Joseba VIVANCO
Athletic

Antes que Messi, igual que Owen y por detrás de Raúl

Iker Muniain cumple el lunes 24 años y lo hará vistiendo la camiseta rojiblanca por 302ª vez, cifra que alcanza antes que el astro del Barça. Del navarro se sigue esperando mucho, en cada partido, aunque no hay que olvidar que debutó con 16 años.

El año 2001 Michael Owen ganó el Balón de Oro, por delante del merengue Raúl y el portero del Bayern Oliver Kahn. Por entonces, Iker Muniain apenas dibujaba diabluras en el equipo de la Txantrea con nueve añitos. El ya exfutbolista inglés soplaba ayer 37 velas. El bautizado como The Golden Boy, por la premura con la que alcanzó la élite, había debutado con el Liverpool cumplida la mayoría de edad y para los 21 fue nombrado mejor jugador del mundo. Hace unos años, a punto de la retirada, reflexionaba sobre su meteórica carrera y reconocía que haber empezado en lo más alto tan pronto le supuso un desgaste excesivo, tanto que le había marcado en el final de su trayectoria. Con 24 años sumaba la nada desdeñable cifra de 316 partidos en la máxima categoría del fútbol. Iker Muniain cumplirá este lunes 24 años y lo hará vistiendo la camiseta del Athletic por 302ª vez. Casi nada.

Y decimos casi nada porque no solo se equipara con un referente como Owen, sino que con 23 años y 355 días, Muniain ha llegado a los 300 partidos cuando Messi en el Barça lo hizo con 24 años y 208 días, aunque menos tardó Raúl en el Madrid, con 23 años y 158 días. Owen se retiró con 495 encuentros a sus espaldas, Raúl con 939, Messi suma ya 550. Pero Muniain tiene un referente más cercano, el de Joseba Etxeberria. Debutó de rojiblanco solo dos días antes de cumplir los 18 años. Alcanzó los 300 partidos con 26 años. Acabó jugando 514, lo que le sitúa como tercer león que más veces ha vestido la indumentaria rojiblanca, tras Txetxu Rojo (541) y José Ángel Iribar (614).

El de la Txantrea, de donde arribó a Lezama con apenas 12 años, cumple su octava temporada en el primer equipo, en el que debutó en julio de 2009, a la edad de 16 años. Ocho años al máximo nivel, a la máxima exigencia, al máximo escrutinio. El navarro es ahora uno de los jugadores con más chispa dentro del irregular juego del equipo. Y no comenzó con el mejor pie ya que los dos primeros partidos de Liga entró desde el banquillo y ha sido hasta hace unas pocas jornadas cuando ha empezado a contar con la completa confianza de Ernesto Valverde. De quince partidos ligueros ha sido titular en siete; en Europa League, en cinco de seis. Es el 12º jugador con más minutos en Liga, incluso por detrás del lesionado De Marcos, lo que refleja esa irregular presencia en los onces.

Iker Muniain vive su particular momento dulce, con el aún presente gol al Eibar y esa imagen tan común en él de irse hacia el córner de animación para sentir el abrazo de la grada. Su gesto inicial de agradecer la asistencia al debutante Asier Villalibre fue un detalle de veterano, que lo es a sus 24 años, y ya no es raro verle ejerciendo de capitán, todo un orgullo para un león que ya peina larga melena. No obstante, estos momentos en la trayectoria del navarro los hemos conocido antes. Su vertiginosa irrupción colmó las ilusiones de una afición ávida de un nuevo Julen Guerrero. Luego, llegó el momento de asentarse, de dotar de una regularidad a su juego y presencia. Y ahí, los vaivenes. Momentos complicados con otros más llevaderos. Ha sido y es, por esas expectativas que generó, uno de los leones más exigidos por la grada, incluso cuestionados. Pero al mismo tiempo, uno con los que esa misma crítica afición más empatiza cuando celebra un gol suyo. Con el que más festeja. Con el que más acompaña su nombre al ser cambiado tras una buena actuación.

Mucha tralla en sus piernas, enorme desgaste mental y físico, y cada vez una mayor exigencia futbolística para un jugador, no lo olvidemos, que se saltó todo el proceso formativo de Lezama (juvenil, filiales) para echarse a los leones y el fútbol de élite. Quizá por eso a día de hoy trabaja para mejorar su disparo, para ampliar su gama de regates más allá de amagar a la izquierda y salir hacia la derecha, además de esa exigencia de su entrenador de que su juego genere peligro y no se diluya en zonas alejadas del área. Carácter y compromiso le sobran, margen de mejora también, necesidad de hacerlo, obligatorio, solo 24 años y, ojo, para mal o para bien, ocho temporadas al más alto nivel a sus espaldas.

El logo de Bilbo en la Euro, a escena

El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, mantuvo ayer que el estadio de San Mamés tendrá «un ambiente impresionante en la Eurocopa 2020», en la que acogerá cuatro partidos, tres de la fase de grupos, y una eliminatoria. «Estoy seguro de que el estadio de San Mamés se llenará y tendrá la atmósfera impresionante que hay siempre. He escuchado a Ángel María Villar, que es de Bilbao y jugó en el Athletic, que la afición es fantástica», manifestó en una entrevista a EFE, un día antes de que asista esta mañana en el Ayuntamiento bilbaino a la presentación del logo de la ciudad como una de las anfitrionas. Serán trece ciudades del continente y cada una dispondrá de su propio logo, unidas todas ellas por un puente simbólico. En el caso bilbaino se apunta a que será el de San Antón, que así, se codearía para esta cita con los ya presentados de Tower Bridge (Londres), Beckett (Dublín), Sant’Angelo (Roma), Wittelsbacher (Múnich), Clyde Arc (Glasgow), Basarab (Bucarest), Cirkelbroen (Copenhague), Atirantado (Baku) y el de las Cadenas de Budapest.J.V.