A.PRADILLA-M.DÍAZ
MADRID/IRUÑEA

Zoido y UPN utilizan Altsasu contra el cambio navarro

UPN aprovechó su pregunta al Gobierno en Madrid para buscar un titular contra el Ejecutivo del cambio en Nafarroa. Y lo consiguió. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, puso en cuestión el compromiso del Gabinete de Uxue Barkos «con las libertades» a cuenta de su actuación tras la trifulca de Altsasu. La portavoz navarra, María Solana, se escudó en un malentendido en un teletipo para quitar hierro a las duras acusaciones llegadas desde Madrid.

El ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, cargó ayer duramente contra el Gobierno del cambio en Nafarroa a cuenta de la trifulca de Altsasu. Lo hizo empujado por UPN, cuyo diputado, Carlos Salvador, había preparado una pregunta con carga de profundidad que buscaba que el representante de Madrid apuntase contra el Gabinete que dirige Uxue Barkos. «Sobre la labor del Gobierno de Navarra, en materias de libertades debemos ser muy claros, no dejarnos llevar por nuestros prejuicios, simpatías y alianzas políticas no deseables», afirmó Zoido.

El interrogante, formulado por Salvador en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso español, iba dirigido. «No fue una simple pelea de bar, sino un peldaño más en la escalada de hostigamiento a la Guardia Civil y de sembrar odio», consideró, en referencia a la trifulca de Alsasu. En su opinión, «la novedad ha sido el apoyo de las principales instituciones de Navarra, que se han situado a favor de los agresores y no de las víctimas». No es la primera ocasión en la que UPN aprovecha su escaño de Madrid para suplir su falta de votos en Nafarroa.

En esta ocasión, el ministro Zoido fue dócil con UPN. «Las libertades deben ser respetadas y, para un Gobierno responsable, ese respeto de las libertades, y sobre todo la de todos y cada uno de los ciudadanos, debe ser algo fundamental. Da igual la creencia política, religiosa, la sexual e incluso su propia dedicación profesional. Aquel que no lo haga se equivoca. Insistir en esas equivocaciones es un error muy grave», argumentó.

No es habitual que un ministro sea tan claro en sus críticas hacia otro Ejecutivo. Suele imponerse la cortesía. «Hemos conocido cómo todas las asociaciones de víctimas navarras han rechazado la postura de Gobierno de Navarra. Nuestro respaldo a todas las víctimas del terrorismo y las asociaciones. Se equivocan gobiernos que no respaldan a las víctimas, porque no se puede equiparar a las víctimas y los verdugos», dijo Zoido.

A pesar de la gravedad de las afirmaciones del ministro, la portavoz del Gobierno navarro, María Solana, quiso quitarles hierro, señalando que lo que habían difundido las agencias de noticias no se correspondía con la realidad, y que al tener acceso a la transcripción de su intervención «nos hemos tranquilizado». Se refería a un teletipo en el que ponía en boca de Zoido la acusación de no haber «condenado la agresión» a los guardias civiles. Algo que, según recordó Solana, nunca ocurrió ya que lo primero que hizo el Ejecutivo foral fue sumarse a la condena y visitar a los agentes y sus parejas. Sin embargo, el fondo de la intervención era el mismo.

Solana destacó que «la defensa de las libertades de la ciudadanía navarra marca lo que este gobierno ha hecho, lo que está haciendo y lo que tiene previsto hacer en adelante». Y arremetió contra Salvador, diputado de UPN, «que quizás ha pretendido generar polémica» al realizar la pregunta en el Congreso. Lamentó que hubiese «omitido deliberadamente que la primera actuación institucional del Gobierno de Navarra, después de la condena rotunda y explícita de lo ocurrido en Alsasua, fue visitar a los agentes heridos y a sus parejas». Todo esto ocurría un día después de que cuatro de los siete jóvenes encarcelados recuperasen la libertad. Todavía quedan tres encerrados en Soto.

El ministro exhibe línea dura ante el Congreso

No parece que exista mucha diferencia entre Juan Ignacio Zoido, ministro español del Interior, y su antecesor, Jorge Fernández Díaz. Al menos en lo que se refiere a Euskal Herria. El jefe de Policía y Guardia Civil se presentó ayer por primera vez ante la Comisión de Interior del Congreso, pero no dejó margen a la esperanza. Tanto PNV como EH Bildu reclamaron cambios en la política penitenciaria, así como un desarme «ordenado» de ETA, en contraposición a operaciones como la desarrollada la semana pasada en Luhuso.

Como hace una semana, el ministro negó incluso el carácter excepcional de la dispersión, asegurando que el «sufrimiento» del preso es el inherente a la pena. También reiteró el discurso de «vencedores y vencidos», insistiendo en que «no tengan más atajos, no usen más trampas ni sigan amparándose en el engaño: rendición definitiva, entrega de las armas y perdón a las víctimas».A.P.