Aritz PAGOLA

La pluma de Tasio entra al pequeño corral navarro

El «Corralito Foral» con el que Iván Giménez sacó los colores al régimen que controló Nafarroa durante las últimas décadas reaparece convertido en cómic gracias a Tasio. Este trabajo se suma a una interesante lista de títulos sobre los personajes que manejaron el herrialde a su antojo.

En los últimos años, los libros que sacan las tripas a los últimos acontecimientos políticos en Nafarroa han demostrado tener un enorme tirón. Sobre todo, cuando son capaces de poner de relieve las vergüenzas de sus muñidores. Del enciclopédico “Vasconavarros” de Joxe Mari Esparza, pasando por el festín de la CAN, los botines de Sánchez Ostiz y por la biografía no autorizada de los “Tres tristes trileros” que han sido Arbeloa, Del Burgo y Aizpún, el material que ha salido de las imprentas está generando una nueva conciencia de por qué Nafarroa es hoy lo que es. Entre estos títulos, destaca “El corralito foral”, de Iván Giménez, que ahora se reinventa en forma de tiras cómicas gracias al talento –y al mal genio– de Tasio.

«El año pasado de vacaciones me llevé el ‘corralito’. Y conforme lo devoraba me fui poniendo de una mala hostia que para qué. Recuerdo que leía párrafos enteros a mi mujer y a los cuñados. Al final, acabamos todos con un enfado del copón», se sincera el komikilari. Ese arrebato, en el fondo se tradujo en el germen del “Korralito forala”, que condensa el primer trabajo que publicó Giménez en 2015 con casi 400 páginas.

«Supongo que me dio rabia que mucha gente, sobre todo los jóvenes, no se leyeran ese libro por ser tan denso. Esto debiera ser materia obligatoria en colegios e ikastolas. Por eso se me ocurrió darle un formato más digestivo y que llegara a más gente», asegura Tasio, que en cuestión de días ha publicado dos libros, ya que este mismo mes de diciembre también salió una antología de sus 25 años de tiras cómicas en Egin y GARA.

El resto fue relativamente sencillo. El dibujante llamó al periodista y le propuso versionar de nuevo el libro. Giménez accedió a coger las tijeras, recortar su libro hasta resumirlo en 144 párrafos que fueran tan contundentes como adoquines y pudieran así satisfacer el inmenso cabreo de su nuevo compañero de fatigas.

El resultado respeta los 18 capítulos del libro original y cada uno de ellos se ha reconvertido a ocho viñetas. «Tuve que sintetizar bastante. Fue difícil, porque nunca había hecho algo para cómic, pero cuando me llamó Tasio tan animado casi ni me atreví a llevarle la contraria. Además, tuve que traducirlo al euskara, que era un tema que tenía pendiente», confiesa Giménez.

«El guion es mío y las viñetas de Tasio. Es curioso, porque Tasio ha pasado de lector a coautor y ha sabido darle una fuerte impronta al libro, porque su trazo es muy reconocible en toda Euskal Herria», prosigue el periodista. «Pienso que a la gente que le gustó el libro el cómic le gustará aún más y que a aquellos que no han leído el libro podrán introducirse en lo que llamo corralito foral».

Con respecto al libro original, que nació con UPN en el poder, este nuevo trabajo se acompaña de un prólogo en el que Giménez destaca su aspiración a que el libro sea el guion de todo lo que toca ahora desmontar. Una idea que, más allá de la anécdota del cabreo del komikilari, fue el verdadero motor para que Tasio se pusiera a dibujar.