Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

El fútbol como la vida

A veces se gana, como la Roma el derbi ante la Lazio, otras se pierde, como el City ante el Chelsea, y otras se empata, como el United.

«El Tercer Mundo comienza en los suburbios de Roma», sentenció Pier Paolo Pasolini. Un Pasolini al que le fascinaba  jugar a la guerra hasta que, con catorce años, se enamoró perdidamente del balón, de ese «mundo solo de machos. O de machos solos». El choque del Campidoglio supera con mucho lo meramente deportivo. Un duelo para «machos», que diría el escritor, poeta y director de cine italiano, boloñés de nacimiento. A un lado la Lazio, de la periferia; al otro, la Roma, del mismo corazón de la capital transalpina. Es el derbi de la Ciudad Eterna, el más apasionado de Italia. Transfondo histórico, rivalidad sociocultural, inquina personal. Enric González, en sus detalladas ‘‘Historias del calcio’’, describió a Roma como una «ciudad engañosa: tiene la piel suave y la voz dulce, pero a veces muerde». Y añadió: «Quien desee ver los colmillos a la fiera no tiene más que acercarse al Estadio Olímpico en una jornada de derbi». Ese mismo coliseo romano cuya entrada preside un gran obelisco de mármol de carrara en honor al Duce Mussolini, el mismo al que salvó la vida de un atentando el padre de Pasolini.

Lazio y Roma, cara a cara en su primer derbi de la temporada, el club nacido en el seno de las clases medias y con el águila como símbolo, recibía este domingo al de origen más popular y la loba que amamantó a Rómulo y Remo como estandarte. No perdían los anfitriones desde finales de setiembre, quintos en la clasificación, ante una Roma en la segunda plaza.

Un minuto de silencio por las víctimas del Chapecoense presidió el duelo, en dos equipos con hasta ocho jugadores brasileños. Y fue uno de ellos el que en una frivolidad defensiva iba a permitir que los giallorossi desequilibraran el duelo en la segunda mitad, un marcador que rematarían después para el 0-2 definitivo. Pasión eterna. Al finalizar, el serbio laziale Senad Lulic desbarró al arremeter contra el central rival Antonio Rüdiger: «Ahora va de fenómeno, pero hasta hace dos años se dedicaba a vender calcetines y cinturones en Stuttgart».

Ganó la Roma, pero no tropezó la Juventus como una semana antes. Recibía a la revelación Atalanta, nueve partidos imbatidos de manera consecutiva, pero los bianconeri no le dieron cuartel a pesar de las bajas. Un 3-1 que despeja dudas, en una Juve que acabó con defensa de tres y su técnico Allegri dando en la clave: «Para ganar en la historia se necesita ser eficaces, la Juve tiene esto en el ADN». Tampoco cedió el Milan, empatado con la Roma, y el Napoli aguantó el tirón dando cuenta de un triste Inter que sigue sin ganar en San Paolo desde 1997.

También en la Bundesliga la vida sigue igual. RB Leipzig y Hoffenheim siguen siendo los únicos que aún no saben lo que es perder esta temporada, 1º y 4º; el Bayern tiró del reecuentro del polaco Lewandowski con el gol para hacer otro tanto y el Hertha berlinés, 3º, del costamarfileño Salomon Kalou, ex del Chelsea, no iba a ser menos.

Así las cosas, todas la miradas estaban puestas en una edición más del Borussenderby, el clásico duelo entre Dortmund y Gladbach. En la temporada 1977-78 se vieron las caras aunque en casa de los ‘potros’ y aquel choque pasó a la historia como el de la mayor goleada de la Bundesliga, un 12-0 inapelable, con cinco goles de un tal Jupp Heynckes... sí, el que luego fuera técnico del Athletic. Esta vez, el protagonista del encuentro fue Marcus Reus, primera titularidad, que firmó tres asistencias en un partido en el que Thomas Tuchel salió con defensa de tres y el exazulgrana Bartra ejerciendo de líder de la misma. Al final, 4-1, dos de Aubameyang, que ya suma quince.

Dos no sino tres fue los que anotó el ‘chico maravilla’ Alexis Sánchez, que se ha desvelado pide 400.000 libras semanales para renovar. Con un hat-trick en catorce minutos y una asistenci, el chileno lideró al Arsenal en su triunfo ante el West Ham. 1-5 y la apuesta de Arsene Wenger con Alexis de ‘9’ se antoja un acierto. Los Gunners se colocan segundos en la tabla y habrá que ver si echan en falta a Santi Cazorla, baja para tres meses, máxime cuando en los dos últimos años con él en el campo han ganado el 65% de partidos; sin él, sólo el 41%.

