GARA
MADRID
JUICIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL POR EL «CASO GÜRTEL»

Bárcenas admite la «caja B» y que Rajoy conoció la trama de Correa

No hubo sorpresas. Luis Bárcenas, extesorero del PP, admitió la existencia de una contabilidad paralela en Génova aunque aseguró que los empresarios no realizaban donaciones para obtener concesiones. Admitió que Mariano Rajoy tuvo conocimiento de los negocios oscuros de Francisco Correa, que no le denunció pero rompió relaciones.

Era una de las declaraciones más esperadas dentro del macrojuicio por la trama Gürtel, pero no dio sorpresas. Luis Bárcenas, extesorero del PP, no se salió del guión. Admitió la existencia de una «caja B» en Génova, si bien rebautizándola como «contabilidad extracontable», aunque negó que las donaciones de grandes empresas buscasen concesiones a cambio.

En este sumario no se juzgan los famosos manuscritos en los que supuestamente anotaba los pagos realizados a altos cargos del PP. Sin embargo, las preguntas del fiscal de la Audiencia Nacional le permitieron ratificar su versión. «Eran donativos que no tenían carácter finalista, no respondían a ninguna gestión», afirmó. La argumentación buscaría exculparle tanto a él como a otros dirigentes conservadores del delito de cohecho. Lejos quedan aquellos tiempos en los que, cuando se encontraba en prisión, llegaban rumores de que estaba dispuesto a «tirar de la manta» y desvelar los detalles de la financiación ilegal del PP.

«Eran recursos que no estaban en la contabilidad oficial. Era una contabilidad extracontable», asumió Bárcenas. «¿Era una doble contabilidad?», insistió el fiscal. «Extracontable», reiteró el extesorero, quien vinculó directamente las cuentas al PP. Sí que negó haberse apropiado de 300.000 euros que le reclama Génova y por el que el Ministerio Público le solicita tres años de cárcel (de un total de 41) y afirmó que, ante la supervisión de Álvaro Lapuerta, quien se encargaba de las cuentas, era «imposible» haber sustraído cantidad alguna. Cabe recordar que Lapuerta también estaba imputado en este sumario, pero que no ha sido juzgado ya que se encuentra gravemente enfermo.

Bárcenas se presentó a la sala con varios objetivos. El primero, exonerar de toda culpa a su mujer, Rosalía de Castro. El segundo, negar que los pagos de los empresarios se realizasen a cambio de contratos. El tercero, desmentir a Francisco Correa, supuesto cabecilla de la trama.

Según el relato del extesorero, Mariano Rajoy, que en aquel momento ya era presidente del PP, conocía los negocios turbios que Correa había construido a la sombra de Génova. No le denunció, aunque sí que tomó la decisión de cortar con él en 2004, cuando dio la orden a sus responsables territoriales de dejar de contar con los servicios de sus empresas y le prohibió el acceso a la sede.

Según la versión de Bárcenas, el mandato de Rajoy no fue acatado por todos los dirigentes del PP. Entre los desobedientes se encontraba Francisco Camps, el expresidente valenciano, que aún maniobró para contar con los servicios de Correa en el congreso de 2008 celebrada en la capital del Paìs Valenciá. Se trata del cónclave en el que Rajoy logró hacer frente a la disidencia interna organizada por Esperanza Aguirre y hacerse con el mando absoluto del partido.

También desmintió haber cobrado ninguna cantidad a Correa, ni para el PP ni para él mismo, y rechazó la acusación formulada por el propio empresario de que el extesorero era el encargado de hacerse con comisiones del 2% y el 3% a cambio de que se le facilitasen determinados conctacos. La declaración de Bárcenas continuará hoy y podría alargarse hasta mañana. Habrá que ver si apunta hacia el PP o salva a sus excompañeros.

El PP le resta importancia y el resto ve pactos en la sombra

Como era previsible, desde el PP tratan de restar importancia a la declaración de su extesorero, Luis Bárcenas, y consideran que el reconocimiento de una contabilidad paralela obedece a su estrategia procesal para eludir los 41 años de prisión que pide la Fiscalía. Su vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, fue el encargado de negar la existencia de esta «caja B» y defender la «honorabilidad» del partido. Lo hizo tras una reunión de la directiva en la que, según afirmó, no se habló del juicio en el que se investiga la supuesta financiación ilegal de Génova.

El resto de formaciones del Estado, por el contrario, exigen explicaciones y responsabilidad política, aunque se mostraron algo decepcionados por las palabras de Bárcenas, considerando que podría existir algún tipo de pacto entre el PP y su extesorero. Así lo consideró, por ejemplo, Mario Jiménez, portavoz de la Gestora del PSOE, quien puso en valor la comisión de investigación que se pondrá en marcha en el Congreso con los votos de su formación, Unidos Podemos y Ciudadanos. Irene Montero, portavoz adjunta de la formación morada, consideró un escándalo que el PP siga viendo la corrupción como un caso de «manzanas podridas» y no asuma responsabilidades. Ciudadanos, que mantiene un pacto de legislatura con el PP, se aferró también a la comisión de investigación de la Cámara Baja.GARA