GARA
DAVOS

Xi exculpa a la globalización como causa única de los males del mundo

Ante una audiencia de élites globales que recibió su discurso entre aliviada y entusiasmada, el presidente chino, Xi Jinping, negó que la globalización sea la causante única de los males actuales del mundo. Advirtió, en velada respuesta a los tuits de Donald Trump, que en las guerras comerciales «todos pierden» y rechazó de plano que el proteccionismo sea una alternativa válida ante una globalización que necesita «reequilibrios» pero que es «imparable».

En un discurso muy atendido por la élite económica y política reunida en Davos, con eslóganes contrarios a la globalización que llegan desde EEUU y la Unión Europea y tambores de una guerra comercial que cada vez suenan más, el presidente de China, Xi Jinping, tranquilizó a la audiencia loando las bondades de la globalización y exculpándola como causa única de los males del planeta. «No sirve de nada culpar a la globalización, no es el caso y no ayuda a resolver los problemas», dijo ante una audiencia que se entusiasmó al escuchar que «debemos decir no al proteccionismo, seguir apostando por el desarrollo del libre comercio».

El líder de la segunda potencia económica y del país más poblado del mundo recurrió a unas palabras del escritor Charles Dickens, con las que este describió el mundo tras la Revolución Industrial. Xi se refirió con ellas al estado actual del mundo: «Es el mejor de los momentos, es el peor de los momentos». Reconoció que muchas personas se preguntan «qué ha ido mal en el mundo», pero negó que la respuesta válida, aunque fuera la más simple, sea «que la globalización sea la culpable del caos».

En respuesta a los tuits de Donald Trump, advirtió de que en las guerras comerciales «todos pierden» y, en un gesto apreciado por los presentes, apostó por más globalización, «que debe reequilibrarse, sí, pero también que es imposible de parar».

Simetría EEUU-China

Tras la intervención del presidente chino, Anthony Scaramucci, miembro del equipo de transición de Trump, aseguró que «EEUU no quiere una guerra comercial». Aunque, eso sí, dijo también que si China cree de verdad en la globalización, «debe acercarse ya a nosotros y permitirnos crear una simetría comercial».

Scaramucci remarcó que la asimetría de los acuerdos comerciales internacionales perjudica a los obreros de la manufacturación y la clase media de su país, y que ha provocado que «en diez años ocho millones de estadounidenses pasen a pertenecer a los trabajadores pobres». Tras resaltar que «la mitad de la globalización la pagan los trabajadores de EEUU», afirmó que «a más poder adquisitivo para ellos, más comercio internacional para todos».