Cuatro partidos a Agüero

Y si el West Ham flirtea con los puestos del descenso, qué decir del vigente campeón Leicester que sólo está uno por encima. Hay que remontarse a la temporada 1962-63 para encontrar un campeón con tan malos resultados la temporada siguiente como los ‘zorros’. Los de Claudio Ranieri volvieron a perder y lo peor es que su juego no mejora. Esta jornada recibirán al City de Pep Guardiola, que necesita ganar lo que perdió este fin de semana en casa ante el Chelsea. Era el partido más esperado y no defraudó en cuanto a emoción. Una hora amplia dominaron los Citizens, que se pusieron por delante en el marcador. A partir de ahí, sus pupilos no supieron rematar a la contra y los Blues liderados por un renacido Fábregas y un portentoso Diego Costa le hicieron un roto a un Claudio Bravo que en la Premier se tiene ya la impresión de que va dentro todo lo que le llega.

Dicen que dominando las áreas es como se ganan partidos. Eso fue el equipo de Antonio Conte. Courtois paró lo que no para Bravo, el City –también con tres centrales de inicio– falló sus ocasiones y el Chelsea le mató a la contra. Nos estamos acostumbrando a que los londinenses golpeen como un martillo pilón cuando menos lo esperas, en cuanto al City, Illie Oleart, autor del blog La media inglesa, lo tiene claro: «Cuando tiene el balón es una gozada de ver. Cuando no lo tiene, es como la torre de Pisa: parece que se vaya a caer en cualquier momento».

El 1-3 final no gustó a alguno como el Kun Agüero, que sobre la bocina propinó una demesdida entrada a David Luiz, lo que le ha costado un castigo de cuatro partidos de sanción por reincidente; a su compañero Fernandinho, tres por empujar y derribar en la trifulca posterior a Fábregas, que antes le había provocado con un manotazo.

Aunque para sopapo el que recibió el Liverpool de Jurgen Klopp. En otro partido loco ganaban de dos goles a falta de quince minutos del final, tiempo suficiente para no saber dejar morir el choque y terminar cayendo 4-3 ante un correoso Bournemouth que es décimo en la tabla. A los Reds la cara se les quedó más o menos como a José Mourinho. Minuto 85. El United gana 0-1. Marouane Fellaini, uno de los incomprensibles baluartes del portugués, salta al terreno de juego. Minuto 89. El belga comete un torpe penalti que acaba significando el 1-1 final del Everton. El Manchester ya está a 13 puntos del líder, una desventaja nunca antes remontada por un equipo para ser campeón de la Premier.

Balotelli se da el alta a sí mismo

El que ha remontado es el Niza de Mario Balotelli. Ganó y aprovechó la inesperada derrota del PSG de Unai Emery, 3-0 ante el Montpellier –los parisinos cada vez más dependientes de la inspiración de sus individualidades– para auparse líder, cuatro puntos sobre los parisinos y tres al Mónaco de un Radamel Falcao que sumó dos goles más y va diez. La nota triste, el petardo que recibió el portero del Lyon Anthony Lopes y que obligó a suspender su partido ante el Metz cuando este iba ganando. Incomprensible. la buena nueva es que este sábado en el Parque de los Príncipes podrían jugarse media Ligue 1 PSG y un Niza en el que Mario Balotelli se ha dado a sí mismo el alta médica y que está para jugar.

Genio y figura como un viejo conocido de la Liga española, el ‘Guaje’ David Villa, que acaba de ser nombrado mejor jugador de una Major League Soccer que el domingo festeja su gran final, en la que se ven las caras Toronto Raptors y Seattle, Canadá ante EEUU, ambos dispuestos a estrenar palmarés. El que ya no lo hará es el New York Cosmos, que ansiaba su regreso a la élite tras coronarse campeón de la segunda división, pero acaba de conocerse su bancarrota. Como le ha sucedido al club más laureado de Letonia, el Skonto de Riga, que hasta aquí ha llegado.

Decía Pasolini que «lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro». Y si la vida es puro teatro y «el fútbol es el espectáculo que ha sustituido al teatro»... El fútbol como la vida.