia Mendia.

Seis consejeros y consejeras estrenan cartera. Pedro Azpiazu sustituye a Ricardo Gatzagaetxeberria, que deja el cargo por enfermedad. Tiene una larga experiencia en Hacienda.

Beatriz Artolazabal llega al Departamento de Empleo y Políticas Sociales desde la Diputación de Araba, con la rémora del caso de prostitución de menores tutelados, de la que le costará desprenderse.

Iñaki Arriola asume la cartera de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, habiendo perdido la gestión del TAV de cuando ocupó un departamento similar con Patxi López. Tiene, como se ha dicho, el papel de ser la cabeza visible del PSE en el Ejecutivo.

Alfredo Retortillo, profesor universitario y acostumbrado a analizar la gestión de otros desde las tertulias de varios medios, pasa ahora al otro lado de la barrera y estará bajo la lupa como consejero de Turismo, Comercio y Consumo.

Bingen Zupiria protagonizó dos momentos de los actos de ayer. El primero, al ser el único consejero jeltzale que prometió su cargo en euskara y castellano. Como euskaldun y euskaltzale, fue probablemente un modo de tender puentes en su cargo de consejero de Cultura y Política Lingüística. Luego, antes de hacer declaraciones, saludó uno a uno a los periodistas, muchos de ellos viejos conocidos de cuando él también trabajaba en Ajuria Enea, y otros, empleados de cuando antes dirigió EITB y ahora “Deia”.

María Jesús San José, nueva consejera de Trabajo y Justicia, destacó su experiencia en la materia como funcionaria de Lakua, alto cargo del Gobierno de Patxi López y de la Diputación alavesa.

El nuevo Gabinete de Urkullu, con Arriola como vocal de su parte, celebrará hoy su primer Consejo de Gobierno.