Joseba VIVANVO

Diez canteranos en el once y un debutante a los postres

El Athletic jugó ayer con diez canteranos en el once. A ellos se sumó el debut de otro más. Con esos mimbres sacaron adelante un complicado partido en que tuvieron que ponerse el buzo. El gol de Williams lo hizo suyo todo San Mamés. Como el estreno de Villalibre. Como la alegría de Muniain. Y Ernesto Valverde, a lo suyo, como una hormiguita.

Notables bajas en las filas rojiblancas, el Athletic saltó al césped con un once en el que diez eran canteranos; el otro, Mikel Balenziaga, debutó en Primera con los leones, y como diría después Ernesto Valverde al ser preguntado por la actuación del de Zumarraga, «es el ejemplo del que hablo –ese gen competitivo del equipo–, siempre empuja a los demás, siempre aprieta a sus compañeros». El hombre que «se aplaude a sí mismo», como tras el autogol ante el Sassuolo, como cada vez que alguien le da un mal pase o falla, como cada vez que se acierta. Diez canteranos, gente con un futuro prometedor como Kepa, Yeray, Iñaki Williams, el debutante Ander Villalibre, sin olvidar los buenos minutos de Saborit. Una mezcla de veteranía y juventud en la plantilla bilbaina que da trigo y garantiza futuras cosechas.

El derbi de ayer dejó quizá no un fútbol preciosista, pero sí el fútbol al que este año nos está acostumbrando el Athletic. «El equipo nunca pierde la cara a los partidos y siempre empuja, incluso cuando jugamos mal», lo resumió Ernesto Valverde. Tanto que quien más quien menos, viendo el puesto que ocupa en la tabla con esta victoria, se pregunta qué será cuando su juego sea más fluido. Hasta entonces, San Mamés sigue contando los partidos por triunfos.

El técnico rojiblanco reconoció que el Eibar se lo puso difícil de inicio, «partido complicado, apretaban mucho, no dejaban jugar el balón, tienen ese don de ganar las segundas jugadas», y es que «hoy ha habido que hacer grandes dosis de sacrificio». Por fortuna, un Beñat iluminado, un Munian generoso en el esfuerzo y provocador en sus conducciones, la seriedad atrás de Yeray, la activación de Williams siempre dispuesto a dejar atrás sus sombra, pudieron más que el entramado armero. «Siempre busco, busco, busco y hoy he tenido la recompensa de meter», decía luego Iñaki. «Estaba fundido», aclaró Valverde el motivo de su cambio, bendito cansancio que posiblitó el debut, con asistencia de gol incluida, de un Villalibre que cumplió «un sueño» con sus familiares y amigos en las gradas y que, avanzó su técnico, seguirá entrenando al menos toda esta semana con el primer equipo.

Tarde redonda, tres puntos de vital importancia, felicidad por los autores de los goles, un San Mamés que se lo pasó bien una vez Beñat abrió la lata –10 de sus 15 goles en Liga han sido de falta–, que se contagió con el gol de Williams, al que se le puso la piel de gallina con la emotiva actuación de la Sociedad Coral Bilbaina en el descanso, que tuvo el enorme detalle de despedir con un cálido y sonoro aplauso a un no muy afortunado pero generoso Susaeta al ser cambiado, en definitiva, que fue una bonita tarde de fútbol en el coliseo rojiblanco.

Protagonistas

Kepa. Seguro en los remates armeros, se precipitó en un saque que acabó en remate el poste. No es la primera vez.

Bóveda. Discreto, alternó aciertos con errores.

Laporte. Volvió a tener lunares que lastran su mejora.

Yeray. Una vez más omnipresente en defensa, el mejor bastión en la zaga bilbaina.

Balenziaga. Debió haber despejado a la primera el balón del gol eibartarra pero, por lo demás, cumplió con nota.

San José. Trabajó más en defensa que ataque, tuvo pérdidas peligrosas en la medular, pudo ver la segunda tarjeta.

Beñat. Intentó dirigir el juego del equipo, a veces lo logró, otras desapareció. Hizo un golazo y fue a más.

Susaeta. No estuvo afortunado en sus acciones, corrió, peleó como es habitual, pero con el balón apenas aportó.

Sabin. Apenas entró en juego, tuvo una inicial ocasión, pero le costó aportar en ataque.

Williams. De menos a más. La primera mitad apenas participó, en la segunda, con el Eibar más adelantado, aprovechó su velocidad y espacios, y de paso anotó un golazo. Ganará en confianza.

Muniain. El mejor. Sus conducciones, sus ganas, su paso adelante, su gol. Redondedó con él una buena tarde.

Villalibre, Ersaso, Saborit. El gernikarra asistió y cumplió, Eraso bastante tuvo con taponar su banda y Saborit dejó buena impresión en los minutos que estuvo para ayudar a Balenziaga y sacar el balón jugado por banda.

 

Declaraciones

«Un sueño hecho realidad, jugar aquí, con tanta gente... Sales y piensas en tantas cosas. Orgulloso»

ASIER VILLALIBRE

Jugador

«Lo que sé hacer es correr, tengo que aprovechar más esa característica mía. He acabado reventado»

IÑAKI WILLIAMS

Jugador