Iñaki IRIONDO
GASTEIZ

Si Podemos expulsa a sus críticos puede quedarse sin grupo en Araba

Si Podemos expulsa a los cinco procuradores de las JJGG de Araba que han decidido votar no a los presupuestos de la Diputación en contra del criterio de la dirección, corre el peligro de quedarse sin grupo juntero. Salvo que los expulsados accedan voluntariamente a pasar al Grupo Mixto, la dirección de Podemos carece de potestad reglamentaria para apartarlos de su grupo, puesto que necesita la firma de la mayoría de integrantes, que la tienen los críticos.

El secretario de Organización de Podemos Euskadi, Lander Martínez, advirtió ayer que los cinco de los ocho procuradores en la Juntas Generales de Araba que han anunciado que votarán no a los presupuestos, sin aceptar la decisión de abstenerse de la dirección, podrían acabar siendo expulsados del partido. Los junteros díscolos, a través de Juanjo Celorio, avisaron de que no les asustan las «amenazas» y exigen que la decisión sobre el voto a los presupuestos la tomen las bases.

En esta guerra abierta entre sectores, que llevan enfrentados prácticamente desde el inicio de la legislatura en las JJGG de Araba, hay un triple debate. El primero sobre qué hacer ante los presupuestos. El segundo, sobre quién toma la decisión. Y el último, qué pasa con el grupo si Podemos expulsa a la mayoría de sus integrantes.

El presupuesto

La dirección de Podemos Euskadi, la portavoz en las JJGG, Arantza Abecia, y otros dos procuradores defienden la abstención ante los presupuestos que aprobarán PNV, PSE y EH Bildu, porque se han aceptado algunas de sus aportaciones, valoradas en 2,2 millones de euros.

Los cinco junteros críticos defienden el no a las cuentas forales, porque consideran que son unos presupuestos «antisociales» que no resuelven los efectos de la crisis en los sectores alaveses más desfavorecidos.

¿Quién decide?

Los junteros rebeldes consideran que su posición está avalada por la mayoría de los componentes de los Círculos de Araba y exigen que sean las bases quienes tomen la decisión sobre la votación de los presupuestos, comprometiéndose a aceptarla.

El secretario de Organización de Podemos Euskadi, Lander Martínez, sostiene por el contrario que de acuerdo a los estatutos esa decisión corresponde a la Asamblea Ciudadana (dirección), que ha optado por la abstención.

Expulsión

Lander Martínez explicó ayer que el mero anuncio realizado por los cinco críticos el lunes ya supone en sí una «infracción grave» de los estatutos. Actuación rebelde que se consumaría en caso de que efectivamente rompan la disciplina de voto, que muy probablemente conllevaría su expulsión del partido, aunque esa decisión debe tomarla el Comité de Garantías.

Por si no hubiera quedado clara la disposición de la dirección de Podemos, Lander Martínez apuntó que «ya se habían producido casos no tan graves como éste». A lo que añadió que «este caso es muy grave y la situación tiene que cambiar»

Los críticos, por boca de Juan jo Celorio, respondieron que esa interpretación de los estatutos «no es correcta» y dijeron no asustarse por las «amenazas» de expulsión. «Resolver una cuestión política a golpe de represión directa no es la solución», añadieron.

En opinión de este sector, con estas decisiones la dirección está abriendo «en canal» al partido en Araba. «Es una irresponsabilidad política que tendrán que asumir y explicar», advirtió Juanjo Celorio.

La expulsión del partido de cinco de los ocho procuradores tendría unas consecuencias en el grupo parlamentario y en el propio funcionamiento de las Juntas Generales que en este momento todavía son difíciles de adivinar.

La mayoría manda en el grupo

En sus declaraciones a los medios, Lander Martínez afirmó que si los cinco junteros son expulsados deberían entregar sus escaños a Podemos o, de lo contrario, se «representarían solo a sí mismos». Entre tanto, Juanjo Celorio apuntaba que si son expulsados «probablemente» formarían un grupo propio en las Juntas Generales de Araba.

Pero ninguna de estas propuestas es tan sencilla con el reglamento en la mano. En primer lugar, el artículo 31.4 establece que «ningún partido político, coalición, federación o agrupación de electores, que haya concurrido como tal a las elecciones, podrá constituir más de un grupo juntero».

El artículo 36.1 obliga a que quien deje de pertenecer a su grupo pase al Mixto. Este abandono puede ser voluntario. Esto supondría que los cinco junteros expulsados de Podemos aceptaran de buen grado pasar al Grupo Mixto donde se encontrarían con el de Irabazi y con el expulsado de Ciudadanos.

La otra posibilidad sería que Podemos les «separe» de su grupo juntero, pero para eso necesita la firma de la portavoz, que sí es afín a la dirección, y de la mayoría de los componentes. Y teniendo en cuenta que cinco de los ocho son críticos, esa vía no es posible.

Es más, de acuerdo al reglamento, podría ser la mayoría crítica quien cambiara de portavoz y acabara echando a la minoría oficialista al Grupo Mixto.