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BRUSELAS

Bruselas advierte a Madrid de que su «banco malo» no logra entrar en buena vía

La Sareb, el «banco malo» constituido por el Estado español para hacer frente al rescate de sus entidades financieras, está anclada en los números rojos, lo que la Comisión Europea y el BCE consideran alarmante.

La Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) han alertado sobre la evolución de las cuentas de la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) y consideran que podría ser necesario llevar a cabo «nuevas rondas de recapitalización» dependiendo de la evolución del mercado inmobiliario.

Ambas instituciones publicaron ayer su informe sobre la sexta misión de supervisión del rescate bancario, que tuvo lugar entre el 17 y el 19 de octubre, en el que apuntan que la Sareb se enfrenta a una serie de desafíos que pueden «poner bajo más presión» su rentabilidad. Uno de estos retos es la obligación de revaluar sus activos a principios de 2017, en línea con las nuevas normas del Banco de España.

«Este ejercicio puede llevar a mayores necesidades de aprovisionamiento, por encima de los 2.000 millones de provisiones adicionales de finales de 2015 e introducir una volatilidad importante en su posición patrimonial», señalan.

«Ahora que el capital de la Sareb ha caído a más o menos la mitad de su dotación inicial, tras la conversión de deuda subordinada en acciones, la volatilidad añadida puede ser particularmente problemática», insisten. Constatan que los resultados provisionales de la Sareb de la primera mitad del año «no muestran una mejora de su situación financiera» y recuerdan que «sigue teniendo resultados financieros negativos desde el inicio de sus operaciones».

Privatizaciones

En línea con las conclusiones preliminares de este informe, el Ejecutivo comunitario y el BCE urgen de nuevo al Gobierno español a completar la privatización de Bankia y de BMN, al mismo tiempo que advierten de que una fusión entre ambas entidades debería garantizar la recuperación de la máxima cantidad posible de dinero público.

«Cualquier decisión en este sentido debería respetar el principio de maximizar la recuperación de fondos públicos y ser consistente con los requisitos del mercado único», sostienen las instituciones europeas.