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Decenas de desaparecidos en un nuevo naufragio frente a Libia

Las malas condiciones meteorológicas y de la mar no son un obstáculo para quienes lo arriesgan todo en busca de un futuro en Europa. Un nuevo naufragio de una embarcación con una centenar de personas dejó decenas de desaparecidos frente a Libia al día siguiente de que Hungría volviera a desafiar a la UE al anunciar que planea detener sistemáticamente a todos los solicitantes de asilo en centros de internamiento mientras se resuelven sus casos.

Un nuevo naufragio de una embarcación con una centenar de refugiados y migrantes que partió de Libia provocó ayer una nueva tragedia en aguas del mediterráneo. Ocho cadáveres fueron recuperados y se rescató a cuatro personas con vida. El resto sigue desaparecido.

La barcaza naufragó cuando se encontraba a 30 millas de las costas de Libia y a la zona fueron enviadas varias embarcaciones de la Marina militar italiana y del dispositivo europeo Frontex, pero las malas condiciones de la mar dificultaban las tareas de búsqueda.

Los cuatro supervivientes aseguraron que en la embarcación viajaban 107 personas.

En otra operación de rescate, se encontraron tres inmigrantes muertos en el fondo de la barcaza y otros tres, entre ellos una embarazada, tuvieron que ser trasladados en helicóptero a un hospital siciliano por graves problemas de hipotermia.

Además, desde el viernes por la noche, los cuerpos de seis subsaharianos fueron hallados en varias playas andaluzas de Algeciras y Tarifa.

Desafío de Hungría

Estas nuevas muertes en el Mediterráneo se produjeron un día después de que el Gobierno húngaro anunciara que planea, por motivos de seguridad, una normativa que supondría la detención en centros de internamiento de todos los solicitantes de asilo mientras se resuelven sus procedimientos para evitar que puedan moverse con libertad por el país. Esa legislación vulneraría el derecho europeo, ya que sólo se puede impedir el libre movimiento de las personas de forma individual si suponen un riesgo probado para la seguridad. Hungría, como el resto de la UE, mantiene campos y centros abiertos y los refugiados tienen libertad de movimientos mientras se resuelve su caso.