Céline CORNU (AFP)
Milán

La crisis del Monte dei Paschi en cinco cuestiones

La situación del BMPS se ha convertido en uno de los temas más comentados en los medios económicos, que siguen diariamente la evolución de su plan de salvamento, cuyo plazo de ejecución se agotará el 31 de diciembre.

El Banco Monte dei Paschi di Siena (BMPS), el establecimiento financiero más antiguo del mundo en activo, permanece desde hace tiempo en el ojo del huracán, al igual que otras entidades bancarias italianas. ¿Por qué? ¿Cuáles son las posibles soluciones?

- ¿Por qué está en crisis BMPS?

El Monte dei Paschi, fundado en Siena en 1472, navega en aguas turbulentas desde hace ya unos cuantos años. Debilitado por la desastrosa adquisición, en 2007, del banco Antonveneta a un precio dos veces superior al estimado, se vio sumergido en un escándalo, con sus dirigentes de la época acusados de fraude y malversación de fondos. Desde entonces, BMPS acumula pérdidas que, por momentos, son abismales.

Sometido a una cura de austeridad, el tercer banco de Italia volvió a obtener beneficios en 2015, por primera vez tras cinco años. Pero su posición seguía siendo débil por la presencia masiva de préstamos dudosos en su cartera (por un montante de unos 45 millones de euros), créditos no reembolsados en plazo con un alto riesgo de no ser recuperados nunca.

Como consecuencia de ello, Monte obtiene el peor resultado en los test de resistencia en caso de empeoramiento de la coyuntura económica publicados a finales de julio por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés).

- ¿Cuál es su estrategia para intentar recuperarse?

El BMPS ha puesto en marcha un vasto plan de rescate que prevé colocar en el mercado 27.600 millones de euros de créditos dudosos y una ampliación de capital que podría llegar hasta los 5.000 millones de euros. El primer paso de este plan, una operación de conversión voluntaria de obligaciones en acciones, ya le ha permitido, virtualmente, recaudar más de 1.000 millones. Pese a la inestabilidad política generada por la dimisión del primer ministro Mateo Renzi tras la victoria del “no” en el referéndum constitucional del 4 de diciembre, el banco ha decidido proseguir con este plan.

Además, el BMPS quiere abrir la conversión voluntaria de obligaciones a los particulares, que fueron excluidos de la primera operación. De este modo podrían recaudarse entre 1.000 y 2.000 millones, según la prensa italiana, que también indica que el fondo soberano de Qatar (QIA) estaría dispuesto a poner sobre la mesa 1.000 millones de euros.

- ¿Cuáles son los obstáculos?

BPMS ha realizado dos ampliaciones de capital desde 2014, por un montante total de 8.000 millones de euros, dinero que ya se ha convertido en humo, por lo que esta no es una opción atractiva para los inversores, cuyos ánimos se ven enfriados, además, por el contexto de inestabilidad política que está viviendo Italia.

Por otra parte, el plazo es muy corto: el banco debe llevar a cabo esta operación antes del 31 de diciembre, fecha límite fijada por el Banco Central Europeo (BCE), que ha rechazado concederle una prórroga.

- ¿Qué sucederá si fracasa?

Fuentes próximas al Gobierno italiano han indicado que este está preparado para intervenir con una inyección de fondos públicos siguiendo un procedimiento bautizado como «recapitalización preventiva». Esto conllevaría la imposición de una aportación de los accionistas y de los tenedores de bonos subordinados.

Puesto que muchos italianos adquirieron en su día estos bonos subordinados sin conocer los riesgos, el Gobierno busca proteger a los pequeños ahorradores. El rescate de cuatro bancos pequeños el año pasado provocó grandes pérdidas para los particulares, lo que dio origen a manifestaciones de protesta y al menos un suicidio, y el Gobierno quiere evitar que se repita ese escenario.

Por eso, consideraría la idea de canjear las obligaciones de los pequeños ahorradores para convertirlas en acciones. Otra opción sería la conversión de todas las obligaciones en acciones, seguida del reembolso de una parte de los títulos de los particulares.

- ¿Y qué pasa con el resto de bancos italianos?

Su situación es variada. Por ejemplo, Intesa Sanpaolo obtuvo uno de los mejores resultados en el test de resistencia europeo del pasado verano.

UniCredit, bajo el impulso de su nuevo patrón, Jean-Pierre Mustier, comenzó en julio una amplia revisión estratégica, y ha realizado diferentes ventas para reforzar la solidez de su capital. El mayor banco italiano anunció este martes la aprobación de un aumento de capital por un valor de 13.000 millones de euros, ya garantizado, y 14.000 despidos hasta 2019.

Muchas otras pequeñas entidades se encuentran en una situación muy complicada, como ocurre con los cuatro establecimientos que ya han sido rescatados de la quiebra –Banca Marche, Banca Etruria, Carichieti y CariFerrara– y con Banca Carige o con Credito Valtellinese.

En definitiva, el sistema bancario italiano está debilitado por su gran dispersión, con unas 700 entidades diferentes, por la elevada suma de los créditos dudosos de cobrar (360.000 millones de euros, casi un tercio del total de la eurozona) y por los problemas de capitalización.