Cuba entró en recesión en 2016 por primera vez en 23 años al decrecer un 0,9% el Producto Interno Bruto. «Las limitaciones en los suministros de combustible y las tensiones financieras se agravaron en el segundo semestre conduciendo al decrecimiento del Producto Interno Bruto en un 0,9%. A pesar de ello, se preservaron los servicios de educación y salud gratuitos, lo que se contrapone a los vaticinios de que la economía cubana colapsaría y que volverían los molestos apagones», subrayó el presidente cubano, Raúl Castro, el martes en la última sesión anual de la Asamblea Nacional.

Castro confió en que Cuba logre un PIB del 2% en 2017, para lo cual «será preciso cumplir tres premisas decisivas: garantizar las exportaciones y su cobro oportuno, incrementar la producción nacional que sustituya importaciones y reducir todo gasto no imprescindible».

Asimismo, instó a no tenerle miedo al «capital extranjero». «Debemos despojarnos de falsos temores. No vamos ni iremos al capitalismo, eso está totalmente descartado, así lo recoge nuestra Constitución, pero no debemos cogerle miedo y poner trabas a lo que podemos hacer en el marco de las leyes vigentes, lo que implica la preparación de los cuadros y especialistas que negocien, así como profundizar en las deficiencias y errores cometidos en el pasado para no repetirlos», enfatizó.

Última voluntad de Fidel

Por otra parte, la Asamblea Nacional aprobó la ley que regula el uso del nombre y la figura de Fidel Castro que, conforme a su deseo, prohíbe erigirle monumentos y «homenajes similares». Según la norma, «se prohíbe emplear el nombre de Fidel Castro para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, utilizar su figura para erigir monumentos, estatuas, bustos y formas similares de homenajes», así como «en cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico».